Todas las entradas de: Laguna

Las lágrimas

Las lágrimas que nunca llegamos a derramar en el pasado, quizá porque las circunstancias de nuestra vida nos lo impidieron, quizá por dignidad ante quien nos causó el dolor que las producía, quizá por no afligir a alguien muy cercano, nunca llegaron a evaporarse saliendo hacia la atmósfera en forma de vapor sentimental para acabar diluyéndose en el éter.

Esas lágrimas no derramadas se almacenan en un lugar entre el corazón y los ojos, y sólo cuando se dan las circunstancias adecuadas, cuando nos lo podemos permitir porque ya no necesitamos ejercer nuestro autocontrol, recorren el resto del camino y fluyen libremente deslizándose por nuestras mejillas. Sigue Leyendo...

La sagesse

Et je cherche, je cherche toujours, sans pouvoir dire que j’ai achevé ma tâche. Ma tâche qui est plutôt de l’esprit, mais qui intéresse aussi le corps. Le corps qui se ressent du retard de l’oeuvre achevée. Cette oeuvre qui reste imaginée, aimée, idéalisée au fond de mon coeur et de ma pensée. Là, où résident les choses les plus valables de notre vie…

Sugerencia

Si hay algo que me repugne totalmente es el afán de algunos de adoctrinar. Este espacio debería dejar fuera temas como la política, la religión, la homosexualidad.

Hay tanto por expresar sobre el Arte, la Belleza, la Naturaleza, la Filosofía, el Pensamiento, que parece que malgastar las energías y contaminar este espacio con temas que deberían ser “tabú” es desperdiciarlo.

Estados

Despierta al día dolida,
Desesperada e inerte,
Meditando
Que no tiene ya una vida
Que no teme ya a la muerte.
Calibrando,
Cuán caprichoso el dolor.
Cómo después de vivir
Sin placer
Miramos alrededor
Y podemos preferir
No nacer.

La fiesta

Volvía a casa en autobús, cuando al llegar a Las Ventas salía el público de una corrida de la Feria de San Isidro. En la parada se ha subido una avalancha de gente, principalmente mayores de sesenta, a los que se reconocía por llevar una sólida bolsa de plástico con las almohadillas para sentarse dentro, o los jerseis, o qué sé yo qué. También se les reconocía porque a pesar de que la tarde no amenazaba lluvia llevaban paraguas, que algunos esgrimían como si fuesen estoques antes de entrar a matar.

Subieron con mucho jaleo al autobús, no paraban de hablar de faenas, de aburrimiento (sospecho que la tarde de algún matador no fue buena), pero sobre todo hablaban fuerte y un poco exaltados. Alguna señora que subió y tuvo que quedarse de pie nos miraba furibunda a los que íbamos sentados; quizá pensaba que deberíamos cederle el asiento. Sigue Leyendo...

Aclaración

Aclaro todo lo que refunfuño en mi texto “En la hora de la siesta”. No va contra las criaturas que me llaman, sino contra el sistema absurdo que ha impuesto esta moda.
La gente que tiene que trabajar en esas condiciones tiene toda mi simpatía, mi respeto y hasta mi afecto. Sus empresas, no.

En la hora de la siesta

En la hora de la siesta, no falla: matemáticamente te llama alguien de un banco, preguntando por otro habitante de tu casa que nunca está a esas horas, y cuando preguntas cuál es el motivo de la llamada, te contestan sibilina y ambiguamente diciendo que es para ofrecer un servicio, o un producto, o lo que sea, nuevos. Si el “interesado” ha dado al banco su número de móvil, no importa, el que llama nunca tiene ese número de móvil y por tanto llama al fijo. No vale de nada que el propio “interesado”, en tu presencia, haya llamado al banco hace algún tiempo para decir que no vuelvan a llamar al teléfono fijo. No les consta ningún móvil en su base de datos. Sigue Leyendo...

Iniciación

El círculo se ha reducido:
Menos personas que el primer día.
Unos no han hallado lo que buscaban,
Otros encuentran demasiada complicación.

Ella nos cuenta, sin egoísmo, lo que sabe.

No todos comprenderemos íntegramente.
Pero la buena voluntad escuchando
Nos hará que los ojos internos
Vayan por fin abriéndose.

