En la esquina interior de la barra del Brentwood, se encontraba un ser oscuro como su vestimenta y su espíritu apagado, pues hacía remover los hielos de aquel vaso de Whiskey, mirándolos fijamente en su recorrido por aquel vaso bajo. Ignorando a la música, se mecía tranquilo al ritmo de un blues de alguna época mejor, desafiando así a las ideologías del bar, mientras repasaba tranquilamente sus pensamientos y, de cuando en cuando, dejaba rienda suelta a alguna lágrima que recorría su cara redonda y triste, recordando tiempos mejores de su juventud.
Mientras se secaba las lágrimas, encendió un cigarrillo y dió un trago largo a su vaso. Fué entonces cuando su mirada se posó sobre las caderas de una chica, sobre las cuales se tendía una mano canalla de un ser largo y estrecho. En ese momento, rompió a llorar mientras miraba el cuello de la botella de su Whiskey, recordando cuando él había sido aquel canalla, momento que aprovechó para estampar su vaso contra la barra, y marcharse de su esquina para recorrer el camino oscuro y triste a algún lugar donde los desterrados encuentran su consuelo.
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Ahora que te conozco
Nunca llegué a pensar que justo hablase de tí. Poco te conocía y mucho menos hablar. Pequeñas conversaciones en ratos perdidos de la noche de cualquier día, donde el único amigo que tienes para ese momento es un buen disco y un buen vasito de Bourbon, o una fresca rubia. No quita ello que tu compañía fuese non grata, pero visto así queda como un simple añadido a esa minifiesta montada alrededor de tus pulsos binarios.
Después de mucho tiempo he llegado a conocerte, y ahora cada vez que consigo verte y hablar contigo, esa minifiesta se convierte en toda una explosión de lo mejor que me puede rodear dentro de este rincón de paz. Te he visto, y no me puedo quitar de la mente esos ojitos tan claritos, redondos…
Admito tener miedo de aquí en adelante. Tu burbuja es algo que me detiene a hacer muchas cosas. Tomaré en cuenta lo que me dijiste una vez y lo llevaré con calma, pero creo que aunque no me sepa expresar adecuadamente, trato de demostrarlo lo mejor que puedo. No obstante, me alegro de conocerte.
Son cosas que pasan
Llevo retomando una parte de mi vida que dejé atrás hace tiempo y no puedo evitar que me guste. Echaba tanto de menos esos días que nos pasábamos los dos tomado copas en cualquier bar, y comentando nuestros deseos, nuestras penas, nuestras alegrías y nuestras ideas. Repasando una por una casa cosa, y obteniendo respuestas a las dudas de cada uno. No puedo evitarlo, echaba de menos esos ratos de Bourbon y Rock & Roll y ese rubio mezclado con rubias y bytes en una casa cualquiera. Esas risas comentando las jugadas de las chicas del drugstore que tanto nos miraban, o creíamos que nos miraban y se marchaban con otro tipo. Joder, son tantas cosas que, a pesar de tu salvaje número de pájaros en la cabeza y de tu estupidez benigna, echaba mucho de menos.
Me alegro de no haberme equivocado y ver que, aunque poco, has empezado a desalojar gorriones de tu sesera. Ahora me preocupa que todas esas ideas de antes y de hoy, se larguen en lo que te dura un Nestea. Recuerda siempre de dónde vienes, y mantén tu Norte firme, porque puede ser que no te encuentres.
Gracias.
Lecturas de un corazón solitario
Son las 6:40 de la mañana de un Lunes 16 de Agosto. El verano se está empezando a marchar, y con ello gran parte de la actividad del calorcito, y todas esas cosas. Estaba aquí en mi mesa de siempre, y estaba repasando algunas de nuestras conversaciones de Messenger y otros pequeños mensajes que de tí tengo guardados, y sobre todo, esa postal tan bonita del día de San Valentín del año pasado. Leo todo con detenimiento y tranquilidad, y en más de un momento no puedo evitar el echar alguna lagrimilla por todas aquellas cosas tan bonitas que acostumbrabas a decirme, o de aquellas veces en las que estabas angustiada y yo te ayudaba a superarlo, en mayor o menor medida.
