La Literatura es lo que vivimos siempre más cerca de nuestro corazón y más lejos de nuestra razón. Por eso poetizar es más que filosofar. Por eso escribir es más que racionalizar. Por eso narrar es más que contar. Y por eso expresar es más que impresionar.
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Literatura (pensamiento)
53 comentarios sobre “Literatura (pensamiento)”
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Mi abuela materna: Estoy totalmente de acuerdo y olé. Cuando los personajes hablan por sí mismos es cuando más interesante se pone la cosa.
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Por supuesto que sí, abuelita. Es un placer volver a leer tus comentarios. Hacñia algún tiempo que te estaba echando en falta.
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Mi abuela materna: Pues no te preocupes por las faltas de ortografía porque eso es “pecata minuta” para que se enteren algunos y algunas que también sé yo latín.
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Efectivamente, abuelita. Peccata minuta es una expresión latina que se usa para referirse a algo sin importancia o de poco valor. Aquí va un ejemplo: “Esas cien pesetas son peccata minuta en comparación con las miles que te debo”. Quizás alguien aprenda un poco cuando cuenta los billetes que ahorra gracias al esfuerzo de los “tontos útiles” a los que despelucha. Y a eso lo llamo yo que los personajes hablen por sí mismos. A lo mejor hasta hay un par de “tontos útiles” que se despiertan del todo y lo llegan a comprender.
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Mi abuela materna: ¡¡Mambo!!
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Acertaste otra vez de pleno, abuelita. Me refiero al “mambo”. Menos mal que tú si que vales. Porque eres más inteligente que todos ellos juntos.
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Mi abuelita materna: ¡¡Bene!!
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¡Sigues acertando plenamente, abuelita! ¡Bene! como dicen los romanos. También es cosa de “bene”.
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Mi abuela materna: ¡Jajajajaja, José! Ya sabes que siempre he dicho que eres superior a ellos. Y no importa que lo cuentes tú porque ya lo cuento yo.
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Veo que te gusta ver “La noche de José Mota”.
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Mi abuela materna: ¡Sí! ¡Jajajajaja1 ¡Me muero de risa!.
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Pues a eso también lo llamo yo que los personajes hablen por sí mismos.
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Mi abuela materna: ¡Tú si que vales! ¡Jajajajaja! ¿Y qué pelos se le ponen a Risto!
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Esta bien, abuelita. Últimamente no veo ese programa porque me interesa recordar mejor el Concurso de “Rueda la Bola” que sí que era divertido.
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Mi abuela materna: ¿Qué personaje tuyo es el más favorito?
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El más favorito de todos mis personajes, y eso que hay muchos muy importantes o casi parecidos, es Juan de “Greta”. Aunque también hay otros muy importantes y también están entre mis favoritos. Pero Juan de “Greta” es más especial por algo que Ella y yo sabemos. Lo que sucede es que ante una colección de tantos personajes favoritos siempre hay que colocar a uno como el más sobresaliente aunque los demás también sean sobresalientes. Por eso a Juan de “Greta” lo podemos señalar como Matrícula de Honor. Los demás muy importantes y favoritos son Sobresalientes (lo cual es muy difícil de conseguir) pero Juan de “Greta” es lo máximo a lo que puedo llegar en cuanto a personajes varoniles. En cuanto a los personajes femeninos sucede exactamente igual y Greta de “Greta” es Matrícula de Honor mientras otras igual de importantes y favoritas para mí son Sobresalientes Altos (lo cual es muy difícil de conseguir). Me parece que estoy siendo concreto, sincero y verdadero. Al fin y al cabo todos los personajes varoniles y femeninos que son , para mí, favoritos… vienen a ser los mismos y las mismas pero con detalles diferentes en cada Novela. Así queda del todo claro. Son siempre el mismo y la misma pero en cada Novela presentan características diversas aunque complementarias. Así que el Conjunto de todos ellos y todas ellas es, en realidad, lo que obtiene esa Matrícula de Honor compartidos entre ellos y ellas. Y todos felices, abuela, todos felices para dejarlo más claro todavía.