Compendio del año

Este no ha sido un año especialmente difícil para mi familia ni para mí, aunque tampoco haya sido especialmente brillante. El mes de diciembre, que acabamos de dejar atrás, ha traído su carga de desdicha con el fallecimiento de un familiar muy allegado. Si a eso le añadimos la actuación de los virus sobre nuestros organismos, y algunas cosas más como intervenciones quirúrgicas a allegados, que me han traído en jaque, podría decirse el año no se ha despedido bien.

Pero también tengo que resaltar que he tenido encuentros y llamadas de amigos con los que no contaba hacía algún tiempo, que las cenas de nochebuena y nochevieja por un lado y las comidas de navidad y año nuevo por otro han sido estupendas, y es con eso con lo que me quedo. Y con la promesa de reuniones con amigos cuando pasen las fiestas, porque antes estábamos todos demasiado ocupados. Sigue Leyendo...

Ánimo, sal a la palestra

Yo no sé si todos los demás compañeros de Vorem tienen la misma curiosidad que yo: leer algún texto que nos envíe una adquisición bastante reciente de este espacio, nuestro compañero Crisantemo Azul. Desde principios de diciembre vemos sus comentarios a casi todos los textos que aparecen aquí, pero todavía no se ha animado a participar con uno propio.

Quizá lleve todo este tiempo preparando algo con que sorprendernos. Si es así, seguro que la espera merecerá la pena.

Ánimo, te aseguro que es muy reconfortante ver cómo los demás leen nuestros textos y de alguna forma comparten las emociones con que han sido escritos. Sigue Leyendo...

Mis mejores deseos

Desde que diciembre empezó, las cosas se han precipitado, las malas noticias se han sucedido unas a otras como en una cadena interminable. Fallecimientos de personas más o menos cercanas (aunque estas últimas a uno no le afecten directamente, sí afectan a allegados). Operaciones quirúrgicas, con lo que ello entraña siempre de incertidumbre: incertidumbre por el resultado inmediato y por la evolución a medio o largo plazo.

Y todo ello va cargándose a la espalda, que se resiente. Ansío unas Navidades tranquilas, que cesen por Dios las malas noticias, que todo se tranquilice y la mala racha pare. Sigue Leyendo...

A mi tío

No sabes qué vacío has dejado, a pesar de tu edad, de que ya prácticamente no salieras a la calle, de que te emocionaras con tanta facilidad…

No quiero recordar el que eras recientemente, sino aquel de mi niñez, siempre concentrado en sus quehaceres, arreglándolo todo, calculándolo todo. El amigo inseparable de mi padre, tu hermano. El que tanto se ilusionaba con las enriquecedoras (que no ricas) Navidades de entonces, con las Noches de Reyes en que salíais a buscar a los Magos para decirles que había tres niñas que les esperaban, no fuera a ser que se les olvidara pasar por casa; y las mañanas del 6 de enero en que mis primas y yo nos enseñábamos, con ojos brillantes, los modestos regalos y el complemento indispensable, las botitas de chocolate llenas de bebés de azúcar. Sigue Leyendo...

Defensa

Hemos asistido, desde estas páginas, a una especie de debate (¿crítica más bien?) que no parecía tener nada de constructivo.

Me parece que la persona que critica con tanta negatividad y tanta complacencia no ha caído en el pequeño detalle de que los que aquí escribimos somos meros aficionados. Algunos un poco más comprometidos con la literatura que otros, pero lo que este espacio no es, bajo mi punto de vista, es un foro para figuras consagradas de las Letras.

Todos hemos leído, en un momento u otro, textos que nos han parecido bien, incluso muy bien, así como otros textos que nos han parecido mal, incluso muy mal. Creo que lo prudente, en este último caso, es no hacer ningún comentario. Cuando uno ve que su texto no suscita comentario alguno, piensa (creo que muy razonablemente) que no ha gustado demasiado. Si uno se desmoraliza por eso, es su problema. Sigue Leyendo...

La memoria, las emociones, los pensamientos

“Cuando escribo mis pensamientos a veces se me escapan; pero esto me hace recordar mi propia debilidad, que olvido continuamente y me enseña tanto como mi pensamiento olvidado, pues sólo lucho por reconocer mi propia insignificancia.” Pascal

Estoy terminando de leer “La invención de la soledad” de Paul Auster. Como todas las obras suyas que hasta hora he leído, me está gustando mucho y me hace sentir envidia por la sensibilidad especial que demuestra.

