“Hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos”
Archivo por días: 9 diciembre, 2009
Viejo perdedor
Supongo que esto significa que nunca te dejaré de echar de menos.
Que el primer año en el que te conocí, fue El Año, fue Ese Tiempo, y ese fue su momento. Que el tiempo siguiente desastré fué.
¿Ese año y poco será lo que siempre permanecerá?
Cuántas cosas me gustaría repetir, y cuántas no haber hecho… o sí. Dicen que más vale arrepentirse de lo que se hace que de lo que no. Entonces quizás tendría que haber hecho más.
Y escribo… ya que no puedo leerte.
Ni respirar los sentimientos como tú los respiras, ni oir como tú oyes, -que no escuchar-, ni entender tus errores como los entiendes tú.
Rabia
Salgo de la casa y comienzo a rodear con la bici uno de esos parajes artificiales lleno de casas para gente millonaria y con suerte. Aquí pillo cacho fijo. Es tan sencillo. Tan fácil. Ahora aparco la bicicleta a un lado de la carretera y le pongo la cadena, aunque no creo que esa gente robe tal porquería. Aparco y ya está, ya lo veo. Ya veo a una chica rubia, de unos 18 años, típicamente vestida como para ir a jugar al tenis (es decir, con la ropa que usa la gente normal para salir por ahí). Y masca chicle. Y el bolsillo derecho se engorda un poco. Y ya está, que fácil. Ahora tan solo me acerco a ella, y cuando la tengo a tres metros de distancia me dirige una miradita de aristócrata cuando ve a los niños pobres de África, como un fingido anda que pena, pero con un asco impresionante.
Triángulo.
Un hospital con dos jardines opuestos. A un lado el de los locos: grande, espacioso, lujoso. Al otro lado el de los enamorados: pequeño, instintivo, íntimo. En el jardín grande los locos danzan como marionetas movidas por las manos de un mago inmisericorde. En el jardín pequeño tú y yo escapamos de la locura grabando, en el viejo tronco de un árbol caído, el nuevo corazón de nuestras realidades.
Una playa con dos costas opuestas. A un lado la mayor: la de los ricos, magnates y opulentos seres del dinero. Al otro lado la menor: tú tumbada en la arena y yo rozando con las yemas de mis dedos la guitarra de tu canción favorita.
Dificil de contar
Superhéroe
Siempre supe que los superhéroes no existían pero descubrí
que estaba equivocado tiempo después cuando llegaron los
cigarrillos a esta boca y de vez en cuando mililitros de
alcohol disueltos en amnesia repentina.
Y tuve la suerte de conocer a uno de habilidades impresionantes
además de leer la mente humana tiene una fuerza increíble viste
una capa brillante que detiene los ataques de cualquier enemigo
y hasta posee una sonrisa que impresiona a las chicas, debo
agregar que tiene músculos fuertes en todo el cuerpo y que puede
volar a velocidades impresionantes y por ultimo tiene la cualidad
maravillosa de reconstruirse si creo que eso es todo.
Snoopy y el aprendizaje de los pensamientos (corregido)
Snoopy juró de por vida ser un personaje de perrito bienpensante negando toda usurpación al colapso de la nostalgia. Snoopy formó una galaxia en sus exigencias de trabajar de firme por llevar su verdad lo más parecido a lo normal. Bajo su apariencia de icono de la elegancia tenía la coartada de verse involucrado en el pequeño universo de las grandes cosas que veía y analizaba desde el tejadillo de su caseta.
Snoopy juró tener en cuenta la opinión de la experiencia; verdadera expresión de los consejos sobre la forma de ver y entender la vida llena de valores implícitos para hacer siempre crítica constructiva y mejorar un mundo cada vez más abatido por la falta de inteligencias. ¿Cambiarse por el tontorrón Pluto o el chorlito Goofy (Tribilín) o transformarse en el pérfido Gardfield?. No. Jamás.
La Plaza de las Palomas (reedición corregida).
– ¿Qué va a ser, Manolo?.
– Un anís bien dulce, Paco… que la vida ya es demasiado agria como amargárnosla más.
– ¡Vamos, Manolo!. ¡Un poco más de optimismo!.
En esos mismos instantes está Gloria abriendo su quiosco de prensa. En Casablanca un terrorista islámico se ha inmolado en un cibercafé. Se trata de un joven de 23 años de edad que estaba consultando páginas sobre el terrorismo.
– Paco… ¡aquí te dejo el periódico!.
– Está bien, Gloria. ¿Te apetece uno con leche bien calentita?.
La noche del Tesauro (17): Novela.
El Brentwood era una especie de bar para sonámbulos. Todos allí mimetizaban sus movimientos mientras una música sinfónica de ritmos ondulantes hacían notar la sensación de que se estaba flotando en la atmósfera. Era algo que las nuevas tendencias musicales habían logrado hallar y se imponía como moda en todos los locales nocturnos. Una especie de caminar sobre las ondas del pensamiento mientras los agudos sonidos del conjunto musical de turno servían para sedar los nervios de quienes se encontraban estresados por la centrípleta clase de vida a la que habían llegado los humanos.
La noche del Tesauro (18): Novela.
– Vamos a ver, Katy… ¿cuál es tu problema?.
Las lágrimas surgían de los ojos de la bella portorriqueña mientras Paúl guardaba silencio pues a su memoria le llegaba, nuevamente, el recuerdo de Bianca… hasta que Katy dejó de llorar y comenzó a confesarse con él.
– Paúl… yo me quedé huérfana de padre y madre hace 12 años; cuando tenía, exactamente, 12 años de edad.
– Eso quiere decir, si no me equivoco, que tienes 24. ¿Qué te sucedió cuando tenías 12 años de edad y quedaste completamente huérfana?.