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Mi abuela materna: Acabo de despertarme y he vuelto a leer. ¿Eso de permitir que los personajes hablen por sí mismos se llama libertad o se llama Liberación?
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Te lo explico, abuela. Ningún personaje es libre luego no existe la libertad. Ahora bien, cuando liberas a tus personajes les das la Liberación. Me parece que lo has entendido.
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Mi abuela materna: ¡¡¡Oleeeeeeeeé!!!
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Eso es. Me gusta el número 8 en las e. Has medido perfectamente la expresión. El 8 me recuerda partidos de fútbol sensacionales.
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Mi abuela materna: ¿tienes algún cuento o relato de futbolistas?
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Pues sí, abuela. Tengo alguno que otro.
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Y hasta tengo una “Oda al gol” que dice así:
!Oh, gol, soñado siempre
por las masas que lo rugen!.
Tu beso a las redes metafóricas,
en tu seno, oh gol, resurgen
como soplo hirviente de noviembre
con ayuda de las voces afónicas
hasta que la noche se hace tónica
de canto de gargantas rotas.
!Tales son los toques de pelotas
de los futbolistas que suben a las cumbres!.!Y tú, oh gol, te elevas y te subes
hasta entrar en el marco indefenso!.
!Oh, gol, que con tu gloria cubres
la esperanza con todo tu proceso!.¿Qué tal, abuelita?
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En cuanto a los cuentos ahí te envío “El crack”
Todos elogiaban y alababan la forma de jugar al fútbol de aquel joven deportista que con tanto entusiasmo triunfaba jornada tras jornada en la competición local. Artista del balón, aquel joven delantero era la admiración de miles y miles de personas que venían de todas partes sólo por verle jugar. Hacía maravillas con el esférico en los pies. Era un singular malabarista. Trenzaba líneas inimaginables sobre el césped mientras corría con el balón cosido a sus botas. Y siempre con la cabeza levantada. Finalizaba, inevitablemente, sus grandes epopeyas futbolísticas con el gol victorioso para su equipo.
Así que en aquella finalísima de temporada, donde se jugaba el todo por el todo de su futuro esplendor, multitud de personajes de los más grandes clubes del mundo habían venido para verle triunfar y ficharle por una cantidad astronómica.
Iba terminando ya el encuentro con el marcador de 0-0 cuando el árbitro, un maltés que había sido designado por la FIFA como el juez de la contienda por ser el más imparcial de los existentes aquel entonces, pitó un fenalty a favor del equipo del joven crack. El entrenador dio la consigna:
– !Tíralo tú, fenómeno!. !Tíralo tú y si marcas gol nos das el triunfo soñado y tú alcanzas la gloria deseada!.
Ahora dependía solamente de él triunfar o fracasar en el intento…
El joven crack colocó el balón en el punto reglamentario de los once metros de distancia y miró a los ojos del guardameta rival. Vio en ellos la desesperación y la impotencia. Imposible detener el disparo de su formidable zurda. Se descubrió a sí mismo que de esa manera iba a ser todo su futuro. Rodeado de millones de admiradores y con los rivales temblando de miedo y temblor. Entonces recordó la promesa que había hecho a su padre antes de que este muriese…
– Si. Papá. Seré un hombre humilde que nunca humillaré a ningún ser humano.
Y lanzó la pelota voluntariamente afuera, hacia el banderín de córner. Todos los vieron. Todos le insultaron. Todos rompieron su fotografía. Ningún enviado de los más grandes clubes del mundo se atrevió a fichar por una cantidad astronómica a aquel joven jugador que de aquella manera tan alevosa había traicionado a su propio equipo.
Allí acabó el futuro del joven crack. Pero nadie supo que él, en aquel mismo momento, había decidido dejar de ser un crack para convertirse simplemente en un humilde y sencillo ciudadano.
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Abuelita: busca en “Busqueda Avanzada” y lee el cuento titula El “crack. También está el fútbol como eje central del cuento.
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Corrijo el errro. El cuento se llama “Pichichi”.
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Abuelita: Busca también “El Ángel del Fútbol”.
