Detrás de cada vivencia…

Detrás de cada vivencia siempre queda la existencia de un pensamiento sutil que se introduce en el baúl de nuestros recuerdos y se aloja en el rincón de la nostalgia donde siempre se escucha el continuo latir de su sentimiento. Pasa el tiempo y ese recuerdo, en algún momento de nuestra vida, sale del baúl para hacer acto de presencia en nuestra mente y lo volvemos a revivir como si el tiempo hubiese hecho una especie de peregrinación regresiva. Entonces nos damos cuenta de que la verdadera vida no siempre estriba en apurar un presenter inasible sino que esos recuerdos del pasado, alojados en el rincón del baúl de las nostalgias, son tan importantes como para darnos señas de identidad propias.

Lo que vivimos es una acumulación continua de momentos que dejan huella y que tienen tanta presencia como el instante causal en que lo estamos recordando.

Sobre los recuerdos he recogido las siguientes frases: Abstenerse de recuerdos, a veces es una cuestión de supervivencia (Alberto Levenfeld); Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo (Benjamin Franklin); El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere del olvido (Ramon Llull); El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos (Oscar Wilde); El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos (Norbert Wiener); El que vive de recuerdos arrastra una muerte interminable (Anónimo); El recuerdo del mal pasado es alegre (Marco Tulio Cicerón); El recuerdo es un veneno que se forma en nuestra alma y va aniquilando la sensibilidad del corazón “Charles Leclerc”; El recuerdo es vecino del remordimiento.
(Victor Hugo); El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo (Gustavo Adolfo Bécquer); El tiempo no es sino el espacio entre nuestros recuerdos (Henri Frédéric Amiel); Ella no te necesita, tiene tu recuerdo que vale más que tú (Alejandro Casona; Hay momentos en la vida cuyo recuerdo es suficiente para borrar años de sufrimiento (François-Marie Arouet Voltaire); Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en la comisión de ellos (Oscar Wilde); Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en la comisión de ellos (Norbert Wiener); La muerte es una amarga pirueta de la que no guardan recuerdo, sino los vivos (Camilo José Cela); La poesía es un recuerdo de los mejores y más felices momentos de los mejores y más felices ingenios (Percy Bysshe Shelley); Llegará un día que nuestros recuerdos serán nuestra riqueza (Paul Geraldy; Lo que no se convierte en recuerdo, no fué (Antonio Porchia); Los hijos endulzan las penas, pero hacen más amargas las desgracias; aumentan los cuidados de la vida, pero atenúan el recuerdo de la muerte
(Francis Bacon); Los hombres pasan los recuerdos quedan, como quedan las obras de los que algo hacen (Victor Montenegro); Los lugares donde no se ha amado ni se ha sufrido, no dejan en nosotros ningún recuerdo (Pierre Loti); Los recuerdos no pueblan nuestra soledad, como suele decirse (Gustave Flaubert); Nada es más breve que el recuerdo de los beneficios (Francesco Guicciardini); Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces (Marcial); Recuerdo lo que no quisiera, y no puedo olvidar lo que quisiera (Marco Tulio Cicerón); Si busco en mis recuerdos los que me han dejado un sabor duradero, si hago balance de las horas que han valido la pena, siempre me encuentro con aquellas que no me procuraron ninguna fortuna (Antoine De Saint-Exupéry); Sólo se inventa mediante el recuerdo (Alphonse Karr; Un soltero es el recuerdo de alguna mujer que encontró algo mejor en el último minuto (Anónimo); Vivir consiste en construir futuros recuerdos (Ernesto Sábato); Yo creo que llevo unos veinte años odiando y amando la televisión, las épocas de nuestra vida se pueden fijar en el recuerdo en función de la programación (Roger Wolfe); Yo podría ser el último paria de mi reino, un leproso abandonado por todos, sin recuerdo y sin esperanza de goce alguno, y aún quisiera vivir (Jacinto Benavente); ¡Ah qué grande es el mundo a la luz de las lámparas! ¡y qué pequeño es a los ojos del recuerdo! (Charles Baudelaire); ¿En qué consiste el recuerdo de los hombres? En una hora de trabajo para el marmolista (Alphonse Karr).

Cada uno de vosotros, amigos lectores y amigas lectoras, tenéis la libertad de elegir cuáles os parecen los más idóneos. Yo me alejo un poco, me refugio en el margen de mi exitencia y escribo cuatro pensamientos: Recordar aquellos días en que la noche no llegaba nunca es vivir otra vez la infancia de la alegría; Mis múltiples recuerdos son mis múltiples existencas; Sé que los recuerdos son esos momentos en que siempre estamos en las mentes de otras personas; Recordar es existir con plena conciencia de que somos eternos.

Buen dia a todos y todas.

2 comentarios sobre “Detrás de cada vivencia…”

  1. Si desdoblamos la palabra encontraremos un trozo de cordura, como el quebradizo pétalo de una flor aún a primavera oloroso. Pero no comparto tu gusto por perfumes debilitados o avinagradas ilusiones. Todo lo que tiene algún significado para mí no cae al fondo por su propio peso. Lo otro no quiero llevarlo a cuestas, como burro viejo y sobrecargado, que caminando va puje y puje y a pedo y pedo. El reino de la memoria es uno decadente.

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Detrás de cada vivencia…

Detrás de cada vivencia siempre queda la existencia de un pensamiento sutil que se introduce en el baúl de nuestros recuerdos y se aloja en el rincón de la nostalgia donde siempre se escucha el continuo latir de su sentimiento. Pasa el tiempo y ese recuerdo, en algún momento de nuestra vida, sale del baúl para hacer acto de presencia en nuestra mente y lo volvemos a revivir como si el tiempo hubiese hecho una especie de peregrinación regresiva. Entonces nos damos cuenta de que la verdadera vida no siempre estriba en apurar un presenter inasible sino que esos recuerdos del pasado, alojados en el rincón del baúl de las nostalgias, son tan importantes como para darnos señas de identidad propias.

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