Todas las entradas de: Diesel

Café, tabaco y unas huellas de carmín.

Aquel viernes no era, desde un principio, igual que los demás. Para empezar, Laura no había citado a Luis en la misma cafetería de siempre. Esta vez era un nuevo local para él, una cafetería situada en los extrarradios de la ciudad que Luis no conocía de nada. A mucha distancia de la cafetería del barrio central donde todos los viernes Laura le citaba para comenzar el fin de semana juntos. Una cafetería muy lejana de aquella donde todos los viernes reiniciaban su romance idílico. No. Aquella cafetería de este viernes era totalmente extraña para él. Sin embargo, ella, Laura, estaba allí completamente serena, segura de sí misma, completamente a gusto. Así que él dedujo que no era la primera vez que Laura tomaba café y fumaba un cigarrillo allí, ante una de aquellas mesas de madera de color caoba. Era una manera de comenzar el fin de semana enteramente nuevo para Luis. Sigue Leyendo...

Cuando uno se pregunta… no existe el tiempo.

Todo un mundo de tierra mojada reunida en la concéntrica playa de los deseos. La barca es hogar para la arena húmeda mientras el viento levanta pájaros de la hierba. Al lado de cada grupo de ráices desnudas, los tilos abrigan a sus nuevas diosas en forma de girándulas aéreas. Detrás de todas las cosas existe el alma de las rosas blancas trepadas sobre un muro negro donde alguien ha pintado una luna azul que cae en el centro de las mariposas multicolores para cazarlas al vuelo. Alguien moldea flores voladoras que beben de los pechos del viento. No puedo olvidar el sueño y me quedo hondamente dormido en los ojos de los demás. Ya no queda más historia que el cuadro pintado bajo las lluvias del invierno. Cuando uno se pregunta… no existe el tiempo. Sigue Leyendo...

Danza Marina

Las olas se embriagaron de playa estatuaria en la anatomía de los pinceles de tu cuerpo y se dibujaron las bocas de las danzas que iniciaron las sirenas con sus pasiones. La eternidad del horizonte se fusionó con las pupilas de las miradas que se hicieron viento acoplado al sentimiento de las olas. Se hipnotizó el tiempo de las mareas y el movimiento ondulante del mar se transmutó en suceso voluntario. Todo el panorama se compuso en escultura.

Nombres de sí mismos y pronombres de los demás.

Manuel Vicent declara, en su columna dominical de esta última semana, que sólo hay tres clases de hombres: los vivos, los muertos y los que navegan. Y yo pienso, apoyándome en dicha definición (muy subjetiva por otra parte) que cualquier navegante está siempre zozobrando entre la vida y la muerte. Depende, como insinúa Vicent, de la clase de viento que tenga al navegar. Allí donde sale el Sol siempre habrá un número ilimitado de seres humanos dispuestos a la travesía. No están vivos ni están muertos. Simplemente están. Hay una región que simboliza sus aventuras: la Ítaca de los ulises que buscan sus experiencias para luego transmitirlas alrededor de un humeante café con aguardiente. Allí donde el Sol se oculta hay siempre un número ilimitado de seres humanos que están respondiendo a las preguntas imposibles de contestar sólo con la vida o sólo con la muerte. Son los intérpretes de este estar andando continuamente entre la bruma y la neblina, entre la luz y el ocaso, entre el aire y la tierra… Sigue Leyendo...

El Poeta del Espejo versus El Puño del Hombre (segundo asalto)

“Es en la fuerza de la suprema voluntad por alcanzar las metas de la vida y no en el sentido esotérico de nuestra presencia inmaterial donde reside el futuro humano. Lo que es necesario es que el hombre perviva en su más plena naturaleza animal. Quizás sólo seamos animalidad consciente… pero es ahí, en esa sentida superioridad, donde se basa el predominio humano sobre el resto de la vida. Es en lo práctico de la materia donde radica el ordenamiento de todas las cosas que dominamos, he ahí la grandeza humana. Debemos ser potencia destructora para ser síntesis transformadora y creativa. Construímos lugares para lo sensitivo. Estoy defendiendo la sensualidad de la materia y no su espíritu que adolece de falta de energía sustancial”. Sigue Leyendo...

El Poeta del Espejo versus El Puño del Hombre (primer asalto)

Cae la noche. Ante el espejo de las doce cuerdas, una por una, y bajo las luces de los focos del ring, El Poeta da rienda suelta a su fantasía. Enfrente de él, El Puño del Hombre mira silencioso sus movimientos. Tiene el rostro contraído, ensombrecido por una materia granítica. Su rostro prefigura la sensación de una mueca sardónica mientras el Poeta del Espejo lanza su ataque.