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Por último, abuelita, busca el más reciente “Un balón entre dos” (Cuento Breve) y, aunque tengo escritas muchísimas referencias al fútbol yo creo que con estas muestras ya es suficiente. Si quieres ver todas las veces que me refiero al fútbol en otros muchos textos más, sólo tienes que cliquear en Búsqueda Avanzada, pones la palabra fútbol y busca en Diesel. Un beso, abuelita, y hasta la próxima.
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Abuelita: Si ya te has despertado hoy… aquí te envío otro de futbolistas (y me quedan algunos más):
Infancia profunda. Campo madrileño del Campana. Es día de fiesta y los jugadores verdiblancos han cedido el terreno de juego. No recuerdo nada del resultado final ni de cómo jugaron ambos equipos. No sé si ganaron los Cepillos o ganaron los Talegos ni cómo jugaron ambos equipos. Tampoco me atrevo a decir quiénes eran los mejores o quiénes eran los peores. Pero, para el domingo, estaba previsto que La Papelera madrileña jugaría contra el Arangurun bilbaíno. Ganaron los de La Papelera por 2-1 o 3-1. Sin embargo, entre los Cepillos y los Talegos quizás, pero no lo recuerdo, quedaron empatados. En fin, cosas de la infancia profunda en el campo madrileño del Campana.
Quizás a mediados de los años 50 del siglo XX rozando ya los 60. Infancia profunda de ir, los domingos por la mañana, a ver jugar al Campana saltándonos, a la torera, acudir a misa de los Sacramentinos mandados por mamá para que viésemos al Perra Gorda rugiendo amenazas de infierno y cosas todavía peores. O vencieron los Cepillos peluqueros o vencieron los Talegos panaderos o quedaron empatados… pero allí quedó grabada mi imagen viendo la victoria de los amarillos madrileños de La Papelera contra los rojiblancos bilbaínos del Aranguren, con unas cuántas sogas separando a los espectadores de los futbolistas. Y el señor de la rifa ofreciendo una botella de coñac al agraciado con la sota de bastos, con el as de oros o quizás simplemente con el dos de espadas o el cuatro de copas. Entonces la vida era como jugar a cortarse el pelo a cepillo o, mejor todavía, ir a comprar las barras de pan. Yo elegía siempre comprar las barras de pan con el talego de lona. O ir a buscar carbón de almendrilla y astillas te madera, con mis dos hermanos pequeños, hasta la calle 12 de Octubre, fecha memorable para mi futuro de aventurero. Pero entonces, como era muy niño, me conformaba con “Las Aventuras del FBI”, “Las Aventuras de la Policía Montada del Canadá”, las de “El Jabato” y, también, por qué no, las de “Mendoza Colt” y un largo etcétera más. Sería muy largo contar por qué hice presencia en el partido que enfrentaba a los Cepillos contra los Talegos, pero quizás fuese para olvidar alguna pequeña soledad y seguir soñando con Ella. Siempre Ella grabada en lo más hondo de mi corazón de mi infancia profunda. Por la tarde tocaba escuchar el Carrusel Deportivo con papá fumando, más que un carretero, cigarrillos liados con picadura selecta mientras anotaba, religiosamente, los goles uno por uno… y Ella sonriendo dentro de mi alma cuando yo miraba a mi padre sufrir por culpa del Atleti.
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Mi abuela materna: ¡Jajajajaja! Efectivamente. Lo recuerdo. Recuerdo cuando desviabas tu camino allá por la tercera o cuarta manzana y te pirabas hacia el Campo del Campana. Y es cierto que Los Cepillos peluqueros se enfrentaron contra Los Talegos panaderos y también que la Papelera venció al Aranguren cuando los vascos dijeron: ¿Y en este campo vamos a jugar?
