Ojos como sombras despiertas
(des)pedían
Se despedían de
Tornasol anestesiado.
Era en otro sentido,
luna languidece,
eran idénticos opuestos exactos
Como inmaculada sombra la sombra
De pausa –da sombra
Era sombrero de huella esterilizada
Archivo por días: 14 enero, 2011
Una despedida en singular.
En singular nos entendemos mejor ella y yo. En singular es como Dios unió nuestros Destinos. En singular llega ya la hora de la despedida. Si preguntáis algún día por mí a las personas con las que hemos mantenido (Ella y Yo / Yo y Ella) en qué nuevo lugar me encuentro podréis quizás saber que estamos junto a la ribera. Bueno. También se puede esribir rivera porque quizás no estemos junto a la ribera sino junto a la rivera. En estos mundos de los lenguajes humanos a veces ribera quiere decir margen y orilla del mar o río… o quizás tierra cercana a los ríos, aunque no esté a su margen… o quizás huerto cercado que linda con un río… o tal vez sólo casa de campo con viñas y árboles frutales próxima a las orillas de los ríos o cercana a la capital… y por qué no… puede ser la calle madrileña de la Ribera de los Curtidores. En estos mundos de los lenguajes humanos a veces rivera quiere decir arroyo, pequeño caudal de agua continua que corre por la tierra… o quizás solamente cauce por donde corre… o quizás estemos en la calle madrileña del general Primo de Rivera. Todo puede ser en estos nuestros mundos entre Ella y Yo y entre Yo y Ella.
Les enfants terribles (español)
Lo más divertido de la infancia escolar no era saber que el ómnibus significaba autocar o aquello de “mi mamá me mima mucho y yo mimo mucho a mi mamá”. Lo más divertido de la infancia escolar era ponerse todos en fila y competir por ver quien orinaba más lejos apuntando hacia el interior de la famosa calle de Narváez. Los señores bajitos y con bigote, franquistas de toda la vida, nos miraban con caras adustas y las viejas gruñonas se hacían cruces (una en la frente para olvidar que pensaban siempre en cosas sucias; otra en la boca para recordar que sólo decían murmuraciones contras las chavalas guapas y otra en el pecho para pedir perdón por sus pecados que bien se los guardaban para la hora de ir a misa).