“Aquí en el medio está la vida
encajada en el misterio de la niebla.
Habla el tiempo de la pausa encendida
enntre la luz de la noche y la tiniebla”. Sigue Leyendo...

El gozo intelectual y cultural

Primeramente me pregunto ¿qué es gozar?. Experimentar placer es lo que dice el diccionario. Pasarlo bien. Disfrutar con algo o con alguien. Entonces, partiendo de esta forma definitoria, ¿es posible gozar con el desarrollo del intelecto y con el amplio crecimiento de la cultura personal?. Por supuesto que sí. Yo diría que, junto con el gozo de lo sexual, el gozo intelectual y cultural es uno de los más completos que tiene el ser humano. En este sentido voy a transcribir lo que escribe el profesor Jorge Wagensberg de la Universidad de Barcelona: Sigue Leyendo...

La Mañana y el Vacío.

La mañana se presenta hermosa. Los rayos del sol se columpian entre las ramas de los árboles del jardín. Entra dentro de la habitación un olor a perfume de rosas frescas. Alguien las ha dejado aquí, a pocos centímetros de la almohada. Alguien que está ahora preparando café. En la casa suena la voz de Nina Persson. Huele el café. Todo es perfecto para la calma. Nada por hacer. nada. Ninguna cosa.

Mientras desayuno pienso que hoy no tengo obligaciones. Es como si se me hubiese conmutado alguna pena judicial. Sin embargo quiero escribir un poema. Pero hay algo, hoy, esta mañana, que me lo impide. Algo que me dice que es mejor salir ileso. No. Ahora no. Ahora no tienes hambre de letras. Así que no compongo el verso. Sigue Leyendo...

¿Hasta qué número?

Llegaré… ¿hasta qué número
de minutos silenciosos y repletos?
contando lo que crea la memoria
al perdérseme esta noche del insomnio.
Tensa… tensa está la historia
del despertar completo
y es en este momento
cuando abro el sueño y la canción.

Mantengo la ensoñación
!última página del tiempo!
como ligero pasatiempo
de la breve sensación.

El crack

Todos elogiaban y alababan la forma de jugar al fútbol de aquel joven deportista que con tanto entusiasmo triunfaba jornada tras jornada en la competición local. Artista del balón, aquel joven delantero era la admiración de miles y miles de personas que venían de todas partes sólo por verle jugar. Hacía maravillas con el esférico en los pies. Era un singular malabarista. Trenzaba líneas inimaginables sobre el césped mientras corría con el balón cosido a sus botas. Y siempre con la cabeza levantada. Finalizaba, inevitablemente, sus grandes epopeyas futbolísticas con el gol victorioso para su equipo. Sigue Leyendo...

Suenan los vientos de la galaxia…

Suenan los vientos de la galaxia haciendo reverencias al parpadeo de los cielos tachonados de estrellas y yo me voy, una vez más, a vivir con la idea de que pertenecemos a todos los lados de este pequeño rincón llamado universo. Veo en el mapa nocturno a un vagabundo de costas lejanas y más allá hay tierra. Tierra llena de almas por todas partes. Tierra de rostros con colores distintos pero corazones iguales. En el ámbito de todos hay venas humanas trenzadas en un paisaje de pequeñas cosas cotidianas que se hacen sombra en esta noche callada. Y yo miro el anhelo de correr libremente entre todos (como cayendo de cualquier país) para sentir la historia humana en el centro de mi frente. Pienso. Y noto un efímero pasar ligero de las horas en este mundo transparente y nítido en el cual los corazones crean un instante de comunión conjunta con todo el milagro de la vida. Sigue Leyendo...

Movimiento

Todo movimiento es cambio; desde las golondrinas en vuelo hasta los electrones de carga negativa que se hallan alrededor de un átomo y desde las briznas de hierba que se lleva el viento hasta el niño que gatea sus primeros pasos por el suelo. La luz del horizonte es movimiento. Y la espalda de quien camina hacia una meta. Es movimiento también la marea que se aleja desde la playa al epicentro del océano.

Todo movimiento es un chasquido en el reloj de muñeca de un ser humano; un empezar a volver a ser habitante de las cosas nuevas y otra vez y otra más y otra. Todo movimiento es una relación que se crea entre entre el antes y el después de los momentos consecutivos. Sigue Leyendo...

Tolerancia (un poema de Kjell Heggelund)

Tus dioses no son mis dioses
Tu verdad no es mi verdad
Tu soledad no es mi soledad

Pero también tu soledad tiene su valor
También tus dioses están contabilizados
También se contará con tu verdad

Así es que no desesperes.