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Sí, abuela. Yo escuché que, al bajarse del autobús, los vascos del Aranguren dijeron eso al ver un campo pelado, sin hierba alguna, y más duro que el pedernal. También recuerdo que al portero titular del Aranguren lo sustituyeron por el portero suplente. Los del Papelera madrileño vestían camisetas amarillas en recuerdo de los primeros periódicos de la Historia que se escribían sobre hojas de color amarillo y por eso el maillot de líder del Tour de Francia es de color amarillo. En ese campo del Campana llegué a jugar yo algún partido con el Esparta de San Isidro que, mira por donde, también vestíamos con camisetas de color amarillo. Quizás porque mi destino estudiantil sería llegar a ser periodista licenciado por la Universidad Complutense de Madrid como se cumplió en la realidad. El amarillo era, por aquel entonces, mi color preferido y por eso, por ser el capitán, obligué a los del Esparta de San Isidro que comprásemos todos una camiseta amarilla en El Rastro de Madrid y con pantalones de color azul. Eso también es verdad. Los números que pegamos en la espalda de nuestras camisetas eran de color rojo.
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Mi abuela materna: ¿Qué truco usabais para no ser descubiertos por vuestra madre cuando os preguntaba si habíais acudido a misa?
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Muy sencillo abuela. Teníamos un pequeño libro religioso donde venía el color que usaban los curas cuando daban misa. Según fuese la época así cambaban el color de sus casullas y sus estolas. Por eso sabíamos que a cada época le tocaba un color diferente y al decir dicho color convencíamos a mamá de que habíamos estado en misa. Jejeje.
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Mi abuela materna: ¿Algún jugador del Campana era tu preferido?
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Por supuesto que sí. Le llamaban Nico. Quizás su nombre era Nicolás pero sólo sé que le llamaban Nico y que era asturiano. Llegó a jugar en Primera División con el Oviedo y no era, como decía falsamente el Emilín, el que salía en los cromos con el Deportivo Málaga apellidado Martínez (Nico Martínez) porque entonces Nico el del Campana jugaba en el Langreo, del cual le fichó el Oviedo. Me parece que llegó a jugar un partido en Primera División (porque era suplente).
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Hay algunos errores en cuanto a Nico. Esto es lo que acabo de investigar: Nombre y Apellidos: Nicomedes Martínez Del Pozo. Nacionalidad: España. Fecha de Nacimiento: 1943-06-08 (69 años) Lugar de Nacimiento: Madrid-España. Posición: Centrocampista. Jugó en Liga Española 1969/70, en Primera División con el Real Oviedo Club de Fútbol. En total jugó 2 partidos. Fue la gran leyenda y el héroe del Campana de Madrid (que vestía con camiseta verdiblanca y pantalón blanco como el Betis). La verdad es que el Real Oviedo lo fichó del Langreo.
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Como hay que hacer justicia y descubrir la verdad es necesario hacer justicia con Nico y decir la verdad. Desde el Campana pasó a ser fichado por el Pontevedra, donde jugó, en Primera División, por dos temporadas (1968-1969 y 1969-1970), después siguió jugando con el Pontevedra en Segunda División (la temporada 1970-1971) y también jugó dos temporadas con el Oviedo, cuando fue fichado por el equipo ovetense procedente del Pontevedra, puesto que no jugó en el Langreo. En el Oviedo jugó la temporada 1970-1971 en Segunda División y la temporada 1971-1972 en Primera División. Después quizás se retiró como futbolista profesional y colgó las botas porque no tengo datos de que siguiera jugando ni en Primera División ni en Segunda División. Luego está claro que jugó 3 Temporadas en Primera División (2 con el Pontevedra y 1 con el Oviedo) pero no era el jugador Martínez del Málaga como falsamente decía Emilín.
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Hola abuelita: sí es probable que Nico terminara jugando en el Langreo pues, aun siendo madrileño de nacimiento, se terminó por afincar en Langreo (Asturias) donde vive actualmente. Así que es probable que Nico jugara en el Langreo de la Tercera División.
