En un segundo.

Palpita, recuerdo, el río y eres antojo
dentro. Pareces naranjo de fruto mío.
Sonrío.
Una puerta blanca de aire que sorprende
al más diminuto de mis versos.
Los besos
es algo que se aprende. Y prende
como alma en el delirio.

Ayayayyy….

De cuando en vez me acuerdo de vos, de vez en cuando se me quiebra la voz y pongo esas nuestras canciones y repaso las fotografías con y sintigo; y paso las del corazón que son celuloides más que impregnados en mi papel sensible y me veo en varias situaciones que lo único que cambian son el hecho de estar sin ti y contigo… Cuando me vendrás a ver con tu saco beige con rayas cafés agarrada de la mano de nuestro hijo y pases el umbral de esa puerta metálica y me digas con un abrazo todo lo que has venido callando; cuando será ese precioso día en que me encuentres diciéndole a Dios todo lo que quisiera decir a tu persona en sus oídos. Sigue Leyendo...

TACTO Y ME MEMORIA

Me hablas y desde hace un tiempo recuperas las sensaciones de un tiempo de terciopelo. Te escucho y desde la levedad que los recuerdos provocan, creo sentir el tacto de tu mano. Hoy, admirando el blanco jarrón decorado con silencios, los pétalos de tus rosas inmortales se mecen en el aire: tacto vegetal, materia tierra, silencio sobre la alfombra.

Nos supimos entre nubes altas, cirros acumulados en la vorágine del vértigo y hasta donde soy capaz de recordar, una expresión llamando a las estrellas por su nombre.

Aquí, cuando un suave latido de perla en gota de agua mece el silencio,
el tacto de tu mano es la luz, la nutritiva miga de un pan abierto al silencio de mil noches. Sigue Leyendo...