Mi nuevo Amor

La lluvia cae en un día de tranquilidad sosegada e incandescente,serena en mi, la calma por verte,tenerte a mi lado, haciéndome el amor en aquella cabaña que tu y yo construimos juntos…donde las estrellas están llenas de tus besos…

mil gracias

aveces creo que nadie puede endenderme y entonces te sientas ami lado y sabes decir las palabras que necesito escuchar o simplemente no decir nada,eres quyien me cuida y me consiente y si te perdiera alguna vez mi vida sería al revés.mil gracias por estar aí.para ruben

Luna con luz.

Sosegado a la altura de la medianoche,
navegando entres las olas del mar,
voy soñando las horas de este amar
que derrama mi corazón en derroche.

No voy a hacer a nadie ningún reproche,
pues de lejos es mi continuo navegar,
pero tampoco voy a nadie más entregar
estas horas de silencio en la noche.

Luna con luz generosa de la vida
eres tú la que siempre me convida
por los océanos marinos transitar.

juegos peligrosos

jugando con el cuchillo entre mis dedos…
lamiendo su filo con mi lengua…
puedo lamentarlo…
pero sigo jugando..
no puedo evitarlo..
no puedo evitar acaríciame la piel con su hoja helada,
sentir esa frialdad me da placer..
si , el frio se convierte en calor..
puedo lamentarlo, puedo lamentarlo muchísimo;
pero no quiero evitarlo..
no quiero cortarme..
pero me encanta sentir que estoy apunto de hacerlo..

*kabra*

Tu enfado

Hace tiempo que decidí que no quiero llorar, y parece que noto que te enfadas porque no te pienso. Es verdad que intento no hacerlo, que finjo que simplemente es una de esas épocas en las que no hablábamos hasta que nos llámabamos, sólo que ahora no llegamos a llamarnos nunca. Eso es lo que procuro no pensar.
Parece que sólo te puedo traer cerca si te recuerdo, pero es que si te recuerdo, lloro. Y aunque lo haga, tampoco vuelves realmente.
Déjame que no te piense, y no te enfades, que yo no quise que te fueras.
Quédate cerca y no te alejes nunca. Cuídame y guíame. Perdóname por no darle luz a tu camino y al mío tan a menudo como antes, o con tanto fervor. He conseguido esconder el dolor, que no echarlo.
Así que, por favor, no te enfades porque no quiera que llore. Sigue Leyendo...

Tu enfado

Hace tiempo que decidí que no quiero llorar, y parece que noto que te enfadas porque no te pienso. Es verdad que intento no hacerlo, que finjo que simplemente es una de esas épocas en las que no hablábamos hasta que nos llámabamos, sólo que ahora no llegamos a llamarnos nunca. Eso es lo que procuro no pensar.
Parece que sólo te puedo traer cerca si te recuerdo, pero es que si te recuerdo, lloro. Y aunque lo haga, tampoco vuelves realmente.
Déjame que no te piense, y no te enfades, que yo no quise que te fueras.
Quédate cerca y no te alejes nunca. Cuídame y guíame. Perdóname por no darle luz a tu camino y al mío tan a menudo como antes, o con tanto fervor. He conseguido esconder el dolor, que no echarlo.
Así que, por favor, no te enfades porque no quiera que llore. Sigue Leyendo...

Tiempo de Dios (Final del Libro)

Final definitivo de mi libro titulado “El tiempo vivencial: divisiones y subdivisiones”. Como creyente total del Cristianimo sé que este libro debe terminar hablando de lo que yo llamo Tiempo de Dios. El Tiempo de Dios es la parte más importante que existe del tiempo viencial porque es la más absoluta. El Tiempo de Dios es profundo, absoluto y eterno. A él pertenece, entre otras características, la más original de todas ellas: lo que llamamos milagros y transformaciones físicas y espirituales. Es por eso por lo que continuamente me refiero al Milagro 16-18. En el tiempo vivencial se están continuamente produciendo milagros de Jesucristo que son, precisamente, los que componen el Tiempo de Dios, donde actúa el Espíritu Santo con total libertad. Sigue Leyendo...

Gimi 27 – Diesel 98.

Entre el “quince años tiene mi amor. Le gusta tanto bailar el rock. Es una chiquilla tan divina y colosal” y el “ya tiene diecisiete años, bonita y caprichosa. La carita color rosa. Pero cuando más me gusta es bailando este rock”, ambas del Dúo Dinámico… yo siempre era el de los dieciocho años de edad esperando a que le diejera a él aquello de “no tengo edad, no tengo edad para amarte, quizás quieras esperarte a que sea mayor”. Y yo, en silencio, sólo podía esperar a que él no te esperara. Cogí el balón y comencé a olvidarte porque sé que se lo decías a él y no a mí… así que me hice capitán de la estrella olímpica (que eras tú) e inmediatamente me nombraron líder del deportivo olímpico (que era yo). Y para olvidarte comencé a crear con el balón sueños e imaginaciones tan reales como la vida misma pero en silencio; intentando hacer que mi equipo no se hundiera nunca en los últimos puestos de la clasificación mientras seguía sin acordarme de ti. Sigue Leyendo...