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Pues sí, abuelita, es cierto, como yo bien decía, que Nico jugó en el Langreo antes de fichar por el Pontevedra y además también había jugado en el Valladolid antes de hacerlo en el Langreo. Lee esta información que he obtenido de la Hemeroteca del “Mundo Deportivo”: Nicomedes Martínez del Pozo, Nico, de veinticuatro años de edad, natural de Madrid, se dio a conocer, futbolisticamente, en el Real Valladolid y yo añado y aclaro que donde se dio a conocer como futbolista fue en el Campana de Madrid, en Categoría de Regional antes de ser profesional. Sin embargo, por aquello de que nadie es profeta en su
tierra, tuvo que emigrar a Langreo donde, tras realizar dos magníficas campañas en la Unión Popular de Langreo, fue traspasado al Pontevedra. Actúa como interior de enlace, centrocampista. -
Este es el Cuadro de Honor de la carrera como futbolista de Nico en Primera y Segunda División: Pontevedra 1968-69 (con 25 años de edad) en Primera (jugó 2 partidos); Pontevedra 1969-70 (con 26 años de edad) en Primera (jugó 9 partidos); Pontevedra 1970-1971 (con 27 años de edad) en Segunda (jugó 14 partidos); Real Oviedo 1971-1972 (con 28 años de edad) en Segunda (jugó 28 partidos) y Real Oviedo 1972-1973 (con 29 años de edad) en Primera (jugó 5 partidos). De estos datos resulta que descubro que Nico jugó un total de 16 partidos en la Primera División de Fútbol Profesional de España (11 con el Pontevedra y 5 con el Oviedo).
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Recuerdo que escuché alguna vez oír a los viejos aficionados seguidores del Campana Club de Fútbol de Madrid, que el padre de Nico era carnicero o que Nico trabajaba de carnicero antes de ser fichado por la Unión Popular de Langreo y fue el diario Informaciones o el diario Madrid (ambos dejaron de existir por culpa de los censores franquistas) donde me dieron la pista de que Nico jugaba en la Unión Popular de Langreo al publicar las fotografías de los equipos de Primera División y de Segunda División, entre los cuales también salía el Club de Fútbol Badajoz, el Mestalla, el Cádiz y la Unión Popular de Langreo entre otros.
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Fue exactamente en la Temporada 1966-1967 cuando salió la fotografía de la plantilla de la Unión Popular de Langreo, que valían incluso como cromos para jugar a las chapas, en el diario Informaciones o en el diario Madrid y salían jugadores como los porteros Nieves (jugó en el Zaragoza) y Candi (jugó en el Granada) más Pico Miranda, Poladura, Vizoso, Romero, Santamaría, Fidalgo, Morales, Jáuregui, Cholo y NICO.
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Sacaste un libro de una frase Amigo!! Y de seguro ya eres el más comentado del Top
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Hola Juanjo: Se dice cuanto se puede decir y lo que no se puede decir es mejor no comentarlo. Un abrazo anmistoso.
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En realidad el Top no me interesa para nada pero el Top está presente y canto lo de “¡Se siente, se siente, el Top está presente!” ¡Jejeje! No te lo tomes tan en sirio serio caramba que llegarás a comprenderlo si aprendes a olvidarlo. ¡Mira lo que está pasando con los sirios serios por tomarlo todo a la tremenda!
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José no te culpo el hecho de que hayas creido que te comento lo que te comento x envidia. Te digo que la verdad No es así; nunca he sido de esa manera. Te saludo con la misma amistad que siempre y te digo algo más; a lo mejor mi comentario sobre lo del top si dice lo que está escrito, intenta descubrir si te importaba mucho el record y si es que te autocomentabas tanto para romper con la estadística. Un error puede haber radicado en No preguntártelo directamente. Un abrazo.
