Mandarinas.

En algunos países de la Tierra existen muchos machos machistas, que van por la vida de machistas machos, porque no hacen otra cosa (quizás no tengan otro entretenimiento mejor o más sano) que emplear la palabra mandarina para insultar a los hombres casados como Dios manda, y bien casados por cierto, porque obedecen y cumplen los mandados de sus amadas esposas. Así que harto ya de tanta estupidez, un día cogí mi querido micrófono “El Camborio” (así lo llamo yo cuando quiero decir sentimientos) y lo dije con voz firme y clara pero rotunda: “No es cuestión de mandarinas sino cuestión de limones; si se enfadan las gallinas… ¿para qué los espolones?”. Para pensar solo un poco antes de hablar demasiado… Sigue Leyendo...

El centinela de las memorias.

Mi nombre es Pedro Calderón.
Tengo treinta y cinco años, de profesión periodista. Vivo asomado a mis propias sombras y llevo una vida solitaria, escrita y signada por el aislamiento y la fascinación de las palabras.
Tragadas por una agobiante infelicidad, llevo marcadas en mis retinas mi nacimiento y resurrección.
Escribo y leo sólo los sábados, y en este último día encontré mi primer intento con las letras. Tenía por entonces catorce o quince años, y me sorprendí al hojearlo.

Picoteando.

Dentro de poco entramos en la temporada, mientras miramos al cielo y observamos que las frondosas arboledas se llenan de pájaros que cantan más de la cuenta, de la recogida de las picotas… así que voy a picotear recuerdos de última actualidad siempre entendiendo que la actualidad es lo que actualmente me ronda por la cabeza que la tengo para algo más que llevarla sobre los hombros. De esta manera, dejando de pensar en las musarañas por una vez en mi vida, voy a dar unos cuantos picotazos ya que son muy beneficiosos para la salud ya que reducen las ansias, el estrés y hasta el colesterol. Sigue Leyendo...