El hijo del coronel (II)

En mi casa la plata siempre ha sido poca. Mi madre trabajaba noche y día para mantener a mi y mi papá y para pagarme los estudios….!Pobre mamá! Fue secuestrada, separada del hombre que amaba, violada. Y los militares que le infligieron todos esos sufrimientos han quedado impunes y todavía hoy hacen entrevistas en que se jactan de sus crímenes. No es justo. No es justo. (silencio) ¿Por qué mis viejos no me contaron la verdad desde un inicio? Habría querido lo mismo a Gabriel, aunque no es mi verdadero padre. (silencio) ¿Si Gutierrez hubiera sabido quién es el hombre que dejó embarazada a mi madre me lo habría dicho, verdad?

DAVID: (embarazado) Supongo que sí. Es muy tarde. Tengo que irme.
GAEL: No quiero quedarme solo. Házme compañía, esta noche. Si nos estrechamos un poquito logramos tumbarnos los dos.

David y Gael se tumban. Gael alarga un brazo y pulsa un interruptor de la luz que se encuentra sobre la pared, cerca del sofá. Oscuridad.

ESCENA TRES

Cocina-living de la casa de Gael. Soledad entra, enciende la luz y con gran sorpresa vee a David y Gael dormidos en el sofá. Los dos chicos se despiertan.

GAEL: (adormilado) ¡Hola! ¿Te acuerdas de David?
SOLEDAD: Sí.

Soledad se quita el abrigo y lo cuelga en el perchero. David y Gael se levantan. Gabriel, en pijama, despeinado y con una expresión atontada, entra por la puerta del dormitorio. Soledad se le acerca y le da un beso en la mejilla.

SOLEDAD: Vete a vestirte. Esta mañana tenemos invitados para el desayuno.
GAEL: Papá, él es David Gutierrez. Ahora somos amigos.
GABRIEL: ¡Hola, David! Gael siempre habla de ti.

Gabriel sale por la puerta del dormitorio. Gael pone la mesa para el desayuno. Soledad vierte algunas gotas de una medicina en el vaso de la cabecera de la mesa.

SOLEDAD: ¿Papá tuvo otra vez pesadillas?
GAEL: Sí, pero volvió a dormir enseguida.

Gabriel, vestido de manera descuidada, entra y se sienta a la cabecera de la mesa. También Soledad, David y Gael se sientan y empiezan a comer.

SOLEDAD: (a Gabriel) Bebe la medicina. (Gabriel bebe) (acariciando el pelo de Gabriel) Estás todo despeinado….Después te haces la barba.
GABRIEL: (desganado) No.
SOLEDAD: Sí.
DAVID: ¿Qué dice Gael de mí?
GABRIEL: Que eres un pelotudo capitalista.
SOLEDAD: ¡Gabriel!
GAEL: (pasando un bollo a David) Tómate otro bollo.
DAVID: (coge el bollo) ¿Me estás atiborrando para decirme luego que soy un gordo chancho burgués?
SOLEDAD: (a Gabriel) ¿Más tarde vamos a dar un paseo?
GABRIEL: No.
SOLEDAD: ¿Por qué no? Salir te sentaría bien. Siempre estás encerrado en casa. Eres perezoso.
GABRIEL: En los jardines de la Plaza Levi hay columpios amarillos.
SOLEDAD: (sonriendo) ¿Tienes ganas de mecerte tú también en el columpio, como los niños chicos?
GABRIEL: Sí.
SOLEDAD: (sonriendo) ¿Te acuerdas que tienes casi 50 años?
GABRIEL: (sonriendo) Pero no los aparento.
GAEL: ¡Silencio! Tengo que dar un anuncio. David y yo hemos fundado una sociedad. Él pone la plata, yo mi ingenio. Para empezar publicaremos mi novela y abriremos una galería de arte. Después veremos.
SOLEDAD: (a David) (preocupada) ¿Tu padre está de acuerdo?
GAEL: ¿Qué tiene que ver su padre?
DAVID: Que lo esté o no, no voy a renunciar a nuestros proyectos.
SOLEDAD: ¡David! Piénsalo bien.
DAVID: (mira el reloj) Son casi las ocho. Si no me doy prisa llegaré tarde al trabajo.
GAEL: Los jefes pueden llegar a la oficina a cualquier hora.
DAVID: No los jefes como yo.

David y Gael se levantan y se acercan a la puerta. Mientras hablan Soledad los observa.

DAVID: Tus padre son muy tiernos. Parecen dos adolescentes enamorados.
GAEL: Yo los llamo los novios.
DAVID: Yo te admiro. Yo también querría tener tu entusiasmo, tu optimismo, tu determinación a seguir adelante a pesar de las dificultades.
GAEL: ¡Soy duro!
DAVID: ¿Me prestas tu novela?

Gael coge su libro del sofá y lo da a David.

GAEL: Cuando hayas terminado de leerla házme saber tu opinión.

David coge su chaqueta del perchero y se la pone.

GAEL: Cuando llegues a la oficina llama a tu novia. Díle que sabes todo y que no la quieres ver nunca más.
DAVID: Prefiero esperar algún día. Esta semana Elena se someterá a diversos exámenes.
GAEL: ¿Por qué tienes tantos escrúpulos? Elena te ha traicionado y está embarazada de otro hombre. Mándala al diablo y líbrate de ella de una vez por todas.
DAVID: Te llamo más tarde.

David saca un pequeño bloque y una pluma estilográfica del bolsillo de la chaqueta.

DAVID: ¿Cuál es el número de tu móvil?
GAEL: (mientras Gael dicta David escribe en el bloque) 3396435297. (sonriendo) Estoy contento de que te hayas quedado a dormir con nosotros.
DAVID: ¡Chau!
GAEL: (sonriendo) ¡Chau! ¡Buen trabajo!

David sale. Gael se asoma a la ventana y hace un gesto de saludo con la mano. Después se sienta a la mesa.

GAEL: David es un chico sensible y generoso. No tiene nada en común con el monstruo del que desciende. Hace unos días ese ser despreciable, Gutierrez quiero decir, me reveló que mi verdadero padre es un militar. Estaba convencido que me habría hecho sufrir, sin embargo se equivocaba.

Gael coge un bollo de la mesa y empieza a comérselo tranquilamente. Gabriel y Soledad lo miran pasmados.

SOLEDAD: ¡Gael! ¡Tesoro!
GAEL: Como podéis ver para mí no ha cambiado nada, más bien, ahora que conozco toda la verdad os quiero todavía más.

Gael rodea el cuello de Gabriel con un brazo y besa al padre en la mejilla. Oscuridad.

ESCENA CUATRO

Oficina de David. David, sentado a su escritorio, lee la novela de Gael. La puerta se abre y en el umbral aparece Gutierrez.

GUTIERREZ: ¡Hola! Pasaba por esta zona y he aprovechado para hacer una escapada a la oficina. ¿Estás ocupado?
DAVID: No. Entra nomás. Siéntate.

Gutierrez entra y se sienta enfrente de David. Los dos hombres están ambos embarazados.

GUTIERREZ: ¿Cómo te va?
DAVID: Bastante bien.
GUTIERREZ: ¿No tienes nada que contarme?
DAVID: Hace unos días formé una sociedad con un amigo. Tenemos diversos proyectos. El próximo mes inauguraremos una galería de arte. También estamos examinando la idea de abrir una tienda especializada en la venta de productos del comercio equitativo y solidario. Si los negocios marcharan bien creo que dejaré la gerencia de la Syntec.
GUTIERREZ: ¿Estás bromeando? ¿Renunciarías a una brillante carrera de directivo para ser tendero?
DAVID: No lo sé. Sólo sé que mi trabajo ya no me estimola. Quiero encontrar una profesión que me colme y que me consienta ayudar a mi prójimo.
GUTIERREZ: Yo creé la Syntec por ti, por tus hijos. No puedes destruir todo así.

David se queda callado.

GUTIERREZ: ¿Quién es tu socio?
DAVID: Gael Diaz.

Gutierrez enciende un cigarrillo y empieza a fumar.

