Es en el momento adecuado,
cuando el soñador llega y en silencio besa el alma del mas alla,
se entabla la realidad metafísica, de aquel ser, que amando, sueña amar más .
En ese instante,
donde un sueño despierta y destella calma y amor, solo quisieramos vivir,
en aquel segundo inerte en la larga flajidez que agudiza el alma al amar.
En este momento adecuado,
donde solo paz se logra encontrar,
es adecuado el momento, y el instante no puede ser mejor;
Se que en algun lugar del mundo alguien me espera,
asi halla que vivir 1000 años, tan solo para amar. Sigue Leyendo...
Tiene frente arrugada,
Aliento a mortandad,
Ojeras pesadas,
Y huesos de carbón.
Piel de ceniza,
Zapatos de tacón,
Labios de cianuro,
Corazón…
¿Un corazón?
¿Desde cuando el rencor
Tiene en su pecho
Un corazón?
No he podido reprimir el impulso de transmitir el júbilo que hoy he sentido al ver la llegada de la lluvia. Para muchos la lluvia simboliza tristeza, melancolía, hastío. En mí, su efecto es renovador, de savia fresca que fluye por cada poro de mi piel como un torrente de existencia nueva. El agua es la esencia de la vida.
Me divierte caminar bajo la lluvia. Hoy, en mi caminata casi diaria, he disfrutado viendo a los árboles darle la bienvenida con sus ramas abiertas en un cálido abrazo, los pajarillos se arremolinaban en los charcos de agua fresca recién caída para darse su ducha matinal. He visto al Teide jugar al escondite con las brumas plomizas hasta caer rendido y ser devorado completamente, quizás sea el primer paso de un patrón de confección de su manto blanco y días más tarde, reaparecerá cubierto con su traje de gala. Sigue Leyendo...
Muchas Gracias NASIA. Sabes que siempre te he estimado como gran compañera, como gran escritora y hasta como gran amiga. Mi libro está ya a la venta desde el mes de abril de este 2012. Confío plenamente en Dios (Jesucristo) en que sea un éxito total; no para ser famoso (no me interesa la fama por la fama) sino para triunfar. Si él éxito y los triunfos acarrean la fama ya no es problema mío pues no la busco ni la persigo. Si es que llega la fama que no sea por mi voluntad sino por la voluntad de Dios (Jesucristo)
Oigo voces gritando mi nombre y el viento que ni se atreve a soplar, arrastra a mi débil cuerpo en esta andanza sin rumbo. Las ramas sueltas detienen mi paso y capaces ellas me detienen parar observar que yo soy parte de ese roble que sin cortar el flujo de la vida, tímido y natural vence sobre la tierra el peso de años de saber.
Todo se resume a eso, a unas cuantas hojas verdes queriendo sobresalir al rás de la tierra que un día un rallo por empeño decidió derribar.
Así detengo mi vida, en mitad de un campo perdido y bello, en mitad de un silencio cautivador y a la vez chillón que no cesa de llamarme con la insistencia de un volcán en erupción. Sigue Leyendo...
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