Habrán de caer las rosas…

Habrán de caer las rosas de llorar perlas desde su tallo y la realidad de todos nuestros sentires se llenará de vuelos almbrados bajo el leve resplandor de las estrellas. Y el tiempo de meditar dejando letras en la noche pasada por el tiempo, se irá diluyendo hacia el alba con un proio paseo entre nuestras manos.

La luna hará, una vez más, su pesencia en este latir de sangres ensoñadas en la verdad de todas las palabras vivientes y escritas como en hojas expandidas por el viento de la existencia. Y cuando soñemos, una vez más, con a verdad de nuestros sueños… habrá un resurgir de pétalos en la clara mañana del nuevo día.

¿Cuándo nuestras vidas dejarán latidos entre las sombras del recuerdo?. Cuando haya callado el respiro de las rosas que lloran perlas desde su tallo y cuando la aurora vaya desentrañar el verdadero espíritu habittable de nuestras conductas humanas.

No somos otra cosa más que un suspro nacido en un día en que las luces encendieron su crepúsculo en nuestro aliento y, desde entonces, estamos viviendo en este pleamar de vaivenes cotidinos con el ensueño de crea existencia con palabras nacidas en esas mismas rosas del amanecer.

Se me ha hecho tarde para ir a recger los frutos de este otoño, pero esperaré a la nueva primavera para ver florecer nuevamente a las rosas en el jardín suspendido de estas horas locas Y es que vivimos la única cordura de todos nosotros y nosotras (los que escribimos con el afán de sernos siempre sentimiento en las letras de nuestro corazón) para ser siempre unos locos del mañana…

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