Falemos de falar (Hablemos de hablar)
Esto que voy a escribir ahora mismo, es algo complicado, cuanto menos, ya que desde pequeño he estado escuchando gallego, por lo que hablar y escuchar no es difícil. Dífícli será escribir estas líneas, a petición expresa de un voremista. Si hay algún gallego y si no le molesta, que me lo corrija, y de paso que me disculpe.
Que sea de vuestro agrado.
Momentos de reláx II
Un buen momento para tararear una bonita canción mientras tapeas con el pié no? Ese momento de reláx, de paz, de descanso, de desconexión. Una cervecita fresquita, unas gafas de sol y estirar los pies alegremente en la mesita de hierro forjado al ladito del paseo, donde la gente transcurre sin mirar a su alrededor.
Una breve pausa
Es una mierda esto de tener que ver todos los días las mismas jodidas fotos, los mismos muros y la misma taza del water con roña de años. No sé cómo coño he llegado aquí, pero solamente sé que se lo merecía. Era algo necesario por la comunidad, o de lo contrario terminarían engulléndonos como a una ostra.
Un poquito nada más
En algún momento del día, sea donde sea y con quien sea, simepre es sentida esa necesidad de algo que sabes que necesitas, pero no sabes qué es. Todos dormimos, trabajamos, fantasmeamos y un largo bla bla bla que tambien todos conocemos. Lo necesitas, lo requieres, es obligatorio. No está ahi. Entonces, ¿donde diablos está?¿Alguien puede decirme donde demonios está?¿Quieres sacarlo de una vez? Es un camino lleno de penurias y de piedras, hay que andarlo para conseguirlo y hacer lo que esté en las manos. Debes hacerlo porque es muy necesario para tí, Sientes que lo necesitas. De la misma forma que el comer, que el respirar. No, no tanto como respirar, pero sí como comer. Necesitas más, pero no lo tienes. Obligación, por Dios, de tenerlo ahí delante. ¡Quiero más!¡Necesito más!¡No aguanto más! Me canso de buscar y de no encontrar y la bolsa de soluciones se empieza a vaciar. Necesito ayuda, quiero que me tiendan una mano y me levanten del cochino suelo.¡Arráncamelo de una vez!¡Quítame ese dolor que tengo ahí junto del bazo!¡Déjame!¡Deja de putearme y de joderme!¡Vete a dar por el culo a otro sitio!¿No te das cuenta que solamente quiero descansar? Comienza a anochecer en la explanada desierta. No me tienden la mano.¡No me dejes solo, perro!¡Esos cubos me dan miedo y lo que mora en ellos!
Se ha hecho de noche.¡Agárrame tío, y sácame de este puñetero agujero!
Momentos de Relax
En un momento dado del atardecer invernal uno se asoma a la ventana y nada más que piensa en el qué hacer del día siguiente, o quizás en simplemente volver a hacer el vegetal merodeando por las calles de Madrid. Puede ser aburrido o simplemente una mera forma de pasar el tiempo. ¿A quién le importa? No tiene ninguna importancia si es divertido o no, es una forma como otra cualquiera.
En las calles de Madrid el tiempo pasa muy despacio, y a pesar de encontrarme en una entera libertad sin corbatas ni responsabilidades, parece que todos y cada uno de los edificios simulasen un bonito muro de cristal. Si, no puedes salir. Estás encerrado. ¿Qué putada verdad? No hay salida, esto es como la jaula del hámster que tiene el crío mimado en su casita y decide ponerle los tubitos para correr y tenga un maravilloso circuito, solamente que aquí no hay gratificación por darle la vuelta.
Prefiero meditar tranquilo esperando a mi ocasión mientras me susurran los pichones al oído.