Cada vez que pregunto para ir al horizonte me dicen lo mismo:
¡Siga, siga, está ahí enfrente!
Y siempre igual, siempre que pregunto por el horizonte, la misma respuesta,
la misma dirección: ¡Ahí enfrente, siga usted, ahí, ahí! ¿Acaso no lo ve?
Estoy algo cansado de jugar a este juego tan agotador, que deliberadamente te deja un poco de energía para que sigas atrapado jugando: jinete, caballo, zanahoria ¿qué o quien sigue a qué o a quien?.
Está girando el mundo redondo, gira y gira, muchas y muchas de veces, al parecer sin moverse de su eje, los ejes de las cosas deben ser sagrados.
Trato de encontrar, de cuidar, también el eje de sustentación y equilibrio,
mi rotación, sin ir a ningún lado, sí hallar el centro que ya está, tal y como hace un corazón llamado músculo cardíaco, o como hace el aparato respiratorio;
los ojos ven el mundo sin salir de su sitio, desde ahí lo ven.
Ojalá alguien piense: ¡El horizonte está ahí enfrente,
inalcanzable y esperando sin esperar,
el horizonte está observando lo que usted hace; así que no tenga prisa,
es inútil, el horizonte siempre le acompaña, lleve la vida que lleve,
no vaya tras él, déjelo en paz, quede usted en paz, la paz sirve para ser en ella!.
Y claro, lo que has puesto al final Responde con arte tu propia pregunta… Deja que ese horizonte venga a ti. Y es que si sabemos que la vida es eterna, entonces sabemos que de nada vale tener tanta prisa y peor la prisa de este enfermizo tiempo; donde toda la gente se apura por lo menos importante!!!