El revolucionario es invisible. Por eso no usa símbolo alguno.
Archivo por días: 1 abril, 2008
MI ILUSIÓN INERTE
Embriagada estoy por el recuerdo de tus besos,
Pensando ahora en la distancia, distancia que dista de nuestras miradas,
De lo cerca que te siento cuando te sientas junto a mí
Y en realidad lo lejos de mi humilde alma.
No quiero tenerte cerca,
Necesito olvidar tus gestos, lo sé.
Pero de una obsesión se trata para mí
Porque son las canciones que se oyen que todas hablan de ti,
Y solo te vivo imaginando…
Pero ahora eres en mi cabeza la ilusión inerte
Que vaga por los recuerdos del pasado y del todo acabado.
LAURA PÉREZ LÁZARO.
Tolerancia (un poema de Kjell Heggelund)
Tus dioses no son mis dioses
Tu verdad no es mi verdad
Tu soledad no es mi soledad
Pero también tu soledad tiene su valor
También tus dioses están contabilizados
También se contará con tu verdad
Así es que no desesperes.
(I min tid, 1967)
(El poeta Kjell Heggelund nació en Hamar (Noruega) en 1935 y es un surrealista al estilo de Paul Elouard y otros franceses como André Breton, Philippe Soupaudt, Louis Aragon, Crevel, Antonin Artaud y Péret).
Es una tarde conocida
Dos caracolas con quienes escuchar en una playa donde se confirma que algo de nuestros sentidos se ha unido con la arena. El manojo del espacio es algo de nostalgia bajo el peso de una caliente tarde tan frágil como el herrerillo común con su plumaje azul y amarillo: mar y sol en el centelleo de la playa. Recuerdo sólo algunos sueños en medio del tiempo blanco. No me hace daño hoy recordar ese momento de la mucha luz escribiendo a alguien un “suelo llamar a todo un volver aquí”. Estoy en ningún sitio especial salvo aquel lugar en que escucho dos caracolas en la playa.
En la ola interna de mi alma
LA FAMILIA G
Estoy sentada en la casa de mi abuela con mi madre y mis hermanos. La televisión esta prendida, la luz tenue alumbra el pequeño cuarto en el que nos encontramos. Apenas y cabemos, lo cual parece ridículo considerando que nos encontramos dentro de una casa que abarca casi una cuadra completa. Mis ojos se enfocan en el televisor y mi cara no expresa la atención con la que escucho la conversación que flota a mi alrededor.
“ Se parece a Poncho”, comenta mi abuelo cuando un señor de unos 35 años, delgado y rubio aparece en televisión. Ese comentario desata una vez mas una conversación que circula alrededor de los miembros de la familia Guardado.
Mi mente vuela hacia la imagen de Carmina, aquella bisabuela que jamás conoci y sin embargo temo. Durante mas de cincuenta años yace colgada en una pared, en un retrato, claro esta. Desde aquel lugar venerable nos observa, y cada vez que me encuentro dentro de esta casa calcula mis movimientos, juzgándome.