La ilusión puede transformarse, muchas veces, en el mayor punto débil de una persona. La ilusión, irrealidad atormentadora, sintetiza lo que se llama imaginación y estremecimiento. Recubre la simple realidad, objetiva y triste.
La ilusión impulsa a la persona a volar, a ascender; aunque siempre al tanto de una posible caída o derrota. Pero los caminos de ilusión suelen ser mas enérgicos y divertidos que los caminos de determinismo mundano (también llamados: realidad). Sucede quizá, que las formas estereotipadas carecen de ese movimiento ilimitado que invita a eso, a soñar.
Un comentario sobre “Mi punto débil”
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La ilusión es llama de luz allí donde los determinismos no alcanzan… porque la Realidad sin Ilusión es una quimera opaca. Tu punto débil es, por tanto, el punto más firme y fortalecedor de tu incandescente presencia. Un beso, Celeste. Saludos desde aquí…