Simplemente gracias.

A ti, mujer hermosa de pocas palabras
aunque jamas las vas a leer, y estas palabras yacen en el olvido,
te las dice aquel que alguna vez se enamoro que ya te olvido, y que ya olvidaste.

gracias por todo, aquellas sonrisas y palabras,
aquellas cartas y mensajes,
aquellos momentos de sielncio que tanto valore.
de verdad gracias, por amar, por sentir, por consentir, simplemente por amar.

¿Y Elvira Flanagan?

El resplandor del amanecer entraba por la ventana de la habitación donde la influenciable periodista aun dormía.
Un zumbido más o menos suave comenzó a despertarla, poco después con la mano enmudeció cuidadosamente al despertador, se llevaba bien con semejante chisme, que mañana a mañana la despertaba.

Su vida parecía bastante estúpida y vacía, en parte debido a una infancia de clausura involuntaria y restricciones afectivas medio impuestas.

Elvira estaba en paro desde hacia mucho tiempo, por esta situación se veía resignada a convivir con su padre y su abuela, debido a que económicamente dependía de ellos. Esta situación la estaba asfixiando, la estaba desgastando, en parte por lo complicado que era para ella comunicarse con sus progenitores.
En cierta manera estaba… acomplejada. Sigue Leyendo...

La parábola de los Desmet

En tiempos en que la memoria se pierde enredada entre los radios de las ruedas de las bicicletas de la “serpiente multicolor”, cuando serpentea lánguidamente por las llanuras del Languedco francés, existían dos hermanos apellidados Desmet. ¿Eran famosos estos “routiers” belgas?. ¿Chi lo sa? se preguntarán los italianos. Pues sí. Ambos salían en los cromos de los ciclistas. Sus nomobres eran Gustave Desmet y Armand Desmet. Belgas por supuesto. El mejor era Gustave, que se dedicaba a crear vientos para hacer “cortes” en la “serpiente multicolor” y dejar descolgado a nuestro Federico Martín Bahamontes. El segundo era algo peor y se dedicaba a crear tempestades para “cortar” las bajadas de lo “cols” de nuestro Federico Martín Bahamontes. Sigue Leyendo...

Podrán los poderosos…

Podrán los poderosos poner límites y fronteras geográficas e históricas y podrán siempre imponernos los documentos de identidad y los pasaportes para fragmentarnos en países, regiones, naciones y demás zarandajas. Podrán los poderosos ponernos grilletes en las bocas y eliminar nuestra voz con las censuras. Podrán poner límites y fronteras a la libertad de expresión y hacer callar a las palabras y hasta a los silencios… pero nunca podrán los poderosos poner límites y fronteras a nuestros corazones y a nuestras almas y serán estos corazones y almas los que harán siempre hablar a las piedras de los caminos que nos han visto andar y gritar a pleno pulmón a las estrellas que nos han visto soñar que no somos de ninguna frontera ni de ningún límite y que nuestra patria no tiene confines. Sigue Leyendo...

La linda Azabache y el doctorcito Morales.

Esta es la historia real de una Princesa joven, linda y hermosa, de ojos profundos de color azabache que tuvo la aventurosa ventura de casarse con un Poeta. Y sucedió que el Poeta la soñaba aún más hermosa todavía. El Poeta la soñaba como la más hermosa estrella de los cielos y… por eso… se quedó soñando…

!Aquella era la ocasión propicia! pensó entonces el famoso y guapo Doctorcito Morales, recién inaugurada su licenciatura en Psicoanalísis Médica, muy experto en teorias psicológicas y psiquiátrica quie, apoyado en la oscuridad de las tinieblas religiosas por la Señora De Loyza (muy lozana ella aunque no tanto), junto con la también muy religiosa Hermana de la Señora De Loyza (muy libertaria ella aunque no tan lozana como su hermana) y el muy religioso apoyo de los Hermanos Paredes (muy caritativos ellos con tal de ascender al cargo de Ilustres Ancianos de la Caridad)… Sigue Leyendo...