Envuelta en alargadas sombras,
mi alma en el bosque umbrío,
siento mi pensamiento sombrío,
cuando el amor tú me nombras.
Tengo temor a ganarte,
miedo tengo de perderte,
parece que te divierte,
que yo pueda idolatrarte.
Mi amor era un clavel hermoso ,
que flotando llegó a tu orilla,
y en forma roja de buganvilla,
profanó tu corazon primoroso.
Si al tomarlo en tu mano,
lo notas apasionado,
piensa que en el pasado,
tuvo el corazón vano.
Yo nací para quererte,
tú vives para matarme,
no dejas de demostrarme,
que moriré por perderte.
Si toda mi vida te sueño,
y toda la tuya te escondes,
dime mi vida por donde,
podré hacerme yo tu dueño.
Si al escalar grandes cimas,
no logro encontrar tu querer,
no debo desfallecer,
si tu aliento me aproximas.
Acabo ya mi pensamiento,
dejo ya de divagar,
debo dejarte de amar,
y olvidar mi sufrimiento.
Alma amorosa la tuya, compañero. Alma de poesía enhebrada en el amar y en el pensamiento del sufrir ese amor. Gran calidad en tu poema. Te felicito. Y te envío mi más amistoso abrazo.
Bonito poema, como todos a los que nos tienes acostumbrados.