Me cobijo en los acentos de tu nombre
para besarte en el silencio de las noches
y, hundido en el sueño de los siglos,
ser hombre del viento y la sonrisa.
Vengo de salir de la mañana
traspasando el aire del atardecer
y siento tu voz dentro del alma.
Conocí la Academia Jorge Juan de Madrid en sus dos versiones: la de Jorge Juan propiamente dicho y la de Caballero de Gracia. La de Jorge Juan propiamente dicha no tuvo ningún significado importante para mí. Yo no estaba entonces dentro del cupo de los aspirantes a oficial de primera ni a oficial de segunda ni a ningún otro tipo de oficial. Así que, sin apenas entender qué hacía yo alli salvo descubrir que Encarnita se había enamorado de verdad y de que la chavala del Edificio de Serrano me defendía a capa y espada, no dije nada. Guardé silencio. Pero no era Luis L. sino Luis D. el amor de la vida de Encarnita y la chavala del Edificio de Serrano me daba un lugar junto al autobús de las imaginaciones. Entre el 42 y Tofts dejé mis huellas sobre las aceras, sin más recuerdos que alguna que otra sensación de que Madrid era mucho más amplio. Así que busqué otros horizontes urbanos…
Desde el día en que te conocí las estrellas del cielo brillan más. Cada noche miro el cielo buscando respuesta a mis preguntas puesto que solo ellas me entienden. No hace mucho les pregunté que significabas en mi vida, no supieron que decirme y yo seguía confusa.
Anoche volví a preguntarles y tenían una respuesta para mí. Las estrellas sonreían y rieron, yo me enfadé con ellas pensando que se reían de mí, pero la más joven de ellas (aunque no por ello menos sabia) bajó del cielo y me susurró al oído: “Lo que sientes en tu pecho, esa sensación de alegría inexplicable, esa sonrisa tonta que aparece en tu cara, y el brillo de tus ojos, todo ello son señales del amor, estás enamorada”. Me quedé atónita, no podía creerlo, ¿yo enamorada?.
Me quedé toda la noche en vela pensando en lo que la estrellita me había dicho y me di cuenta de que tenía razón. Te quiero y no puedo evitarlo, no sé si tu sentirás lo mismo pero me da igual, no puedo cambiar mis sentimientos y no quiero hacerlo.