Una de esas tardes
en que uno anda distraído con sus penas,
sentado en el parque,
viendo pasar la vida,
pienso en el joven que fui.
Qué patéticos son
los últimos años de nuestra existencia.
Estamos condenados a ser
esa caricatura de si mismo
que es el viejo.
La vida va dándonos la vuelta,
como se daba a los abrigos
en la posguerra.
Durante el año de 1962 se escuchaba, al caer la tarde, siempre la voz del vendedor ambulante de periódicos en la calle madrileña de Alcalde Sáinz de Baranda. Era inconfundible su voz: “¡Informaciones, Pueblo, Madrid! ¡Informaciones, Pueblo, Madrid!. Entonces era cuando mi padre, totalmente ya despierto de las siestas, me mandaba a comprar urgentemente un ejemplar de aquellos periódicos antes de que el vendedor se fuera de la zona demarcada como “La Oportunidad”. Yo la llamaba la zona de “La Oportunidad” porque la lectura de los artículos de prensa de aquellos periódicos (mientras mis hermanos estaban en la inopia) me ponían al diía en cuanto a los sucesos más importantes de la época. Yo solo era un adolescente pero me sobraba inteligencia para darme cuenta de lo que leía. Sigue Leyendo...
– ¿Has quedado?
– Contigo.
– ¿Conmigo?
– Estoy quedando…
Ella no había parado de llorar en tres días, desde ese viernes en el cual todo había sido felicidad y de repente se convirtió en tristeza y desolación, fue así que tomó una pluma y una hoja y escribió lo siguiente:
Definitivamente sin ti mi vida se derrumbó completamente y muchas veces me dije a mi misma que una vez lo soporté, dos ya no, no podría y no tendría fuerzas para ello, que no dejaría que nadie me causara un dolor así y sin embargo he que aquí estoy nuevamente y tengo ganas de llorar y de tan solo quedarme en mi cuarto encerrada y no salir, y leo tus mensajes que guardé de nuestras conversaciones y yo quiero creerte pero me estoy muriendo una y otra vez, a final de cuentas me haces demasiada falta, las cosas serían diferentes si yo en aquel entonces no te hubiera dejado ir, pero mi estúpido orgullo pudo más y tu temor de herirla también. Sigue Leyendo...
Cuando eres salvo y has entregado tu vida a Dios; quieres que todo el mundo lo haga, creo que este es un espacio bueno para dar a conocer el evangelio. Ya que todos lo son.
Sé que alguno que no lo haya oído o ande como yo anduve en la carne; me catalogará como loco o desubicado o peor aún pasará de largo de este mensaje.
Pero quiero decirles Mis buenos amigos vorémicos; QUE NUNCA FUI TAN FELIZ y quiero que todos sientan esa dicha y gozo.
Yo decía anteriormente cuando alguien me contaba algo así; QUE BUENO!!! Si eso le ayuda a él perfecto, pero como Yo mismo pasé esto. Hoy puedo aseverar y tengo el valor para decir: Sigue Leyendo...
Aun no te has ido y ya me siento vacía, como si una parte de mi te perdiera. Sé que solo serán unos dias y volverás y me darás un beso que será un trocito de delicia en su mas puro estado. No se como, y en tan poco tiempo, pero me has hecho sentir algo que en hace años no sentía, y no me refiero a la manera de quererte si no a la manera en la que me siento conmigo misma. Me encantas y lo sabes, pero siento que esa manera de expresarlo no es correcta. No es un “me”, es un “te”, no el típico te quiero, es un te hago parte de mí, de mi vida. No se por que, eso lo tengo claro, pero me haces sentir viva, haces que nada mas importe, me haces feliz. Siento que de tu mano el mundo no es peligroso, me veo capaz de todo. No se cuanto durará esto, ni quiero preocuparme en saberlo. Solo quiero avanzar, a tu lado. Quiero poder lograr cada día poder hacerte sentir todo aquello que tu me haces sentir a mi. Quiero cuidarte, mimarte, hacerte feliz. Y recuérdalo; gracias. Sigue Leyendo...
Portal Literario Independiente