En la hora de la siesta

En la hora de la siesta, no falla: matemáticamente te llama alguien de un banco, preguntando por otro habitante de tu casa que nunca está a esas horas, y cuando preguntas cuál es el motivo de la llamada, te contestan sibilina y ambiguamente diciendo que es para ofrecer un servicio, o un producto, o lo que sea, nuevos. Si el “interesado” ha dado al banco su número de móvil, no importa, el que llama nunca tiene ese número de móvil y por tanto llama al fijo. No vale de nada que el propio “interesado”, en tu presencia, haya llamado al banco hace algún tiempo para decir que no vuelvan a llamar al teléfono fijo. No les consta ningún móvil en su base de datos.

Y, si no es un banco, tampoco falla: es una empresa de telefonía, también para ofrecerte sus servicios, también a la hora de la siesta, pero éstos empiezan por preguntarte si estás satisfecha con tu actual proveedora. Se sorprenden si dices que sí, te ofrecen tarifas más baratas y se indignan muchísimo si les dices que no te interesa. Vamos a suponer que me llamo Mercedes Gutierrez Ramírez. Pues durante lo que dure la conversación me estarán llamando machaconamente “Doña Gutierrez Ramírez Mercedes”. De diez a quince veces, lo he contado.

Ah, pero la cosa cambia radicalmente si eres tú el que quieres ponerte en contacto con el banco, o con la empresa de telefonía. Entonces te piden todos tus datos, tienes que marcar en el teléfono tu número de DNI, tienes que decir claramente a un disco qué deseas exactamente, lo que nunca se entenderá a la primera. Te pasarán finalmente a algún departamento, tendrás que dar nuevamente todos tus datos, al final te dirán que te tienen que pasar a otro departamento y vuelta a empezar.

Es una guerra perdida de antemano, yo ya ni lucho ni me rebelo. Procuro tomármelo con filosofía y con humor, con muchísimo humor.

5 comentarios sobre “En la hora de la siesta”

  1. Para ayudarte a tomártelo con humor puede contarte alguna que otra anécdota. Una vez me llamaron al móvil para eso y me pregunto la edad por la encuesta y dije soy menor de edad y tal. Y me llamaron a mi casa y le dije a mi hermano que entretuviese al gili que llamaba mientras atendía una llamada. Al final la llamada la acabó mi hermano pero recuerdo un trozo de lo que le dijo: yo tengo 18 años, señor.- ¿Pero no me dijo antes que era menor de edad? – Eeeh,si, pero es que me equivoqué…
    Por otro lado, hace poco vi un monólogo que hablaba sobre ello. Te lo transcribo como mejor pueda:
    – “Me llama la mujer y me dice :Olaa somos de vodafone queriamos hablarle de nuestra nueva oferta.
    – Si oiga, es que no me interesa su nueva oferta
    – Como lo sabe, si no la ha oido aún?
    (Pone cara de enfado)
    – Pues, verá, estoy aqui desnudo, en mi cama, y estoy calentito. Si quiere puede usted venir y me habla de su oferta.
    – Lo siento, eso no me interesa.
    – ¡Como lo sabe si aun no ha visto mi gran oferta!”

    Un saludico!

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