Quiero estar dentro
de tu cabeza
Ir descubriendo
por qué hay tanta belleza
Y decirte al oído
lo que está pasando…
Ni siquiera he visto aún
una sonrisa
Y sé que dentro de ti
hay una que es mía.
Y decirte al oído
que estoy aquí
y que somos elegidos
Verdad, estado de espuma de mar,
secuencia de horas, luminarias de amanecer.
Cierro los ojos y en la pausa,
el eco más más sonoro no me alcanza.
Del lado misterioso de la historia,
somos parte de un inmenso desatino.
Destino, de vertiginoso final,
o inicio de apresurada sombra de árbol esbelto.
De tus arenas, Verdad, supe del agua,
la huella firme que borra en la memoria,
la historia original de ser vertientes,
océanos de luz o continentes de aurora.
Algunas tardes, o ya al comenzar a anochecer, en las lejanas y silenciosas montañas de la Sierra de Carrascoy, allá por la provincia española de Murcia, en un ambiente de sana distracción, Liliana (Lina), Carmen y yo, jugábamos al Rummy: un juego que despierta la claridad de las ideas, desarrolla la inteligencia en general (y numérica en particular) y sirve para llenar huecos vacíos de la mente con estrategias de carácter mental.
El juego del Rummy, que he conocido por primera vez en Mi Refugio de Villa Carmen se puede jugar entre 2, 3 ó 4 jugadores. Consta de 104 fichas numeradas, 2 comodines, 4 atriles y 8 soportes. Su dificultad es fácil (por lo que lo pueden jugar hasta niños y niñas de corta edad). Sigue Leyendo...
Voy en pos de mi destino,
mi corazón se viste de fiesta,
una sonrisa inocente me saluda.
El día trae aroma de mar y perfume de brea,
bello, mágico, es como un regalo vivirlo.
Se oye una música
un rumor, una corriente
Es el agua del río que fluye más abajo,
al final de la vereda.
Allí… donde mis pasos me llevan.
Tarde de cada día, eres romántica con sol o sin él
te admiro y te río con mi mirada
me enseñas tu majestuosidad y riqueza.
Tu amiga la noche es misteriosa pero bella,
adorna el cielo de manera sin igual
que invita a no perder el romanticismo.
Yo aquí en este mundo corrompido
de hambre y poder
no las pierdo de vista, ni a ti tarde ni a ti noche.
Mañanas para mis días
porque las mañanas son mi alimento y aliento
que son inherentes a mi vivir.
A woman in the salon is an eternity without exaggerating and overstating it a! extinguish and let’s go!
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