Es en el capítulo de las emociones y de los pensamientos donde reside su mayor fuerza narrativa. Incluso moviéndose en terreno escabroso como es, precisamente, la falta de emociones que demostraba su padre, explicable por las tragedias que le tocó vivir en su infancia, trata el tema del asesinato de su abuelo a manos de su abuela de forma que penetra. Y más aún penetran las propias emociones de frustración que él experimentaba de niño a causa del desapego de su padre. Sigue Leyendo...

Renuencia

Sin que nadie se lo dijera, Arturo supo que había llegado el momento de actuar.

La situación iba haciéndose delicada por momentos. Llevaba observándole un buen rato y, aunque presentaba un exterior pacífico, por su actitud recalcitrante podía adivinarse que en cualquier momento estallaría el conflicto. El otro no parecía enterarse de nada. Iba aparentemente ausente, encerrado en sus pensamientos, totalmente desligado de la gente que pasaba a su lado.

Se acercaba el momento de la verdad, se dijo a sí mismo Arturo. Si persiste en esa actitud, no tendré más remedio que hacerlo. Sigue Leyendo...

Trabalenguas

The US Secretary of State for Defence, Donald Rumsfeld, often mangled his press briefings during the Gulf and Iraq wars (2002-3). Some of his statements, recorded by the press and listed on the Pentagon website, were subsequently published, set to music and even sung by a soprano. Here is Rumsfeld’s most famous statement, which was set in this poetic form and posted anonymously across the internet by email:

THE UNKNOWN
As we know,
There are known knowns.
There are things we know we know.

El vacío

“Treinta radios lleva el cubo de una rueda; lo útil para el carro es su nada (su hueco).
Con arcilla se fabrican las vasijas; en ellas lo útil es la nada (de su oquedad).
Se agujerean puertas y ventanas para hacer la casa, y la nada de ellas es lo más útil para ella.
Así, pues, en lo que tiene ser está el interés. Pero en el no ser está la utilidad.”
Tao te Ching.

Si, de Rudyard Kipling

Si puedes mantener el sentido común cuando a tu alrededor
todos han perdido el suyo y te culpan a tí;
si puedes confiar en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero al tiempo tienes en cuenta sus dudas;
si puedes esperar sin que la espera te haga cansarte,
o, si te mienten, no pagas con mentiras,
o, si eres odiado, no das paso a tu propio odio,
y, aún así, no pareces demasiado bueno ni hablas con demasiada sabiduría;

Auto-conocimiento

El camino del auto-conocimiento suele estar erizado de dificultades. En primer lugar, hay muchas personas que, considerándose a sí mismas plenamente realizadas y llenas de sanas intenciones, obvian todo lo posible el bucear en su interior.

Es hasta cierto punto lógico. Lo que debería ser algo a lo que nos acostumbraran desde niños, algo sobre cuya pista nos pusieran nuestros mayores o maestros es, deliberadamente o no, ignorado por la inmensa mayoría de la sociedad.

Como primer paso hacia nuestra propia evolución, hay que meditar sobre nuestras acciones y así veremos que somos los primeros sorprendidos con los resultados que dichas acciones obtienen, si logramos verlas “desde fuera” de nuestras motivaciones. Sigue Leyendo...

La fe

¿Quién no ha dudado alguna vez de la existencia de Dios? Precisamente los más peligrosos, aquellos cuya fe es algo mecánico que han recibido como legado y que, como en la parábola de los talentos, no se han preocupado de hacer aumentar. Porque suelen creerse en posesión de la verdad absoluta.

Buscar la fe no sirve de nada, porque viene cuando tiene que venir y no antes. Debemos honrarnos en dudar y en estar dispuestos para los cambios.

Lamento

¿Por qué venís, si no os gusta esta ciudad ni os gustamos sus habitantes? ¿Qué extraña fascinación os impulsa a coger el coche, meter en él a la familia y venir corriendo para acá en cuanto tenéis el mínimo de tiempo?

¿Por qué, luego de ir estorbando el paso por las aceras, mientras habláis a gritos, nos decís confidencialmente en la barra de un bar que esta ciudad huele mal?

¿Por qué, una vez que habéis vuelto a vuestros lugares de origen, nos criticáis tan fieramente, nos tacháis de privilegiados, de ladrones, de acaparadores? Sigue Leyendo...