El cerebro perezoso

La finalidad de la existencia de las preguntas retóricas es bastante “misteriosa”. Las preguntas sin respuestas pierden su objetivo de resolver las cuestiones planteadas. La pregunta retórica no supone una respuesta y si la encuentra-¡vaya, es un genio!
Existen para obligar a las personas a pensar , que a algunos les hace falta…¿Pero no limita al mismo tiempo el pensamiento? El pensamiento, que debe conducir a la respuesta, inicia desde cuando la pregunta es planteada: el cerebro la recibe (le da una fiesta de bienvenida), la trabaja entendiéndola, trata de sacar la conclusión o el resumen del trabajo realizado dando respuesta a lo planteado. Pero es que en las preguntas retóricas las personas están exentas de ese “informe semanal”,

no tienen la obligación del resumen de lo entendido simplemente basta con pensar sobre la cuestión por unos minutos y no es necesaria la respuesta. ¿Serán las preguntas retóricas tan difíciles de contestar? No deberían ser lo, no tiene sentido plantearlas si solo sirven para pensar sobre algo que nunca será resuelto .¿ Serán las excusas? Las excusas se pueden explicar, las “?” retóricas no.
La verdad , la mía ,es que si algo aparece con el fin de ser resuelto, tiene que resolverse y si se niega a responder por la presunta complejidad no debería existir; de este modo limita el pensamiento dejándolo en la fase: “pues si, la verdad es que es una buena pregunta…”,poniendo cara interesada.¿ Pero y que pasa con la respuesta? Por muy buena que sea no basta solo con afirmarlo, hay que pensarlo.
El cerebro no puede ser sobrevalorado, son los homo sapiens quienes somos bastante sobrevalorados unos e infravalorados otros. El segundo caso por lo “lamentable” que puede parecer es más común, cuando algunos aprenderán a hablar sobre la verdad y no sobre las teorías falsas y ridículas; otro caso claro de lo vago que es el cerebro…
Todos son homo sapiens pero no todos son personas; menos mal que lo apunto porque si no…se me va la “idea fix”. Pensar mucho no ha matado a nadie…aun.
“Cogito ergo sum” R. Descartes

5 comentarios sobre “El cerebro perezoso”

  1. Muy interesante lo que planteas. La pregunta retórica da por supuesto, al hacerla, que se hace sin esperar respuesta. Es un recurso al alcance del que pregunta para afirmar algo que expone. Esta es la explicación más simplista sobre el tema, porque la retórica es algo bastante complejo y muy utilizado ya por los griegos (de hecho el origen de la palabra es griego).
    El cerebro está infrautilizado, más por algunos que por otros. Y no es que sea vago, sino que selecciona cuidadosamente con lo que se queda de toda la inmensa cantidad de estímulos que recibe. Actualmente recibimos millones de unidades de información de las que nuestro cerebro, por autopreservación, se desprende automáticamente.
    Te felicito por todas las cuestiones que planteas, Julia, el funcionamiento del cerebro, que sigue siendo una gran incógnita incluso para los científicos,
    es algo interesantísimo.
    Un abrazo.

  2. Creo que el chino es el lenguaje del futuro.

    Descuida, no te diré más ni lo que puedes saber ni lo que puedes no saber. Pregunta retórica: ¿Cómo puede alguien ignorante hacer un comentario más o menos trivial sobre un texto más o menos trivial?

    מִלּוֹן. רשת · סעפצק · מנ · יכל · הוזחט · אבגד

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