GUTIERREZ: (con tono irónico) ¿Tu amigo dónde encontrará la plata para financiar vuestra sociedad? ¿Se la dará su padre, que nunca ha trabajado en su vida, o utilizará las ganancias de su actividad de distribuidor de octavillas publicitarias?
DAVID: Ahórrame tu estúpida ironía. Reduciste en miseria a Gael y su familia. Te apoderaste de todo lo que poseían sus abuelos. Y tienes el descaro de escarnecerlo porque es pobre. Tendrías que avergonzarte.

Gutierrez mira a David con odio.

GUTIERREZ: (con una sonrisa forzada) ¿Otras buenas noticias?
DAVID: No.
GUTIERREZ: (silencio) Supe que tú y Elena os casaréis. Pronto serás padre. De un varón.
DAVID: Sí.
GUTIERREZ: ¡Qué emoción llegar es a ser abuelo! Estoy chocho de alegría. ¿Ya elegisteis el nombre de vuestro hijo?
DAVID: Todavía no.
GUTIERREZ: Creía que lo habríais llamado como yo.
DAVID: Veremos….Necesito un favor.

David coge una pluma estilográfica apoyada sobre el escritorio y escribe algunas palabras sobre una hoja. Después pasa la hoja a su padre.

DAVID: Me gustaría que tú descubrieras a quién adoptó a ese niño.
GUTIERREZ: (coge la hoja y la lee) ¿Es pariente de ese maric….de Gael, presumo?
DAVID: Sí. Es su primo.
GUTIERREZ: (lee de nuevo la hoja) Aquí está escrito que nació en el Club Naval. No conozco a nadie en la marina.
DAVID: Pero todavía tienes muchos amigos en el ejército y en la policía también.
GUTIERREZ: (escandalizado) ¿En la policía? Pues ¿qué dices? Yo no tengo amigos en esa madriguera de nazis.
DAVID: Tus colegas del ejército te ayudarían seguramente, si se lo pidieras.
GUTIERREZ: Ahora son todos viejos agilipollados. Es improbable que se acuerden de hechos ocurridos hace casi 30 años.
DAVID: Sé que existen archivos secretos, en alguna parte.
GUTIERREZ: Ésta es otra invención de los comunistas. No ha existido nunca ningún archivo secreto sobre los desaparecidos. ¡Cómo puedes creer en ciertas patrañas!….Te echaría una mano gustosamente pero ha pasado demasiado tiempo.
DAVID: ¡No te burles de mí!
GUTIERREZ: Es la verdad. Te lo juro.
DAVID: Tus juramentos no valen nada. Siempre me has contado mentiras sobre mentiras sin recato. Nunca te han importado mis sentimientos, mis problemas.
GUTIERREZ: ¡Si te compré una empresa que factura un millón de euros al año!
DAVID: En un principio pensaba que habías venido aquí como señal de paz, para reanudar nuestras relaciones. ¡Qué ingenuo! Tú quieres al niño. (silencio) Si no me procuras la información que te pedí te impediré ver a mi hijo. No te invitaré siquiera a mi casamiento.
GUTIERREZ: ¿Me estás chantajeando?
DAVID: Sí.
GUTIERREZ: ¿Qué te has metido en la cabeza? ¿Hacerme pasar por un traidor?
DAVID: Tienes que elegir entre pasar por un traidor y renunciar a tu nieto. (silencio) Para mí es un deber moral encontrar al primo de Gael.
GUTIERREZ: (con rabia reprimida) Pues ¡qué deber moral del carajo! Hablas como un jodido beato. Tú no te das mínimamente cuenta de qué patético eres. Así me hubiera venido un ataque apoplético el día que para contentar a tu madre te mandé a estudiar a los salesianos. Tendría que denunciarlos de lesiones al cerebro, esos curas de mierda. (silencio) Es tiempo perdido intentar explicarte en que apuro me estás metiendo. Con las mentes retorcidas como la tuya no se puede razonar, sólo se puede esperar que no hagan demasiados daños. Esta tarde llamaré al almirante Sanchez para saber cómo se encuentra su próstata.
DAVID: ¿Te refieres a aquel Sanchez apodado Felipe el guapo?
GUTIERREZ: Cuando era joven era guapo. Ahora es una vieja mierda él también. En cuanto sepa algo cierto te lo comunicaré. Ahora estarás satisfecho. (hace el gesto de levantarse)
DAVID: ¡Espera! Quiero saber por qué me mentiste. Siempre te has pintado como un héroe que luchaba valientemente para salvar la patria del terrorismo, mientras en realidad…. realizaste acciones innobles. ¿Por qué no has sido nunca sincero conmigo?
GUTIERREZ: No podía contarte la verdad. Tú tienes un carácter demasiado sensible. No habrías entendido. Desgraciadamente tu madre con su educación absurda te arruinó y yo para vivir en paz siempre la dejé hacer lo que quería. Es un milagro que no te hayas convertido en un maricón o, peor todavía, en un cura. Siempre he deseado que entre nosotros hubiera una relación de camaradería, de amistad, de complicidad pero las circunstancias lo impidieron. Sin embargo con tu hijo será diferente. Con él no cometeré los mismos errores que cometí contigo. (con una sonrisa complacida) Mi nieto será un verdadero Gutierrez.

Oscuridad.

ESCENA CINCO

Oficina de David. David, Gael, Gabriel y Soledad entran.

SOLEDAD: Este establecimiento es enorme.
GAEL: David no trabajará aquí aún por mucho. Quiere ser abogado. ¿Verdad, David?
DAVID: Es todavía prematuro hablar de ello. ¡Sentaros!

Gabriel y Soledad se sientan delante del escritorio. Gael se sienta sobre el escritorio.

DAVID: La razón por la cual os invité a mi oficina es que descubrí donde se encuentra el sobrino de Gabriel. Vive en Buenos Aires con sus padres, Rodrigo y Noemi Camara, que lo adoptaron a través de un familiar almirante. Por ahora no sé más, pero encargué a uno de lo más expertos abogados argentinos que haga investigaciones, así que en los próximos días podré seguramente daros otras informaciones.
SOLEDAD: (abrazando a Gabriel) ¡Gabriel! ¡Cariño! Tu sobrino está vivo. Lo encontramos.
GAEL: (se baja del escritorio) ¿Cómo lo conseguiste?
DAVID: Es un secreto….militar.
GAEL: No sé cómo agradecerte. Deja que te abrace.

Gael abraza a David con entusiasmo.

GAEL: ¿Me acompañas a Argentina a conocer a mi primo?
DAVID: ¿Cuándo quieres que reserve los boletos de avión?
GAEL: Házlo enseguida. Y reserva también una habitación de hotel.
SOLEDAD: ¡No! Os pueden alojar los abuelos.
GAEL: Su casa es pequeña. En un hotel estaremos más cómodos.
DAVID: Tengo otras novedades que comunicaros. Antes de partir os devolveré la suma que fue pagada para el rescate de Soledad. Además registraré mi departamento a nombre de Gael.

A las palabras de David Gael, Gabriel y Soledad se quedan pasmados.

GAEL: ¿Dónde irás a vivir?
DAVID: No lo sé todavía.
GAEL: ¿No volverás a vivir con tu viejo, espero?
DAVID: No.
GAEL: Tengo una idea. Tu casa es tan grande que la dividiremos en tres departamentos: uno para ti, uno para mis abuelos y uno para mí y mis padres.
DAVID: Para mí está bien. A condición de que os pague el alquiler. Si Gabriel y Soledad no tienen nada en contra.
GAEL: (a Gabriel y Soledad) Esta tarde llamaremos a los abuelos y les diremos que preparen los documentos para la expatriación.
SOLEDAD: (preocupada) Vosotros lo creéis todo fácil, como si Gutierrez no existiera.
DAVID: Quédate tranquila. Mi padre no nos pondrá ningún obstáculo.
GAEL: ¡Papá! ¡Somos ricos! Esta noche iremos a festejar todos juntos en pizzería.
SOLEDAD: (a Gabriel) Entonces tenemos que arreglarnos. (a David) Gracias por todo, David.

Gabriel y Soledad se levantan y se acercan a la puerta.

GAEL: Empezar a salir. Yo os alcanzo enseguida.

Gabriel y Soledad salen.

GAEL: ¿La dejaste?
DAVID: Todavía no.
GAEL: (contrariado) ¡Basta ya! ¡Es hora de acabarla! Si no tienes el coraje de decirle a Elena lo que se merece se lo diré yo.
DAVID: No. Mañana romperé el noviazgo.

