Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.
Del hablador he aprendido a callar, del intolerante a ser indulgente y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud a esos maestros.
Nuestras palabras no son más que migas que caen del banquete de la mente.
Si revelas tus secretos al viento no le eches la culpa al viento por revelárselo a los árboles.
Gibran Khalil Gibran
Poeta, pintor, escultor, filósofo, escritor y ensayista libanés (1883-1931), autor entre otras obras de “El profeta” (su obra maestra) y “El loco”. Sigue Leyendo...
Tras muchos meses de ausencia vuelvo a la que siento un poco mi casa cargada de frustraciones, que al fin y al cabo son las musas del poeta,con la necesidad imperiosa de escribir lo vivido.Me alegra ver que la familia ha crecido y que los antiguos seguid fieles… como siempre un placer entrar en vorem.
Tengo un frasco de cristal, con su tapón del mismo material, que contiene una pequeña cantidad (como medio litro quizá), de óleo de Alá. Sé que es óleo de Alá porque vino de Siria. Pero igualmente podría ser óleo de Manitú, de Lugh o de alguna deidad andina, dependiendo de su origen.
Y al mirarlo colocado en una estantería me he acordado del nombre de “El óleo de Alá” como título a un poema muy irónico que alguien compuso con mucho salero para ser leído en una ocasión festiva en la década pasada. Poco podíamos entonces imaginar que este óleo nos diera tantos quebraderos de cabeza, que subiera de precio hasta límites insoportables para economías modestas y no tan modestas. Sigue Leyendo...
aun la tengo en mi recuerdo,
aun no se a ido
el sielñncio de la noche es claro
estoy solo y hace mucho frio.
pero aun no se ido,
la tengo atrapada en mi,
aun tengo los recuerdos,
que es lo unico que vive,
esta hoja y este lapiz, solo son mas que olvido,
quizas ella ya me olvido,
quizas ya olvido.
Aun me siento solo,
su recuerdo es pero ya no es el mismo,
(almenos haora la recuerdo mas)
verme en la mañana ya no es ver al mismo,
y soñar contigo, ya no eres la misma.
¿acaso asi de simple es el amor?
¿asi de triste es el olvido?
hay mi corazon,
ojala fueses de papel,
para que otro nombre se escribiera en ti,
pero es tan dificil,
tan dificil.
no me gusta estar solo
te lo habia dicho,
sentir la soledad en mi sombra,
no darle la mano al diablo,
sonrio para no sentir tu ausencia.
bella lirica de razones
me juzgan por haberte dejado ir,
mas tu, solo tu
sabias el mal que me hacias,
Serenidad Silencio
Soledad Soltura
Cada día nace una nueva aventura por vivir. Sea donde sea que estemos y sea lo que sea que estemos haciendo, nuestras mentes fluctúan entre la acción y la pasividad y en todo momento estamos construyendo un mundo de sensaciones en el interior de nosotros mismos. Los hombres y mujeres del planeta Tierra se mueven física y mentalmente todos los días en que nacemos de nuevo para de nuevo morir al llegar la hora del crepúsculo diario. Cada día es una historia nueva o repetida… pero una historia llena de proposiciones, sugerencias, acciones más o menos libres y una misteriosa proposición de ideales cara al futuro. Luego, ese futuro, es el que nos hace medir las actividades que pudimos llevar a efecto o las que quedaron en el interior de nuestros pensamientos sin llevarse a la realidad. Cada día es una aventura en nuestros diversos mundos. Sigue Leyendo...
Pregunta: ¿cómo es que los textos de este tres veces h. sitio llegaron a este antro?
http://www.comerciopolis.com/es/aggregator/categories/1
Es un misterio más allá de mi comprensión.
La Atlántida
humanidad perdida
navego sólo.
Voy a contarle señora,
la historia de un desamor,
que sufrieron con honor,
un caballero de honra,
y una tez de bello color,
en forma de reina mora.
El, llegando al palacio,
en el jardín verde la vió,
el pulso se le aceleró,
y se creyó en el espacio,
pues al ver su mirada,
pensó fiel en la Iliada.
La rosa roja que llevo en mi pecho,
bombea savia de amor por mis venas,
goteando mi orgullo herido en el lecho,
y volviéndo vacia por mis arterias.
El amor que este te profesa,
hondamente horada al que escribe,
mas el murmullo interior que no cesa,
tu fino pensamiento no lo recibe.
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