De hombres y delfines.

El Hombre.

Yo quiero ser simpático delfín,
nadar alegre por mares inmensos,
jugar con olas sin principio ni fín,
sentir fragancias de aromas intensos.

Quiero ver los profundos fondos del mar,
bajar y conocer sus insondables misterios,
subir después a la superficie a descansar,
tras recorrer en silencio sus vastos imperios.

Saltar alto al lado de los coloridos barcos,
mientras ojos humanos miran desde cubierta,
como un niño que chapotea en los charcos,
mientras la calle se silencia y se queda desierta.

El delfín.

Yo quiero ser saltando un ser humano,
quiero caminar amar sentir gozar soñar,
que alguien a mí me tienda su mano,
y que una hermosa mujer me pueda amar.

Quiero con ella subir a una mágica carabela,
felízmente surcar los mares de parte a parte,
llevar izadas y henchidas las blancas velas,
y llegar navegando en su seno hasta Marte.

En la distancia añorado mar querido soñarte,
pensar en tí en las espumosas olas de tu rastro,
y soñándote fiél amparado por el rojo astro,
mi querido Mar Cantábrico en mis sueños velarte.

3 comentarios sobre “De hombres y delfines.”

  1. Bonito canto este del hombre y del delfín que está decdorado por un Mar Cantábrico lleno de vida soñada. Me gustaron las rimas de los versos y en definitiva todo un contenido muy bien hilvanado y exponiendo razones de ansia por parte de ambos. Saltanto… saltando… hombre y delfín se dan la mano. Y haces referencias al niño y a la hembra mujer, que son las dos creaciones más bellas de este espectáculo vital que es la existencia humana. Un abrazo amistoso y !gran poema!.

  2. El Cantábrico, ese mar majestuoso, bravío, limpio. El mar de mi niñez en verano. Las olas de las playas de Cantabria, de Asturias, la maravillosa Costa da Morte, Muxía, Cedeira, San Andrés de Teixido. La Capelada.
    Incomparables. El mar más bello.
    Y luego, el País Vasco…

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