Oscuridad.

ESCENA SEIS

Oficina de David. David está sentado a su escritorio. Gutierrez está sentado enfrente de él. De la cara del coronel transparenta una fuerte tensión nerviosa.

DAVID: No te enfades. Son cosas que pasan….Se ocupará Elena de anular las invitaciones.
GUTIERREZ: No nombres nunca más esa fulana en mi presencia. Lo que me hizo es imperdonable. Puedes estar seguro de que encontraré un modo de vengarme de ella.
DAVID: Deja correr, no vale la pena.
GUTIERREZ: Le deseo de todo corazón que genere a un hijo mongoloide.
DAVID: (silencio) Gael fue desahuciado.
GUTIERREZ: (con impaciencia) ¡Qué carajo me importa! Díle que se vaya a vivir debajo de un puente. Con todas las preocupaciones que tengo te sales con estas pendejadas.
DAVID: Hace muchos años obligaste a los abuelos de Gael a renunciar a su casa. Ahora yo voy a resarcirlos dando mi casa a su nieto.
GUTIERREZ: (incrédulo) ¿Quieres regalar a mis enemigos el departamento que te compré para que te fueras a vivir con tu mujer y tus hijos? (con tono perentorio) ¡No! ¡Te lo prohibo!
DAVID: No pedí tu aprobación. Te puse simplemente al corriente de mi decisión….Hay otra cosa que tienes que saber. Yo no me casaré nunca. No tengo aptitud para la vida matrimonial.
GUTIERREZ: No digas huevadas. No todas las mujeres son zorras como Elena. Dentro de algunos días se te habrá pasado la desilusión y pensarás diferentemente.
DAVID: (con tono decidido) No voy a cambiar de idea.
GUTIERREZ: Me riendo. Eres un caso desesperado. Cualquier cosa yo diga o haga para convencerte de que te estás equivocando sería inútil. Arruínate nomás con tus propias manos, pero después no vengas a quejarte conmigo.
DAVID: (silencio) El miércoles que viene viajaré a la Argentina. Haré todo con la máxima prudencia. La Asociación de las Abuelas de Plaza de Mayo denunciará a los Camara. Nuestro nombre no aparecerá en ninguna acta oficial.
GUTIERREZ: ¡Buen viaje!
DAVID: Tu calma me escama. ¿No estarás tramando algo contra Gael? ¿Expediciones punitivas? ¿Intimidaciones?
GUTIERREZ: ¿Qué puedo tramar a este punto?
DAVID: (silencio) Papá, te advierto. Si les haces de nuevo mal a los Diaz has acabado conmigo. Y esta vez ninguna ley te salvará de la prisión.

Gutierrez mira a David con odio.

ESCENA SIETE

Habitación de hotel. Una cama matrimonial, un armario, un escritorio. Una ventana en la que se recortan los rascacielos de Buenos Aires. David y Gael entran arrastrando dos valijas.

DAVID: Estoy exhausto. No tengo siquiera la fuerza para desvestirme.
GAEL: Siéntate.

David se sienta en la cama. Gael pone las valijas en un rincón de la habitación, después se arrodilla delante de David y le quita un zapato.

DAVID: (embarazado) ¿Qué haces?
GAEL: Están cansados estos piezecitos.

Gael le quita el otro zapato y los calcetines a David. Se oye el sonido de un móvil. David se levanta y se acerca a la ventana cogiendo un celular del bolsillo de sus pantalones. Mientras David habla por teléfono Gael se quita la ropa y se tumba en la cama.

DAVID: ¡Aló!….Sí….Ya estoy en el hotel. Estaba por acostarme antes de que tú llamaras….Te repito por enésima vez que la denuncia será presentada por las Abuelas de Plaza de Mayo. Tu nombre no salirá nunca a luz….Lo juro sobre el recuerdo de mamá….Mantenemonos en contacto a través del correo electrónico. ¡Chau!

David pone el móvil en el bolsillo, se vuelve y al ver a Gael se queda desconcertado e inmóvil.

GAEL: Ven.
DAVID: (embarazado) No, escucha, yo….
GAEL: Ven.

David se acerca lentamente a la cama y permanece inmóvil.

GAEL: ¿Quieres hacer el amor vestido?

David se quita la camiseta y la deja caer al suelo. Gael se sienta en el borde de la cama, le desabrocha los pantalones, se los baja y se los quita. Después le rodea las caderas con los brazos y apoya la cara en su cuerpo. David pasa una mano sobre el pelo de Gael. Los dos chicos se tumban en la cama, David sobre Gael. Se besan y se acarician.

GAEL: Te amo. Te amo desde el primer instante en que te vi.
DAVID: Yo también. (beso)
GAEL: Te amaré para siempre.
DAVID: Te amo. (beso)
GAEL: Hace tanto tiempo que esperaba este momento. Aquel día, en tu casa, si tu viejo no hubiera vuelto lo habríamos hecho. (beso) Nunca me he acostado con un hombre.
DAVID: Tampoco yo. (beso) No lo consigo.
GAEL: Si que lo consigues.
DAVID: No. No lo consigo. No lo consigo.

David se sienta y aparta la mirada. Gael también se sienta.

GAEL: No te preocupes. A mí también me ha ocurrido. A todos les ocurre.
DAVID: Discúlpame. Estoy mortificado.
GAEL: (apoya una mano en la mejilla de David) Mírame. No hay que avergonzarse de nada. Es la emoción que te bloquea.
DAVID: No es la emoción. Yo sufro de impotencia. Es un problema grave.
GAEL: Lo superaremos juntos.
DAVID: No tendré nunca una vida sexual normal. Me hice curar por especialistas de medio mundo, sin ningún resultado. Ya probé con todo: psicoterapia, inyecciones, fármacos de todo tipo….¿Entiendes ahora por qué Elena me traicionaba? Es mejor que te juntes con alguien menos gafado que yo.
GAEL: Yo te amo y no quiero nadie más. Te prometo que respetaré tus ritmos y tus exigencias. No te sirven médicos y medicinas. Cuando llegue el momento justo acontecerá naturalmente.
DAVID: Das por sentado que me sanaré. ¿Y si no sucediera? ¿Estás dispuesto a renunciar para siempre al sexo?
GAEL: Sí. Por ti estoy dispuesto a cualquier cosa.
DAVID: Lo dices ahora porque te doy pena. Pronto te cansarás de mí y….
GAEL: (interrumpiendo a David) ¡Cálmate!
DAVID: Discúlpame. Soy ridículo.
GAEL: Estréchame fuerte. Quiero dormirme entre tus brazos.

David y Gael se tumban y se abrazan.

GAEL: (acariciando a David) Irá todo bien.

La luz baja lentamente hasta llegar a la completa oscuridad.

ESCENA OCHO

Habitación de hotel. David y Gael están en la cama, debajo de las sábanas y duermen. Gael se despierta, observa a David dormido por algunos segundos y después lo besa en la boca. David también se despierta.

DAVID: ¡Qué dulce despertar! (él y Gael se besan)
GAEL: ¿Cómo estás?
DAVID: ¡Bien! Hoy me siento lleno de energías positivas.
GAEL: Tenemos que poner enseguida en claro una cosa. Yo no admito la traición. Si descubro que te has acostado con otro, te eviro.

David ríe.

GAEL: Mira que no bromeo. Ten cuidado con lo que haces o te arrepentirás amargamente.
DAVID: Eres peligroso.
GAEL: ¿Te gustaría tener un hijo, un pollito todo nuestro?
DAVID: Es imposible.
GAEL: No es verdad. Tú tienes la doble ciudadanía y en Estados Unidos la ley consiente adoptar niños a los solteros también.
DAVID: No sería un buen padre.
GAEL: Serás un óptimo papá. Antes adoptaremos un varón y lo llamaremos Gabriel, como el abuelo. Después adoptaremos una nena y la llamaremos Soledad….Sería estupendo si pudiéramos casarnos y los niños fueran legalmente hijos míos también.
DAVID: Matrimonio, hijos. Tienes realmente una mentalidad de pequeñoburgués de provincia.
GAEL: ¡Mira quién habla! ¡Momia!
DAVID: ¡Enanito!
GAEL: ¡Momia!
DAVID: ¡Enanito! ¡Gnomo!
GAEL: ¿Padeces las cosquillas?
DAVID: No.
GAEL: (haciéndole cosquillas a David, que ríe y se contorce) No te creo.
DAVID: No habría nunca pensado que en la intimidad tú fueras así cariñoso.
GAEL: (sonríe) ¡Venga! Levantémonos y vamos a ducharnos. Mis abuelos nos esperan.
DAVID: Antes de irnos le enviaré una email a mi padre para informarlo de nuestra relación.
GAEL: No sé lo que daría para ver la cara de Gutierrez mientras la lee.
DAVID: Espero que no destruya la computadora.

