Abierta la ventana, refleja la luna…fortuna
de los videntes: noche y sombra.
Alguien deja reposar su pensamiento
sobre un texto,
y un baile de tarots anuncia la Sombra,
inmensidad de lo no creado, pero presente.
Confrontación con el ser o no ser..
fluido caudal donde la templanza agoniza.
La prisa por dejar de ser para compadecer
como culpable.
Manos manchadas de sangre
por el simple hecho de no decur nada.
La Sombra se desliza sobre la inmediatez de un accidente.
Nos hemos ausentado de la intimidad,
del vértigo de la locura,
de lo impropio de una vida ilícita y prejuzgada.
Alimentada la Razón, deja a la sombra
en el Marginalia de en el Nombre de la Rosa.
La sombra, deslumbra al adolescente,
como el Anillo que Tolkien quiso convertir en Dios.
Bendita Sombra, ceguera inoportuna, grito
hacia la luna,
virgen madre de los perros que se arrancan en aullidos.
Y después…la calma y la seguridad son simples
estados, animados de un sueño sin poesía.
La vida es la única razón por la que estamos aquí,
y la Sombra, la materia Oscura de un Cosmos
generador de miles de estrellas.
(Dedicado a Diesel)