Hoy,un día como otro cualquiera,me ha dado por pensar en cómo hacemos los amigos,cómo llegamos a donde estamos en función de nuestras amistades.
Cuando somos bebés,no recién nacidos me refiero,algo más mayorcitos así como de 3 o 4 años,la amistad no existe,el tiempo en su mayoría lo dedicamos a dormir y a conocer el mundo que nos rodea y eso,por supuesto,sólo ocurre cuando empezamos a conocer lo más fácil,es decir,lo tangible.Lo que podemos conocer por su tacto,su olor,su sabor,lo material al fin y al cabo.
Cuando tenemos 6 o 7 añitos ya empezamos descubrir que se está mejor acompañado que sólo (aunque luego con la madurez nos demos cuenta de que esta afirmación no es del todo cierta) y ese sentimiento es el que nos hace expandirnos hacia los demás en busca de la tan ansiada compañía.Normalmente solemos escoger,no al azar ni mucho menos,escogemos a los vecinos,a los que viven más cerca.Con los que nuestras madres puedan turnarse para llevarnos al colegio,por ejemplo.

A los 13 años,comienza (bueno ahora parece que comienza antes) la siempre temida por los padres “edad del pavo” o adolescencia.Es en éste momento crítico cuando las amistades juegan un papel fundamental.Si estás sólo o no tienes amigos estás excluido de todas partes:del cole,del equipo de fútbol o de las chicas molonas de tu clase.Estás perdido.Se meterán contigo y lo pasarás realmente mal.Luego están los que tienen muchos amigos.A esa edad tampoco le das mucha importancia al quién,si no al qué,al qué dirán.Y entonces conoces a mucha gente y te crees que todos son tu amigos.
A los 16,la cosa es peor,en un momento de crisis te das cuenta de que estás sólo,que realmente no tienes a nadie de verdad,que hay muchos amigos pero son los “amigos de fiesta” y no sirven para cuando uno tiene un problema.Luego vuelves a pensar que no,que realmente son tus amigos y luego te vuelves a sentir sólo.
A los 20,ya no son tus amigos del cole,ni de la facultad, ni vecinos.A ésta edad ya los escoges,y sábes qué es lo que tiene que tener una persona para que realmente sea tu amigo,sabes lo que buscas o eso crees,y entonces te das cuenta que es mejor estar sólo que mal acompañado…
A los 40,si tienes suerte a lo mejor todavía conservas algún amigo de la infancia,la adolescencia…no sé en qué consistirá exactamente la “crisis de los 40” pero seguro que las arrugas y ver la falta de humanidad que hay influyen,aunque no sé hasta qué punto.
A los 80,a los 80 o más…ya no se piensa en amigos,si alguna vez los has tenido,probablemente estén muertos.Vuelves al estado de infancia en muchos casos y vuelves a intentar comprender el mundo empezando cómo no,por lo más fácil,de nuevo…lo tangible…
Hasta que te mueres.Que entonces ni la amistad ni el amor ni las cosas por las que sufrimos en la vida sirven para nada…