Oscuridad.

ESCENA NUEVE

Habitación de hotel. David está sentado al escritorio y escribe en un notebook. Gael está de pie junto a él.

GAEL: ¿Terminaste tu diseño?
DAVID: (continuando a mirar la pantalla de la computadora) No.
GAEL: ¿Tu trabajas todos los días, también cuando estás de vacaciones?
DAVID: (continuando a mirar la pantalla de la computadora) Sí, si tengo compromisos a cumplir.
GAEL: Te la arrojaría por la ventana esa computadora…. ¿Trabajarás por mucho todavía?
DAVID: (mira el reloj) Como mínimo hasta las cinco.
GAEL: Entonces mientras tanto yo voy a dar un paseo. No soporto ver a un empresario capitalista en acción.

Gael sale. Se oye el sonido de un móvil. David coge un celular del bolsillo de los pantalones y responde.

DAVID: ¡Aló!
GUTIERREZ (V.F.E.): Recibí tu mensaje.
DAVID: Habrá sido un duro golpe para ti.
GUTIERREZ (V.F.E.): Me estoy esforzando para habituarme a la situación, dado que no puedo hacer nada para cambiarla.
DAVID: Espero que tú lo consigas.
GUTIERREZ (V.F.E.): Lo conseguiré. Un padre tiene que aceptar al propio hijo por lo que él es….Además no es culpa tuya si te ha tocado esa desgracia….Estoy atraviesando un período muy difícil, pero saldré adelante ….¿Me permites darte un consejo? Lo sabes qué ignorante y anticuada es la gente. Para evitar inconvenientes desagradables limítate a decir que tú y Gael sólo sois amigos y socios de trabajo….Ahora te dejo…. ¡Un momento!….Me olvidaba. En la pareja, ¿tú eres el hombre o la mujer?
DAVID: ¡Papá! ¡Estas preguntas no se hacen!….El hombre.
GUTIERREZ (V.F.E.): Bien. Al menos eso.

Oscuridad.

ESCENA DIEZ

Habitación de hotel. David y Gael están en la cama, debajo de las sábanas, sentados. Las veladoras están encendidas.

GAEL: ¿Por qué tenemos que fingir que sólo somos amigos? No estamos haciendo nada malo. ¡Me importan un bledo los comentarios de la gente!

David se queda callado.

GAEL: Ésta es seguramente obra de Gutierrez. El coronel ordenó al soldadito obediente que mienta por el terror que sus amigos nazis se rían de él. ¿Adiviné?
DAVID: No se trata sólo de mi padre.
GAEL: ¿Te avergüenzas de decir que eres gay?
DAVID: No.
GAEL: (apoya una mano en el brazo de David) El amor entre dos personas del mismo sexo no es un pecado o una perversión a esconder. Vence tus inseguridades y sal del clóset.
DAVID: No puedes pretender que de buenas a primeras revolucione completamente mi vida….Todavía no estoy preparado para dar al público mi homosexualidad. Intenta entenderme.
GAEL: (con frialdad) Tengo sueño. Yo duermo.

Gael se tumba dando la espalda a David y apaga su veladora. Después de algunos segundos David también se tumba y apaga su veladora. Oscuridad.

ESCENA ONCE

Habitación de hotel. David y Gael están en la cama, debajo de las sábanas y duermen. Por una decena de segundos se oye el sonido de un despertador. Los dos chicos se despiertan.

DAVID: ¿Vamos a ducharnos?

Gael da la espalda a David. David se apoya en el codo, vuelto hacia Gael.

DAVID: ¡Enanito! Te he decepcionado.

GAEL: (se vuelve hacia David) Tú no me has decepcionado. ¿Has comprendido? Tú no me has decepcionado. (acaricia la cara de David) Perdóname. Me comporto mal porque soy posesivo y celoso y te quiero todo para mí. Te amo con locura. Daría la vida por ti. (besa a David) Tú no tienes que cambiar. Sólo tienes que empezar a ser tú mismo.

David y Gael se abrazan y se besan.

GAEL: Nunca he sentido por ninguna mujer lo que siento por ti.
DAVID: Tampoco yo. No me refiero al sexo. Tú me haces sentir importante. Encontrarte fue la cosa más buena que me haya sucedido en la vida. (se besan)
GAEL: Yo no sabía que era gay antes de conocerte.
DAVID: En cambio yo lo intendí a los 16 años.
GAEL: ¿Te confiaste con alguien?
DAVID: Sólo con un cura que era también mi profesor de matemáticas.
GAEL: ¿Qué reacción tuvo el cura? ¿Era escandalizado?
DAVID: No. Al contrario. Fue muy comprensivo. Al final del coloquio me recomendó: “Por caridad, no se lo cuentes a tu padre. Sería capaz de hacerte lobotomizar”.

David y Gael rompen a reír.

DAVID: ¿Cuándo les dirás a los tuyos que nos queremos?
GAEL: No lo sé. Aunque mis viejos son de mentalidad abierta no es fácil hablar de ciertas cosas….Díselo tú.
DAVID: ¡Ni por sueños! Ya tuve que enfrentar a mi padre. Ahora te toca a ti.

Oscuridad.

ESCENA DOCE

Habitación de hotel. David está sentado al escritorio y escribe en un notebook. Gael está sentado en la cama con las piernas cruzadas.

GAEL: (con hocico) Pasas las horas trabajando a la computadora. Estamos juntos sólo desde hace cinco días y ya me descuidas.
DAVID: (continuando a mirar la pantalla de la computadora) He casi terminado.

Gael coge un periódico apoyado sobre la cama y empieza a hojearlo.

GAEL: (mirando una página del periódico) Escucha ésta. (como si estuviera leyendo las frases de un artículo) Durante la manifestación de ayer contra el gobierno un grupo de militantes de izquierda reconocieron entre los transeúntes que asistían al cortejo a un represor de la última dictadura militar, el sargento Ernesto Lazo, apodado el Rubio, y lo agredieron con puñetazos y patadas.

David se vuelve hacia Gael.

GAEL: Para evitar ser masacrado por los golpes de los jóvenes comunistas el hombre se atrincheró en el baño de un bar. Al final intervino la policía que entre los insultos y los escupitajos de los manifestantes escoltó al Rubio fuera del local y lo acompañó a su casa. El ex represor salió del paso con algunas moraduras y un diente roto. ¡Le está bien empleado! Tenían que hacerle tragar todos los dientes y quebrarle los brazos y las piernas a ese chancho….(se pone de improviso triste) El Rubio trabajaba en El Circo. Podría ser él mi verdadero padre.

David apaga la computadora y la cierra, después se sienta en la cama junto a Gael.

DAVID: Ahora te llevo a un lugar especial.
GAEL: ¿Aquí en Buenos Aires?
DAVID: Sí. Hoy iremos al parque donde nos encontramos por primera vez.
GAEL: No era un parque. Era un bar.
DAVID: Tenías uno o dos años. Eras demasiado pequeño para recordártelo. Sin embargo yo nunca he olvidado ese día.

Gael sonríe. David le devuelve la sonrisa.

DAVID: Cuando volvamos a Italia pondré en venta la fábrica y en septiembre me matricularé en la facultad de derecho.
GAEL: Quién sabe cuántos lindos chicos conocerás. Ya estoy celoso ahora.
DAVID: A mí sólo me interesa mi enanito.
GAEL: (con hocico) No te creo. Tú no tomas nunca la iniciativa. No sientes atracción por mí.
DAVID: (sonriendo) Te amo.

David abraza a Gael y lo besa, antes con dulzura, después con cada vez más ardor hasta que de repente se aleja de él, embarazado.

DAVID: Descúlpame. No pude retenerme.
GAEL: No debes retenerte. Desahoga tus instintos.

