Hoy me he levantado con ganas de pensar en la crítica y los críticos. Dicen que hay crítica constructiva y crítica destructiva, crítica participativa y crítica antiparticipativa, crítica buena y crítica mala, crítica bienpensante y crítica malsana, críticas de todo tipo y género pero yo quiero hablar ahora de una clase de crítica que no está expresada en ningún libro ni clasificada por el nombre que yo la doy. Es la crítica estimulativa. Y para hablar de ella me voy a retroceder a mis años de infancia.
Siendo yo muy niña todavía, pero ya con suficiente desarrollo de la conciencia y el sentido común, era por cuestiones familiares y sentimentales seguidora acérrima de un equipo de hombres adultos de categoría completamente amateur. Este equipo se llamaba La Gasca Club de Fútbol y estaba compuesto por una serie de jugadores de bastante calidad pero destacaban, por encima de todos, el número 8 y el número 10. Sin embargo ambos eran completamente diferentes. Sigue Leyendo...
– Qué fue lo que sucedió entonces?.
– ¿Entonces?
– Sí. ¿Qué fue aquello que convirtió la historia en leyenda de amor?.
– ¿Cómo adivinaste que la historia pasó a ser una leyenda amorosa?.
Mas él volvió a guardar silencio. Yo sabía que la búsqueda del misterio de las “chullpas” estaba en él, en su mirada, en su expresión… dentro de aquel hombre irisado de fronteras sin pronombre, se encontraba la respuesta a todas las inquietudes de las ñustas, los ayllus, las coyas, todos los “intis” y “viracochas” originarios del lago titicaca… y algo más que sólo pertenecía a él y, posiblemente, a mí misma… Sigue Leyendo...
!No estás muert@ si existe tu palabra más allá del verbo y el silencio!
Azul y verde. Verde y blanco. Blanco… y tus ojos tejiendo los hilos entre las algas saladas de los ultramares, allí donde me he quedado colgando la costa a lomos de un navío que flota entre las olas de tu rojo farol. Bajan del cielo las gaviotas para trazar la raya añil de tus amores.
¿Hay también naranjos en el mar?. Posiblemente. Naranjos marinos que crecen en algunas fragatas furtivas y perdidas junto al faro de tus ojos negros. Azul y verde. Verde y blanco. Blanco… y tus labios arduos besando al alba de los naranjos marineros. !cuánta sed tienen las algas que rodean el azul del mar!. Sigue Leyendo...
Me acerqué lentamente a la espalda de Dios, sin que el lo notase, y entonces, apoyado en su hombro izquierdo, te miré con odio, tanto que él ni se atrevió a moverse, otorgándome la panorámica perfecta a tu figura. Siempre perfecta te movías entre la gente, rígida e inquiebrantable ni una sóla grieta en la sequedad de tu alma, jodiéndome la mueca, contracción de tus labios con destinatario, a pesar de saber que yo no estaba ahí, incluso, incluso por si las dudas, nunca miraste hacia atrás.
Luego me apoyé en su hombro izquierdo y te veías más libre, te veías más frágil, menos tensa, y entre la muchedumbre diste media vuelta para recordar donde yo siempre estaba, y con una sonrisa te fuiste más calmada, más feliz y menos preocupada, sabrá quién por qué, yo no lo se, nunca te entendí bien, ni las razones de tus acciones, ni las mías, sólo se que nos movía el amor, lo sé porque aun recuerdo que cuando dejaba el cielo y le daba la espalda a Dios, me tocaste con tus dedos la nuca y me miraste, una última vez, en la que no fue necesario ni hablar, la comunicación había cesado y los sentidos serían para siempre nuestro último lazo de conexión en la infinidad de los caminos. Sigue Leyendo...
Alberto Contador, el ciclista madrileño nacido en Pinto y con abuelos de Extremadura, es, al día de hoy, el último de los grandes héroes deportivos de España (y ya son muchas decenas de grandes héroes deportivos que ha dado y sigue dando la patria hispana) y ahora todos los medios de comunicación social, a nivel mundial, dan a conocer pelos y señales tanto de su vida profesional como personal y familiar; la vida y las gestas de este excelente ciclista que, a sus 24 años de edad, se presenta como una de las grandes promesas de futuro mito legendario de este deporte. Pero no es de Alberto Contador de quien quiero hablar en esta larga reflexión… Sigue Leyendo...
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