(I min tid, 1967)

(El poeta Kjell Heggelund nació en Hamar (Noruega) en 1935 y es un surrealista al estilo de Paul Elouard y otros franceses como André Breton, Philippe Soupaudt, Louis Aragon, Crevel, Antonin Artaud y Péret).

Es una tarde conocida

Dos caracolas con quienes escuchar en una playa donde se confirma que algo de nuestros sentidos se ha unido con la arena. El manojo del espacio es algo de nostalgia bajo el peso de una caliente tarde tan frágil como el herrerillo común con su plumaje azul y amarillo: mar y sol en el centelleo de la playa. Recuerdo sólo algunos sueños en medio del tiempo blanco. No me hace daño hoy recordar ese momento de la mucha luz escribiendo a alguien un “suelo llamar a todo un volver aquí”. Estoy en ningún sitio especial salvo aquel lugar en que escucho dos caracolas en la playa. Sigue Leyendo...

En la ola interna de mi alma

No pregunto nada. Sólo escucho
al mar bañándome la cara.
Hay una ola blanca que declara
por qué estoy aquí y por qué lucho.

Sé que no es poco sino mucho
el tiempo en que el reloj se para.
Sé que hay un trecho que separa
al néofito varón del que es ducho.

Y no podré.

Y no podré.
Y no podré soportar tu ausencia.
Por eso prefiero ser yo el primero
en abrir la vida y despedirme;
para no tener que seguir este camino
sin tu risa sonándome en el alma.

Y no podré.
Y no podré soportar tu ausencia.
Por eso prefiero ser yo el primero
en salir del mundo de los sueños
y esperar al pie de la madrugada
a que tú te levantes del recuerdo.

Y no podré.
Y no podré soportar tu ausencia.
Por eso prefiero ser yo el primero
en sacar del pecho la esperanza
y transformarla en eco de otro mundo
para que tú la escuches en silencio. Sigue Leyendo...

Corazón/cerebro de lo tiernamente vivo

Mi mano sostiene la misma noche que busca una fuente y encuentra un alma. Busco una orilla donde recordar mi patria infantil; un corazón colocado en una suave mano; una caricia leve en el fondo d eun pozo; una dulzura escrita en el bronce del camino; una verdad de abedul bajo el disco de la luna. El país de todos mis deseos es una herramienta del Arte; un ensueño de la espera; un ardor de la palabra. Más allá está la pequeña lágrima de ojos golpeando el humus de la totalidad. El yermo es grande. A lo lejos murmulla la catarata de las emociones y la luna brilla por encima de los abetos.!. Sigue Leyendo...

La música de la araña

Y su sombra cayó al piso permaneciendo allí una cierta cantidad de segundos, sobre una colcha de algodón mojada mientras la araña, desde su ángulo oscuro, dibujaba una red de lo absoluto. Una copia de un hombre que se va pero deja el negativo de su imagen en esta su única vida descrita por el cronista de los dioses. Adioses. Cuando lo mejor ya ha pasado siempre queda alguna anécdota disparatada sobre la colcha de algodón mojada. O porque lo dio todo o porque no dio nada… el caso es que hay algunos que, aunque no salgan en la televisión, tienen cinco minutos de gloria en las telarañas de los famosos. Choque frontal. Una vida a medias. O el toque de un clarinete de jazz situado sobre el negativo de una fotografía de color sepia. En primera página los periódicos de hoy muestran un titular sorpendente: “Sobre una colcha de algodón mojada aparece un espejismo”. Todos están intentando interpretar la música de la araña. Sigue Leyendo...

!A contar frailes!

– Abuela ¿dónde vas?
– !A contar frailes que me han dicho que falta uno!

Y la abuelita, muy ofendida y cansada de tantas travesuras, cogía el portante y salía disparada hacia la calle sin decirnos dónde se iba… pero todos sabíamos, desde hacía tiempo, que se iba al Parque del Retiro a encontrarse con sus amigas y pasar la tarde charla que te charla sin el incordio de los cinco nietos pegados a su falda.

Y allí quedábamos todos, con el aire perfumado de la abuelita suente sintiéndolo en nuestro ánimo. Por un lado, la libertad de poder jugar a policías y ladrones sin tener que ser amonestados y, por otro lado, la nostalgia de sus bellos ojos azules siempre protegiéndonos. Sigue Leyendo...