Gael levanta la camiseta a David y lo besa en el pecho.

GAEL: Haré todo lo que tú querrás. Pídeme cualquier cosa y yo la haré.

Gael le desabrocha los pantalones a David. David para a Gael con una mano.

DAVID: No, por favor.
GAEL: ¿Por qué? Suéltate. Desencadénate.

Se oye el sonido de un móvil. David coge un celular del bolsillo de los pantalones y responde.

DAVID: ¡Aló!….Sí….De acuerdo. Gracias.
GAEL: (contrariado) Apuesto a que era tu viejo. Desde que nos fuimos te atormenta a cada hora del día y de la noche con sus recomendaciones que actues de modo que no lo comprometas. No falta más sino que te pida que uses un nombre falso.
DAVID: Era la secretaria del abogado Fuentes. Los Camara aceptaron encontrarnos. Tenemos una cita con ellos el martes a las tres.

Oscuridad.

ESCENA TRECE

Despacho de abogado. Rodrigo Camara, su mujer, David y Gael están sentados a la misma mesa, los unos enfrente de los otros. Los Camara tienen ambos más o menos 55 años.

RODRIGO CAMARA: ¿Qué queréis de mí y mi mujer? ¿Por qué nos pedisteis que nos reuniéramos en esto despacho de abogado?
DAVID: Ayer por la mañana fue presentada una denuncia de secuestro de menor contra vosotros. Por el bien de Pablo os aconsejo que le contéis la verdad sobre su nacimiento, antes de que la descubra por la televisión y los periódicos.

A las palabras de David los Camara se quedan pasmados.

NOEMI CAMARA: Pablo es nuestro hijo, no lo raptamos, yo lo parí. Lo demuestran las fotos de cuando estaba embarazada, los exámenes médicos, los documentos de la clínica donde nació.
DAVID: Es todo falso. No será difícil comprobarlo.
NOEMI CAMARA: Mi marido no es un militar. Eran los militares y los policías los que raptaban a los hijos de los desaparecidos. Estáis cometiendo un error.
DAVID: No, señora. El error lo cometió usted hace muchos años….Es inútil que neguéis. Hemos recogido demasiadas pruebas. Os conviene colaborar con la justicia, así obtendréis una condena leve.
RODRIGO CAMARA: (con tono arrogante) Os conviene a vosotros dejarnos en páz si no queréis acabar mal. Tenemos muchos conocidos encumbrados que pueden hacer estancar cualquier investigación de la magistratura y dar una lección a quien se entromete en los asuntos de los demás.
DAVID: Ninguno de vuestros amigos encumbrados os ayudará. Los militares comprometidos con la dictadura ya no tienen el poder que tenían en el pasado. Quieren anular las leyes que les dieron la impunidad. La gente los margina y pide a voz en grito que reciban un castigo justo. En la posición en que se encuentran ¿qué apoyo pueden daros?….Confesar. Y asumiros vuestras responsabilidades. (él y Gael se levantan) Decirle a Pablo que su primo Gael desea encontrarlo. Nos veremos en el tribunal.

David y Gael se acercan a la puerta.

DAVID: (incrédulo) Me sorprendo de mí mismo.
GAEL: Fuiste fantástico con ese prepotente.

David y Gael salen. Rodrigo Camara se levanta, vuelve las espaldas a su mujer y se aleja de ella. Después de algunos instantes Noemi Camara también se levanta y hace algunos pasos.

NOEMI CAMARA: ¿Y ahora? ¿Nos arrestarán?
RODRIGO CAMARA: Sí.
NOEMI CAMARA: (como si estuviera intentando convencer a alguien) Encarcelarnos por un delito cometido hace 26 años es absurdo. Ya no somos las mismas personas que éramos entonces. Nuestra conducta es irreprensible. Todas los que nos conocen nos estiman. Somos ciudadanos honrados y trabajadores. Los magistrados no pueden no tener en cuenta estas cosas.

Rodrigo Camara permanece en silencio.

NOEMI CAMARA: No sé si tendré el coraje de hablar con Pablo.
RODRIGO CAMARA: (se vuelve hacia su mujer) (con dureza) Se lo tienes que decir tú. Fue una idea tuya adoptarlo.
NOEMI CAMARA: Lo hice sólo para no perderte. Te quejabas continuamente porque yo era estéril. ¡Ojalá me hubieras dejado! Ahora no me encontraría en este túnel sin salida. Fui estúpida. Pero en aquel tiempo era joven y estaba enamorada.
RODRIGO CAMARA: Veo que ya empezaron los ensayos de la comedia.
NOEMI CAMARA: ¿Qué comedia?
RODRIGO CAMARA: La que te estás preparando para recitar delante de los jueces y los periodistas.
NOEMI CAMARA: ¡Tú estás loco!
RODRIGO CAMARA: (se acerca a su mujer) (con tono irritado) Si piensas descargar todas las culpas en mí te equivocas de lleno. Imprímetelo bien en el cerebro, si yo termino en chirona terminarás tú también.

Un silencio tenso.

NOEMI CAMARA: ¿Por qué ha ocurrido a nosotros? Muchos han salido libre de polvo y paja.

RODRIGO CAMARA: Somos desafortunados.

Los Camara permanecen inmóviles, con una expresión angustiada. Se oye el rumor de una multitud.

VOZ MASCULINA (V.F.E.): Considerado la gravedad de las pruebas presentadas en su contra, dispongo que los acusados siguan detenidos en la cárcel hasta el inicio del juicio.

El rumor de la multitud aumenta. Se distiguen algunas voces más altas que las otras.

VOZ FEMENINA (V.F.E.): ¡Hijos de puta!
VOZ MASCULINA (V.F.E.): ¡Asesinos!
VOZ FEMENINA (V.F.E.): ¡Ladrones de niños!
VOZ MASCULINA (V.F.E.): ¡Moriréis en prisión!

Oscuridad.

ESCENA CATORCE

Habitación de Hotel. David y Gael preparan las valijas, que están apoyadas sobre la cama.

GAEL: Mi primo está destruido. Tal vez hubiera sido mejor dejar las cosas como estaban.
DAVID: No sientas culpa. Pablo tenía el derecho a conocer la verdad.

Se oye el sonido de un móvil.

GAEL: Es el mío.

Gael coge un celular del bolsillo de los pantalones y responde. Mientras Gael habla por teléfono David cierra las valijas y las pone en un rincón de la habitación.

GAEL: ¡Aló!
SOLEDAD (V.F.E.): ¡Hola, Gael!
GAEL: ¡Mamá!
SOLEDAD (V.F.E.): ¿Cuándo partís?
GAEL: Mañana por la mañana a las diez. Ya estamos preparando las valijas. Nos lleva Pablo al aeropuerto.
SOLEDAD (V.F.E.): Te paso a papá.
GABRIEL (V.F.E.): ¡Hola, Gael!
GAEL: ¡Hola, papá! Pablo me dijo que dentro de unos meses viajará a Italia para pasar algún tiempo con nosotros. Por ahora no puede dejar la Argentina. Según él no es correcto abandonar a sus viejos en un momento tan delicado. Después de todo se han arrepentido y lo han tratado siempre bien.
GABRIEL (V.F.E.): Vuestro departamento está listo.
GAEL: ¿Nuestro departamento?
GABRIEL (V.F.E.): David es un buen chico. Para nosotros será como un hijo.
GAEL: Os llamo mañana antes de decolar. ¡Chau!
GABRIEL (V.F.E.): ¡Chau!
GAEL: (pone de nuevo el móvil en el bolsillo) (incrédulo) Mis viejos entendieron que nos queremos. Dicen que serás como un hijo para ellos.
DAVID: Ven aquí, enanito.

David y Gael se abrazan, después empiezan a besarse con pasión y se tumban en la cama. Gael besa en el cuello a David, le levanta la camiseta, lo besa en el pecho y le desabrocha los pantalones. Los dos chicos tienen una relación sexual.

GAEL: ¿Has visto que lo conseguimos?
DAVID: ¿Te hice daño?
GAEL: No. Fue maravilloso.
DAVID: Te conformas con poco.
GAEL: Me conformo con lo mejor. (apoya la cabeza en el pecho de David) Gutierrez no aceptará nunca que su hijo viva con otro hombre. Hará de todo para separarnos.
DAVID: Mi padre puede hacer lo que le da la gana. Yo no renuncio a ti. Nunca renunciaré a ti.