SÓLO ENVIDIO A JESÚS Y QUIERO SER COMO ÉL; a nadie más envidio nada. =) Aparte jamás me pondría a medirme con un escritor prolífico, que tiene libros, imparte letras; cuando yo no soy más que un sencillo aficionado. -
No te preocupes, Juanjo. Nuestra noble amistad no debe romperse por tan poca cuestión. La verdad, si te soy sicnero y de corazón te lo digo, es que los Top me resultan interesantes pero no para competir contra nadie. JAMÁS HE COMPETIDO CONTRA NADIE NI EN MIS LABORES DE ESCRITOR NI EN OTROS MUCHOS TRABAJOS QUE HE TENIDO QUE REALIZAR PARA GANARME LA VIDA. Te digo, como amigo sincero, que no tengo nada contra ti por tu comentario. No importa si está hecho en públio o en privado. No importa. La verdad es que nunca he competido pero me gusta comentar con mis amistades y mis seres queridos y entre mis seres queridos se encutra mi abuela con la que me encanta tener conversaciones y charlas como cuando, de niño, jugaba al lado de ella. DE VERDAD TE DIGO QUE NO QUISE MOLESTARTE A TI PORQUE TE CONSIDERO GRAN ESCRITOR Y, SOBRE TODO, GRAN AMIGO, NI TAMPOCO ME MOLESTA QUE OTROS U OTRAS CREAN QUE DESEO ESTAR EN LOS PRIMEROS LUGARES DE LOS TOP. NO ES ESO. ES QUE ME ENCANTA ESCRIBIR Y ME ENCANTA TENER TERTULIAS. LO DE LOS TOP NO ME PARECE MAL QUE ESTEN EN VOREM Y ADEMÁS CREO QUE ES UNA BUENA IDEA DE SUS CREADORES PERO NO ES MI INTENCIÑON BATIR NINGÚN RÉCORD. Si escribo y comento tanto es porque soy escritor desde que nací y tengo como profesión la de periodista. NUESTRA AMISTAD ESTÁ POR ENCIMA DE CUALQUIER COSA, JUANJO. UN ABRAZO AMISTOSO Y CORDIAL.
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Otro pa vos!!!
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LO de tu abuela que cuentas, es muy tierno, Felicidades por esa sensibilidad. Y tranquilo, No hay ningún problema…
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Juanjo: nunca dejes de decir lo que piensas. Podemos coincidir en muchas cosas y en muchos aspectos de muchas cosas pero somos seres liberados y tenemos nuestras propias visiones. UN ABRAZO SINCERO.
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LO de tu abuela que cuentas, es muy tierno, Felicidades por esa sensibilidad. Y tranquilo, No hay ningún problema…
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Buen consejo y sí; x ahí dicen que si nací gritando, xq he de callar ahora!!
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En cuanto a mi abuela materna, Juanjo, se llama Rufina y siempre confió en mí porque me veía diferente a los demás; porque siempre estuve con la familia y no se me ocurrió nunca jamás dividir a la familia como sí lo hicieron otros. Por eso me comunico siempre con ella. No porque tuviera preferencias conmigo sino que como vio mi forma de comportarme con mi padre, mi madre, mi hermana, mis otros hermanos y el resto de mi familia y mis amistades, llegó a la conclusión de que yo era distinto y diferente. Mi abuela Rufina no tiene por qué mentir y cuando me avisó de lo que hacían los otros no me estaba mintiendo. Por eso tengo tanta confianza con ella que estamos siempre en comunicación. De ella aprendí la sabiduría de ser siempre fiel a mis principios y mis valores y por eso sigo el Camino, la Verdad y la Vida. Quien quiera estar a mi lado que esté a mi lado allí donde yo decido estar y quien quiera alejarse de mi lado que se aleje porque no tengo por qué obligar a nadie. Eso es lo que dice Jesucristo y eso lo tengo tan asumido que es lo que digo yo. Por eso amo a Madrid y quiero a Madrid y si vivo en Madrid (aunque tenga que viajar a otros países cuando Dios lo quiera) es porque soy madrileño. A nadie le impongo condiciones pero soy madrileño y amo a Madrid.
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Literatura (pensamiento)
3 comentarios sobre “Literatura (pensamiento)”
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Besos amistosos a las dos. En realidad lo que decimos con la escritura es una verdad sólo cuando a dicha escritura la dejamos libre…
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Tu frase es para los que sabéis expresaros muy bien, pero los que ni sabemos decirlo con la boca ni expresarlo escribiendo, nos queda el consuelo del pensamiento.
Un abrazo Diesel. -
Excelente frase, totalmente de acuerdo.Saludos mi gran amigo
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Un comentario sobre “Literatura (pensamiento)”
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¡Que perogrullada! Ja, ja, aunque a nadie se le ocurrió pensarlo antes.
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¿Quién pudiera olvidar ciertas cuestiones para no tener que llamar a las cosas por su nombre?