Las crujientes hojas

Se mueven en la vida bajo el tiempo irregular del buscar a tientas puertas y ventanas por donde colarse. Alquimia de la redención. Todo es movimiento entre las raudas hierbas como manchas de humedad adosadas ligeramente a la tierra. Son las crujientes hojas; las que hacen meditar a la materia humana sobre sus raíces y sobre quienes juegan los niños a hacer sonar chasquidos en el reloj de los juegos. Tictac. Las crujientes hojas gritan canciones del pasado verdor y ahora, amarillas en su ocaso, llenan de diminutas porciones el pensamiento de los humanos. Son las crujientes hojas que traen al mundo mortal un oleaje de última energía antes de ser suspendidas por el viento en la demarcación de la nada. Sigue Leyendo...

Tú eres la niebla

Tú eres la niebla y siento tus besos en mis mejillas… ¿sientes tú mi boca blanca sobre la tuya roja?. Sí. Tú eres la niebla que busca eternidad en la existencia de los besos blancos sobre tu boca roja como un surgimiento de flores en tropel en este mundo donde la piel se vuelve sintagma de las emociones. Locura. Sueño. Sólo fantasía. Llámelo como quiera la prosa de cualquier futuro. Pero hoy, en esta amanecida, tú eres las niebla y siento tus besos en mis mejillas… ¿sientes tú mi boca blanca sobre la tuya roja?.

!Se busca a Mikolajus! (para Carlota)

Hola Carlota. Sé que, al igual que a mí, también te gusta todo tipo de música, desde la más clásica a la más moderna… pero hace cosa de un mes tuvismo una “charla” vorémica sobre un tal Curlionis. Poco sabía yo de este compositor lituano que era bastante enigmático para los megalómanos. Así que intenté por todos los medios saber algo más de él. Tras arduas investigaciones he podido dar con algunos datos precisos. Como dije, se pronucia Churlionis pero se escribe Curlionis. Bueno. Pues tampoco ha sido totalmente cierto este dato y de ahí la dificultad de saber algo de él. Sigue Leyendo...

“Torrico”

“Torrico” es un hombre hecho fuerte por los golpes de la vida y los vaivenes de la ciega suerte del destino; ha visto llover a muchas nubes y ha visto pasar ya de largo a muchas lunas. Es un hombre que ha hecho desfilar los años en su propia carne afanándose por “ser” en vez de “estar”. ¿Somos personas o estamos como personas?. He aquí el problema filosofal que hemos estado desbrozando mientras nos tomábamos el vermut, durante el mediodía, en el bar Los Valientes. Los años han “estado” en un “Torrico” que siempre ha deseado “ser”. Sigue Leyendo...

Azul

Azul celeste, azul del mar,
azul de viento, azul turquesa,
la vida de azul se condensa
cuando te quiero pintar.

Es azul el querer tocar
tu alma como empresa
y viene y se va y regresa
el azul como un pleamar.

Azul es la gran sorpresa
que contiene la promesa
de este intentarte amar.

Y el azul se me espesa
en la acuarela tan densa
con que te quiero soñar.

Verso blanco con color carmesí

Tú eres ese sentido que sabe a conciencia,
la llave espiritual de todas mis pasiones,
el eje fundamental de toda mi existencia,
la que abre la esperanza a toda mi inquietud
dejándome impresa tu huella de mujer.

Tú eres aquella que se alcanza con el alma
cuando el cuerpo crepita de ansiedad,
la noche acrisolada de firmes desvelos
y el halo indetenido, de luna carmesí,
que besa a las estrellas en el cielo
mientras el alba me baña de esperanzas.

¿Por qué Gaviota no dijo sí?

La presente reflexión es un hecho real que le sucedió a una amiga y que me tuvo meditando durante mucho tiempo. Gaviota era una amiga muy íntima. Ambos trabajábamos juntos en una entidad bancaria madrileña. Trabajar como empleado o empleada en la banca es igual que trabajar en cualquier otro “mundo” de oficinas; todo depende de si eres feliz o no eres feliz trabajando allí. Yo he conocido a muchos compañeros y compañeras de banca que eran felices y se sentían realizados como personas en esas oficinas. También he conocido a muchos compañeros y compañeras de banca que no eran felices y no se sentían realizados como personas trabajando como administrativos. Depende de los sueños personales. Gaviota y yo éramos de estos últimos. Nuestros sueños de realización personal estaban muy lejos de estar siempre sentados delante de una mesa de oficinistas aunque nos pagaban un muy buen sueldo. El caso es que Gaviota conocía todos mis sueños y yo conocía todos los sueños de Gaviota. Estaban lejos de la banca. Sigue Leyendo...