Telón.

TERCER ACTO

ESCENA UNO

Galería de arte. En las paredes y sobre el suelo están expuestos cuadros y esculturas, entre los cuales el retrato monstruoso de Gutierrez pintado por Gael. David y su padre miran una escultura.

GUTIERREZ: No entiendo de arte contemporánea. No entiendo nada.
DAVID: A decir verdad tampoco yo.

Gutierrez saca una cajetilla de cigarrillos del bolsillo de la chaqueta.

DAVID: En este local está prohibido fumar.

Gutierrez mira a David con asco y pone de nuevo la cajetilla de cigarrillos en el bolsillo. Después nota el cuadro que lo retrata pintado por Gael y se le acerca.

GUTIERREZ: ¿Qué es esto?
DAVID: Una criatura mitológica. (cambiando enseguida de tema) La Argentina tiene un nuevo presidente. ¿Qué opinas de Kirchner?
GUTIERREZ: Que es un pendejo. Con sus insensatas reformas hará caer el país en un abismo.
DAVID: Eres pesimista. Sin embargo yo creo que con su elección la Argentina entró en una fase de renacimiento económico y moral.
GUTIERREZ: ¡Era de esperar que te salieras con la moral!….Te digo yo cómo están las cosas. Kirchner es un maldito comunista y la tiene tomada con los militares que mataron a sus amigos terroristas. No obra por el interés de la nación. Está animado por propósitos de venganza. Para eliminarnos ideó un plan simplemente diabólico. Echará uno a uno todos los miembros de la Corte Suprema de Justicia y los reemplazará con sus hombres. Una vez obtenido el control absoluto de la Corte hará declarar inconstitucionales las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y nos meterá todos en cana….Alguien tendría que pararlo….¡Si a las fuerzas armadas hubiera quedado una migaja de orgullo!
DAVID: (silencio) El Rubio fue detenido. Lo acusan de haber secuestrado y vendido al hijo de una de las presas de El Circo al capitán Baez.

Gutierrez se acerca a una escultura y la observa con atención.

DAVID: Si el Rubio hará tu nombre pasarás por un apuro.
GUTIERREZ: ¡Qué va! El Rubio no es más que un miserable sargento y yo un coronel. Aunque me acusara de complicidad ningún juez le creería.
DAVID: Papá, la magistratura ya no está condicionada por el poder político y militar como un tiempo.
GUTIERREZ: No te preocupes por mí. En la remota eventualidad que me enjuicien ya tengo pronta una línea de defensa inatacable. Mi abogado demostrará sin sombra de duda que el Rubio intenta implicarme en su caso movido por el resentimiento que tiene hacia mí. Muchas veces, como su superior, lo castigué por sus actos de brutalidad gratuita sobre los detenidos y ahora aprovecha la ocasión que se le presentó para hacérmela pagar. (con impaciencia) Dejemos de hablar del Rubio. ¿Para qué sirve revolver el pasado?
DAVID: Para nada. Pensemos en el porvenir.

David empuja hacia el padre un cochecito que estaba cubierto por una escultura. En el cochecito está sentado un niño de pocos meses.

DAVID: Te presento a mi hijo. Lo adopté en Estados Unidos. ¡Ahora eres abuelo! (coge en brazos al niño)
GUTIERREZ: (con una sonrisa forzada) ¡Hola, hombrecito!
DAVID: Ya tiene cinco meses aunque aparenta menos. Es muy pequeño porque nació prematuro. Pasó tres semanas todo solo en una incubadora mi chiquillo. (da un beso en la cabeza al niño)
GUTIERREZ: ¿Quiénes son sus padres?
DAVID: No lo sé.
GUTIERREZ: Serán drogados o enfermos de sida. A lo mejor su madre es una prostituta.
DAVID: ¿Quieres cogerlo en brazos?
GUTIERREZ: (mira a David embarazado, después empieza a masajearse un hombro) Desde esta mañana tengo un dolor tremendo en el hombro.
DAVID: Lo sometimos a todo tipo de análisis. Goza de óptima salud.

Gutierrez, visiblemente a disgusto, coge en brazos al niño y se lo apoya en un lado. El niño empieza a contorcerse y a quejarse.

DAVID: Hoy está algo agitado.
GUTIERREZ: Tiene la piel morena. ¿No podías elegir a un niño que se te pareciera?
DAVID: No lo elegí. Lo acepté como me lo dieron.
GUTIERREZ: Es insólito que un hombre recurra a la adopción sin ser casado. La gente andará con un montón de chismes.
DAVID: (sonriendo al niño) Sonríe a papá.
GUTIERREZ: Un hijo adoptado no es como un hijo tuyo.
DAVID: Para mí no hay ninguna diferencia.
GUTIERREZ: ¿Cómo se llama este….piojo?
DAVID: Gabi. De Gabriel. Si te da gusto puedes llevarlo al parque alguna vez.
GUTIERREZ: Lo haré, uno de estos días. ¿Tu socio cómo está?
DAVID: Bien. El trabajo le da muchas satisfacciones. En pocos meses vendió casi todas sus obras….La semana que viene será huésped en un famoso programa televisivo para presentar su primera novela “Gabriel y Soledad”.

Gutierrez sienta al niño en el cochecito. David coge un libro apoyado sobre una escultura y lo muestra al padre.

DAVID: La portada la dibujó Gael. Piensa que de este libro, después de pocos días de su publicación, ya se vendieron diezmil ejemplares. Si sigue así pronto se convertirá en un best-seller.
GUTIERREZ: Yo no entiendo si tú eres tonto o lo haces adrede porque me odias.
DAVID: (sorprendido) ¿Qué?
GUTIERREZ: Me aseguras que serás discreto y luego mandas tu amiguito a hacerse entrevistar en televisión delante de millones de espectadores.
DAVID: No tienes nada que temer. Gael me prometió que no hablará de su vida privada.
GUTIERREZ: No hay que fiarse de él. Y sobre todo no hay que fiarse de los periodistas. Cuando esos malditos intrigantes sospechan que hay podredumbre en alguna parte se le lanzan encima como buitres sobre una carroña. No vacilan un instante en exponer al ludibrio público al primer desventurado que cae entre sus garras con tal de ponerse ricos y famosos. La cosa peor es que no actúan así sólo por la plata. Son gusanos asquerosos. Les toma gusto a hurgar en la basura.
DAVID: Mi vida no es basura. Mis sentimientos no son basura.
GUTIERREZ: Basta que un solo periodista descubra tu lío con el hijo de los Diaz y para mí será una catástrofe. Llegaré a ser el hazmerreír de todos mis amigos. No podré más salir de casa. ¡No es justo!
DAVID: ¿Desde cuándo te importa tanto el juicio de tus semejantes? Nunca has escondido tu pasado de represor. Te avergüenzas de tener un hijo homosexual pero no que los demás sepan que sobre tu conciencia recae la muerte de miles de seres humanos. Según tú amar a una persona de tu mismo sexo es peor que matar, torturar, rubar y violar.
GUTIERREZ: ¿Que piensas que soy yo? ¿Un depravado? ¿Me crees realmente capaz de tales atrocidades?….Yo no era un represor, era un soldado que combatía una guerra justa con métodos equivocados que me eran impuestos por los altos mandos. Si me hubiera negado a cumplir las órdenes de mis superiores me habrían deferido a la Corte Marcial por insubordinación.
DAVID: Antes los responsables de las matanzas eran los cabos, ahora son los generales. Te contradices.
GUTIERREZ: Yo no me contradigo. La verdad tiene muchas caras.
DAVID: Tú también.
GUTIERREZ: Estoy cansado. Cansado de tus ataques continuos, cansado de ser inculpado injustamente de acciones inmundas….Me siento viejo y sin porvenir. No aspiro a más que a algo de paz y serenidad….Convence a Gael a renunciar a la entrevista. Te lo pido como un favor personal. Yo hice mucho por tí. Ahora haz tú algo por mí.
DAVID: Intentas apiadarme. Resígnate. Ni los gritos ni las súplicas hacen más efecto en mí.
GUTIERREZ: ¿Por qué tanta ingratitud? Yo me desengré para procurarte una posición importante en la sociedad y tú me recompensas ofendiéndome con acusas infamantes. Te compré un departamento principesco y tú lo regalaste a una familia que me persigue desde hace 30 años. Vendiste la empresa que yo había creado a costa de grandes sacrificios.
DAVID: ¡Sacrificios! ¿Cuánto fue fatigoso obligar a madres desesperadas a cederte todo a cambio de la vida de sus hijos?
GUTIERREZ: ¡Basta ya! Tu soberbia de santo inquisidor me da náuseas. Está bien, confieso. Entre el 1976 y el 1981 en El Circo hice torturar y matar a 1293 subversivos. Soy una bestia sanguinaria, un despiadado homicida. Pero tú no eres menos culpable que yo, porque aunque en esa época hubieras sido adulto y consciente de lo que estaba aconteciendo no habrías movido un dedo para salvar a esa gente. ¡Niégalo si tienes el coraje!
DAVID: No lo niego. Soy un vil. Me doy asco solo porque a causa de gente como yo en Argentina los delincuentes mandonearon por años. Pero gracias a Dios la sociedad cambió y la justicia volvió a funcionar. Pronto las puertas de la cárcel se abriran para vosotros también. (silencio) (con tono calmo pero decidido) Aunque me repudiarás como hijo no esconderé más el amor que siento por Gael.
GUTIERREZ: (con frialdad) Te deseo mucho éxito con tu galería. Llámame de vez en cuando. Nos vemos.