Hagamoslo así por ejemplo (para no olvidar olvidando): “En la estación de Los Sentires, dicen que aparecen trenes inesperados, provenientes de destinos no señalados en el panel de las llegadas y que son trenes repentinos, que aparecen en instantes menos esperados, repletos de soñadores que vienen de un enigmático lugar costero llamado Silencio y que son jóvenes de ambos sexos, marineros de las ilusiones, que llegan en busca de vida. Allí, en la estación de Los Sentires, hay múltiples esquinas que, ahora, a comienzos del invierno, se impregnan de vaho, de aromas perdidos y reencontrados, de humedad vegetal, de blanca neblina donde se escucha el gorjeo de las palomas, los ruiseñores, las alondras y los mirlos alrededor de una fuente dorada a donde acuden a beber ángeles de plata. En una de esas esquinas, adornada de claras farolas encendidas rezumando diálogos con la luna, en un asiento a la intemperie, Elisa piensa y medita, sin que apenas se de cuenta del paso del tiempo, mientras construye numerosos barquitos de papel con folios en blanco. Ella no es consciente de la otra esquina, la que está junto al café de los transeúntes, en donde un escritor de barba larga se enfrenta con el folio en blanco y comienza a escribir: “!Destellos de luna sobre los rieles! A lo lejos oigo el murmullo de una cabalgata consistente. ¿Será el tren de los soñadores que está llegando para paliar el desánimo?. !Destellos de luna sobre este café que me baila en los sentidos!”. Elisa construye barquitos de papel a los que va poniendo nombres. Y, de pronto, llega el alba y la luz del sol enciende la estación de Los Sentires donde, !sorpresa!, hay miles de esquinas ocupadas por miles de jóvenes que están construyendo barquitos de papel. Algunos de ellos escriben poemas en sus folios blancos. Y hay uno, delgado y con cara de melancolía, que fabrica pajaritas… mientras más allá, a lo lejos, se oye ya claramente el ruido de las bielas. Es el tren de los soñadores que está cerca de hacer su entrada en la estación de Los Sentires. Se escucha, en este intervalo, una canción tan inesperada como el amanecer. Alguien se acerca a Elisa interesado en comprarle el barquito de papel que tiene por nombre Fantasía. Elisa sonríe y se lo regala. Un blanco diálogo escribe, mientras tanto, el escritor en su folio: – Vengo a decirte que dentro de ti está la luz. – ¿Y quién eres tú?. – Un ángel de plata que bebe todas las noches de la fuente donde gorjean los pajaritos. Elisa pone el último nombre a su último barquito de papel. Es un nombre tan inesperado como el tren. Pero igual de soñador. El último barquito de papel se llama Convicción. Mientras tanto ya todos los jóvenes de las múltiples esquinas de la estación están en plena euforia de construir barquitos, escribir poemas y hay uno que hasta fabrica pajaritas. Después, Elisa se levanta reposadamente y se marcha a paso lento hacia el andén.
Elisa es la chavala más guapa de toda la ciudad. Está en edad de pensar cuál será el hombre de su vida. Tiene cuatro opciones que ha decidido estudiar silenciosamente, mientras apunta las correspondientes anotaciones en su cuaderno especial. Un cuaderno que le regaló su abuelita Ana desde que era muy niña. Su madre María de la Luz le da consejos. Ella sólo escucha, aunque su corazón, frío casi siempre, late en tremenda galopada cuando se refieren, tanto su abuelita Ana como su madre María de la Luz a uno de aquellos cuatro hermanos. Debe elegir pero ella sabe que ya ha elegido. El mayor le ofrece poder, mucho poder, un poder tan inmenso para hacerla gobernar el mundo. La desea ardientemente. El segundo sólo es un poeta bohemio, de vida nocturna, que camina entre las calles pensando canciones nada más. El tercero es un chico que va engordando poco a poco mientras la desea empalagar con el deporte del triathlón. El cuarto es timorato, pero las mata callando. Ella ya le tiene elegido, desde siempre, porque hay uno que le ha robado el corazón. Está claro que es el poeta…
Mi abuela materna: ¡Muy bien, Jose!
Muchas gracias abuela. A veces comentar es un placer.