Aquella mañana tocaba el violonchelo en la entrada de la catedral de Osorno. El poco dinero que ganaba me alcanzaba para vivir dignamente. No como hubiese querido la Marcela, claro está. Ella quería que trabajara en la empresa de su padre. Pero yo amaba la música, tanto como a ella. Por eso tal vez le dediqué mis melodías. Aquella mañana la recordé más que nunca, se cumplía un año sin vernos. Aquella mañana cayeron $10.000 dentro del estuche del violonchelo. No pude evitar levantar la vista, sólo seguí el ruido de sus tacones perderse por el corredor.
4 comentarios sobre “Aquella mañana.”
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Me encanta por la música de violonchelo.
Me encanta porque todas las melodías se las dedicó a ella.
¡Ah, $10.000, ojalá me parara alguién por la calle y me los diera a mi!
Su-bli-me por esos tacones que se pierden por el corredor, ¿pero levantaste la vista o no? ¿quién era la dama?
Es un pequeño gran relato.
El misterio de la dama de los tacones queda latente en el relato de los 10.000 dólares. Pero aquella mañana milagrosa la melodía del violonchelo triunfó. Muy bonito porque resume una esperanza fortuita al pie de la catedral de Osorno. Por cierto… me parece que es una catedral de una ciudad chilena ¿no es cierto?.
Mi cuñado es chileno. Varias veces he viajado a tu país porque yo residí durante 13 años en América. Con mi cuñado Pepe Salinas, chileno, visité la ciudad de Osorno y conocí la Iglesia de San Mateo (que es preciosa por cierto y muy moderna y estilizada en sus arcos votivos góticos). ¿Es la Iglesia de San Mateo la Catedral de Osrono?. Me dijeron que si pero no estoy seguro… el caso es que tu hermoso texto-relato está ubicado en la Catedral de Osorno y me suena que es la misma que conozco yo como Iglesia de San Mateo. Sácame de dudas, amiga vorémica… y un besote por tu excelente trabajo literario.
Pues asi es mi estimado y querido Diesel.
Me asombra que conozcas Osorno, ya que yo vivo ahi desde muy pequeña hasta los días de hoy, claro que ahora me he marchado a una cuidad vecina, Valdivia, a estudiar en la Universidad Austral de Chile la carrera de Terapia Ocupacional.
Y si, es muy bonita nuestra catedral cierto? Debo decirte que la han arreglado y ahora el techo por la parte de afuera es de cobra y han puesto vitrales en la parte de arriba de la puerta de entrada, sin embargo, sigue tan impetuosa y majestuosa como siempre.
Recuerdas que adelante de ella había unas escaleras pequeñas que rodeaban el frontis? Pues ahi está ambientado mi relato, es un lugar ideal para ponerse a tocar algún instrumento. Debo decir que el realidad no eran 10.000 dólares, sino 10.000 pesos chilenos, que equivale a una cantidad aproximada en euro a…13.4978¤, que aqui es de los billetes más grandes que tenemos.
Saludos y que alegría saber que, aunque no nos conozcamos, alguna parte de nosotros que se quedó en aquella catedral, se han quedado sentados junto al violonchelo hablando sobre nuestros relatos.