Gutierrez sale. El niño se queja. David lo coge en brazos.

DAVID: ¿Qué te pasa? ¿Quieres mimos?

Entran Gabriel, Soledad, Gael y los padres de Soledad. Estos últimos han envejecido respecto a las escenas cinco y nueve del primer acto.

GAEL: Apenas vimos a Gutierrez salir nos precipitamos adentro. No logramos resistir más de cinco minutos sin nuestro mono. (besa al niño en la cabeza)
SOLEDAD: (coge una mano al niño) ¿No es un amor? Se parece cada día más a Gael.
DAVID: ¿Quieres cogerlo en brazos, Gabriel?
GABRIEL: (embarazado) No sé. ¿Y si le hago daño? Es tan minúsculo y frágil.
SOLEDAD: No le harás ningún daño si lo tienes con delicadeza. ¡Vamos! Cógelo. Es tu nietecito.

Gabriel, titubeante, coge al niño de los brazos de David.

GAEL: Cuéntame cómo fue con tu viejo.
DAVID: No mostró ningún interés por el niño. Se ha quedado el mismo egoísta de siempre. No cambiará nunca.

Gael abraza a David. Oscuridad. Se oye el rumor de una multitud que continúa hasta el inicio de la escena siguiente.

ESCENA DOS

Balcón presidencial de la Casa Rosada. Se asoma un hombre que se parece al presidente argentino Nestor Kirchner.

KIRCHNER: (con tono enfático, como si se dirigiese a una multitud) ¡Argentinos! Hoy, 10 de agosto de 2003, es una fecha histórica. Después de la Cámara, el Senado también aprobó por unanimidad la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Muy pronto la Corte Suprema declarará esas leyes mal afamadas inconstitucionales y por fin se hará justicia.

Sonríe complacido y levanta los brazos mientras una multitud invisible aplaude y exulta.

KIRCHNER: Iremos a desencovar a las piltrafas del régimen pasado en las lujosas casas de reposo y en las clínicas privadas en que se encerraron y las arrastraremos al tribunal. No tendremos piedad. No nos dejaremos impresionar ni por sus cabezas calvas, ni por sus ojos ofuscados por catarata, ni por sus bocas babosas y desdentadas, ni por sus carnes flácidas y marchitas. Tienen que pagar.

Sonríe complacido y levanta los brazos mientras una multitud invisible aplaude y exulta.

KIRCHNER: Del tribunal esos vejestorios decrépitos y malolientes sólo saldrán para ir a la cárcel y de la cárcel sólo saldrán para ir al cementerio. Siempre que no decida echar sus canales putrefactos a un basurero.

Sonríe complacido y levanta los brazos mientras una multitud invisible aplaude y exulta. Los gritos de la multitud continúan hasta el inicio de la escena siguiente.

ESCENA TRES

El escenario es despojado. En la pared enfrente del público está colgada una grande fotografía enmarcada del presidente argentino Videla. Debajo de la fotografía hay una escalera, un cubo y tres mujeres ancianas con la cabeza cubierta de un pañuelo blanco. Una de ellas barre, las otras dos limpian las paredes y el suelo con un trapo. A un lado del escenario, en fila uno junto al otro, hay cuatro hombres que llevan respectivamente el uniforme de Jefe del Estado Mayor, Comandante en Jefe del Ejército, Comandante en Jefe de la Armada, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de las Fuerzas Armadas argentinas. Kirchner se acerca a los oficiales y apunta la fotografía de Videla con el brazo y el índice. Bajo la mirada de Kirchner y de sus colegas el Comandante en Jefe del Ejército sube la escalera, descuelga de la pared la fotografía de Videla y la lanza a tierra. La fotografía cae al suelo con un ruido amplificado. Kirchner se vuelve hacia el público con una expresión maligna y rompe en una risa histérica. Las tres mujeres también echan a reír. Oscuridad. Las risas continúan hasta el inicio de la escena siguiente.

ESCENA CUATRO

Salón de la casa de Gutierrez. Gutierrez está tumbado en el sofá, dormido, y se queja. Sobre la mesilla hay tres botellas de licor vacías, cuatro vasos, un cenicero lleno de colillas de cigarrillo y cartas de juego esparcidas aquí y allá. David sacude un hombro de su padre con una mano.

DAVID: ¡Papá! ¡Papá!
GUTIERREZ: (se despierta)(aturdido) ¡David! (se sienta) Tuve un sueño horrible….Estaba en Argentina, delante de la Casa Rosada….Kirchner decía que el Parlamento había anulado las leyes de Obediencia Debida y Punto Final….Después no sé cómo llegué al Colegio Militar….Había los altos cargos de las fuerzas armadas al completo y esas viejas brujas con los pañuelos blancos en la cabeza que barrían y lavaban el piso….Kirchner me había seguido hasta allí, con su hocico de ratón malévolo….En cierto momento el Comandante en Jefe del Ejército subió una escalera de las mujeres de la limpieza, quitó la fotografía del presidente Videla de la pared y la tiró al suelo….Kirchner se puso a reír y yo me desperté.
DAVID: Papá, lo que soñaste ocurrió también en la realidad. ¿No te acuerdas?
GUTIERREZ: Anoche bebí demasiado….¡Hemos caído muy bajo! Las fuerzas armadas se han hundido en la mierda. Kirchner ha reducido a los oficiales en pinches a su servicio…. ¿Por qué nadie se rebela? Los argentinos se han convertido en un pueblo de borregos….Ha casi expugnado la Corte Suprema, ese hampón. Ya hice caer tres cabezas, sostituyendolas con escorias humanas. Ahora es el turno de Vázquez. El presidente y su gavilla no le dan tregua pero ése no cede. Dijo que antes de renunciar se suicida. Es un hombre de honor. Afrontará el juicio del Senado con la frente levantada, sabiendo perfectamente que su condena ya está escrita.
DAVID: El juez Vázquez renunció hace algunas horas….Sostiene que lo hice porque él y sus familiares recibieron amenazas de muerte….Los malpensados murmuran que lo hice porque si hubiera sido destituido no habría tenido derecho a un beneficio de 12.000 pesos al mes que corresponde a los ex miembros de la Corte.
GUTIERREZ: Nos esperan tiempos oscuros….Me parece de estar con una soga al cuello. Una soga que me aprieta cada día más.
DAVID: ¿Te cuesta respirar?
GUTIERREZ: (picado) ¡Era una metáfora, cretino!
DAVID: (enfadado) Si yo no fuera un cretino no continuaría viniendo a verte.

David se aleja algunos pasos de su padre.

GUTIERREZ: (silencio) ¿Se le pasó a Gabi la gripa?
DAVID: Todavía tiene algo de fiebre.
GUTIERREZ: Ese niño siempre ha sido enfermizo.
DAVID: (silencio) Leí en El Clarin que según fuentes extraoficiales Baez y el Rubio están tratando con el fiscal. Parece que en cambio de una condena reducida revelaran el nombre de otro militar implicado en el rapto….No tengo idea de quién sea ese militar, pero si yo fuera él no dormiría tranquilo.
GUTIERREZ: Tampoco yo. (se levanta del sofá) (acomodándose la ropa) Soy un carcamal. Ya no tengo la edad para pasar las noches jugando a las cartas y bebendo con los amigos hasta las tantas. Necesitaré tres días para reponerme…. Yo trompearía a quien dice que la vejez es el periodo más bueno en la vida de una persona. ¿Qué hay de bueno en tener la dentadura postiza y llevar el pañal? Envejecer es una desventura. Tu cuerpo se deforma y tienes dolores por todas partes. Los jóvenes no te consideran. Las mujeres si eres rico sólo se juntan contigo para esquilmarte la cuenta en el banco. Si eres pobre ni te veen….Los hijos no esperan otra cosa que te mueras para apropiarse de la herencia….Un viejo no es nada para nadie….(con tono rencoroso) Siempre tienes que sufrir y poner a mal tiempo buena cara.
DAVID: Contra la decadencia física no hay remedio pero la tercera edad todavía puede procurar mucha alegría. Por ejemplo cuidar a los propios nietos.
GUTIERREZ: ¿Cómo puedo cuidar a mi nieto con todos los achaques que tengo? Ése corre, salta, grita como un condenado. Es una hazaña eroica estar con él.
DAVID: Una sonrisa o una caricia no requieren un gran derroche de energías.
GUTIERREZ: Yo adoro al pequeño Gabi pero tú no lo traes a esta casa desde hace meses.
DAVID: La primera y única vez que os dejé solos lo intoxicaste con el humo de tus cigarrillos.
GUTIERREZ: Me dijo que no le fastidiaba si yo fumaba.
DAVID: Lo regañaste hasta hacerlo llorar.
GUTIERREZ: Me estaba destruyendo todos los muebles.
DAVID: Y le enseñaste unas palabrotas.
GUTIERREZ: ¡Ah, no! Las palabrotas seguramente no se las enseñé yo. No soy nunca deslenguado delante de los niños.
DAVID: Excluyo que mi hijo haya sentido a sus compañeros de la guardería infantil decir papá Gael chupapollas.
GUTIERREZ: Lo habrá sentido decir en televisión. Hoy en día las películas y los dibujos animados son llenos de malas palabras. (vuelve las espaldas a David) (con una sonrisa socarrona) Gael se habrá quedado de piedra cuando Gabi lo llamó chupa etcétera etcétera.
DAVID: (silencio) Hay novedades sobre el caso de los Camaras. Pablo confió a Gael que sus padres se han decidido a confesar. Dentro de pocos días tu amigo almirante Sanchez será incriminado por sustracción de menor y falsificación de documentos.
GUTIERREZ: (se vuelve hacia David) Así aprenderá a no contar más sus asuntos por ahí.

Oscuridad.

ESCENA CINCO

Galería de arte. Respecto a la escena uno del tercer acto las obras expuestas han sido sustituidas excepto el retrato monstruoso de Gutierrez pintado por Gael. Gael da un libro a David.

GAEL: (mientras él habla David hojea el libro) Éste me lo envió mi primo desde Argentina. “Mis días en el infierno de El Circo” de Francesco Salvio. Subtítulo: “Las sobrecogedoras revelaciones de un ex medico-torturador arrepentido”. El primer capítulo está enteramente dedicado al malvado coronel Gustavo Gutierrez….Tu viejo se cree intocable pero la rendición de cuentas se acerca para él también. Desde que amenazó al capitán Baez y al Rubio con hacerlos matar si hubieran confesado su posición se ha agravado notablemente. Corre la voz que en los próximos días la magistratura argentina pedirá a Italia su extradición. Y cuando la Corte Suprema declare inconstitucionales las leyes de amnistía no tendrá escape.
DAVID: Temo que te estés haciendo ilusiones. Mi padre recurrirá a cualquier expediente con tal de escapar de la justicia y probablemente conseguirá su intento.
GAEL: ¿En qué modo? No puede fingirse moribundo o demente como el almirante Sanchez. Tú mismo me dijiste que excepto úlcera y hipertensión tiene una salud de hierro.

Gutierrez entra y se acerca a David y Gael.

GUTIERREZ: Necesito hablar con mi hijo en privado.
GAEL: (coge el libro de las manos de David) Voy a leer el libro “Mis días en el infierno de El Circo” de Francesco Salvio. (sale)
GUTIERREZ: Me acuerdo perfectamente del doctor Salvio. Era una espía y un chupaculos, un individuo mezquino, traidor y maligno, siempre pronto a arrear con todo lo que le caía entre las manos. Siempre me fue hostil porque no le dejaba hacer sus sucios intereses. No me asombra enterarme que ahora finge ser devorado por el remordimiento y escribe libros empedrados de calumnias sobre mí. (enfervorizándose cada vez más) Es un mitómano rencoroso, como el Rubio y el capitán Baez, que me acusan de ser un traficante de niños. El juez sabe perfectamente que se trata de una retorsión. Está en acto un complot contra mí. El doctor Salvio, el Rubio, el capitán Baez y el juez Corvo se conchaban para joderme. Pero no dejaré que me usen como chivo expiatorio.
DAVID: ¿De qué tenías que hablarme?
GUTIERREZ: (un silencio embarazado) ¿Cómo fue el examen de derecho penal? ¿Matrícula de honor?
DAVID: Sí.
GUTIERREZ: Estaba cierto. Siempre has sido el primero de la clase….Considerándolo bien me agrada la idea que mi hijo entre a formar parte de la pandilla de los abogados. Esas sanguijuelas ganan una montaña de dinero. Algo sé. Me están pelando vivo.
DAVID: Yo defenderé gratuitamente a los indigentes y a los refugiados políticos, por consiguiente no creo que me enriqueceré mucho.

Gutierrez se acerca al cuadro que lo retrata pintado por Gael.

GUTIERREZ: Este cuadro no lo quiere nadie.
DAVID: Dicen todos que es muy inquietante.
GUTIERREZ: No sacarás nunca nada de él. (silencio) Mañana dejo Italia.
DAVID: Lo sabía que escaparías. A un estado que no concede la extradición, obviamente.
GUTIERREZ: (con rabia reprimida) ¿Qué pretendes? El destino ya se encarnizó de manera atroz en mí. El exilio, la muerte de mi mujer, el ridículo. ¿No te basta lo que estoy soportando? ¿Quieres que pases los últimos años de mi vida en una celda, solo, viejo y enfermo?
DAVID: Yo quiero que te asumas tus responsabilidades ante la justicia.
GUTIERREZ: ¡Pues qué justicia! La justicia en este país como en Argentina está administrada por jueces exhibicionistas a las órdenes de políticos veletas….(silencio) Tengo que irme. Cuanto antes te comunicaré mi dirección.
DAVID: ¿Para qué? Ahora no tenemos nada más que decirnos. Adiós.
GUTIERREZ:(silencio) (con tono despreciativo) ¡Menudo ejemplo de caridad cristiana eres!

Gutierrez sale. Después de algunos segundos Gael entra y se acerca a David.

GAEL: Acaban de pasar mis padres. Estaban llevando a los niños al parque…. ¿Qué te dijo tu viejo?
DAVID: Ha decidido fugarse, como sospechaba desde hace tiempo. No pagará nunca por sus crímenes.
GAEL: Por lo menos ya no tendrás que ir a su casa para el almuerzo de Navidad.

David y Gael se abrazan. Oscuridad.

ESCENA SEIS

Parque. Atmosfera otoñal. Del alto caen muchas hojas rojas y amarillas. El terreno está cubierto de hojas secas. Gabriel y Soledad están sentados en un banco. En el suelo delante de ellos está sentado Gabi, de casi dos años. Soledad tiene en brazos una niña de pocos meses dormida. Gutierrez entra y se para a observar a Gabriel y Soledad desde lejos.

SOLEDAD: ¡Gabriel! Está sonriendo. (Gabriel mira a la niña) ¡Qué bonita es nuestra pequeña Soledad!

Gabriel y Soledad se miran a los ojos sonriendo tiernamente, después se dan un beso. Gutierrez atraviesa el escenario a pasos rápidos y sale. La luz baja lentamente hasta llegar a la completa oscuridad. Telón.

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