Hoy, en una conversación telefónica que no tenía nada que ver con el tema, me han propuesto una especie de liderazgo (nada que signifique ningún tipo de compensación económica) dentro de un grupo que se ocupa de asuntos que tienen que ver con el crecimiento personal y con temas filosóficos, etc. etc.
Dado que hay muchas personas que pertenecen a este grupo desde hace bastantes años y que yo soy, como aquel que dice, una recién llegada, debería sentirme halagada. Pues bien, no es así. Después de muchos años trabajando en empresas y rodeada siempre de gran cantidad de personas, con el conocimiento que una ha podido llegar a adquirir observando las miserias del comportamiento humano (lo mismo, supongo, podrán decir los demás con respecto a mí), este tipo de distinciones me hacen sentir que vuelvo a salir a la palestra. Y he estado en la palestra, sin yo quererlo, demasiado tiempo como para desear volver.
Yo tuve, desde muy niña, aparte de mi formación académica, una formación deportiva, concretamente en natación. Desde los siete años aprendí a competir conmigo misma, porque lo que yo intentaba y procuraba por todos los medios al comenzar una prueba era rebajar mi tiempo: me daba igual llegar la primera que la última, lo que celebraba era mi propia superación. Y todo ello a base de un esfuerzo diario, en un deporte en el que, una vez dentro del agua, te encuentras a solas contigo misma y con tus pensamientos, sin percibir prácticamente ningún estímulo del exterior. Días y días haciendo miles de metros, mientras otros niños jugaban en el agua…
Esto mismo de la competición consigo mismo no lo entiende la mayoría de la gente. Es igualmente aplicable al trabajo que uno desarrolla para ganarse la vida: nunca he rendido al máximo ni por una empresa ni por un jefe ni por un proyecto; siempre ha sido por mí misma, porque sabía que sólo podía estar satisfecha de esa forma. ¿Es tan difícil de entender?
Por otra parte, como intento (y a veces hasta lo consigo) ser valiente, intuyo que no debo decir que no a la propuesta que me han hecho hoy. Luego dirán que uno se complica la vida, pero no es cierto. ¿Se os ocurre algún comentario que pueda ayudarme?
Sigue adelante con tu valentía personal, Carlota, y acepta el reto… porque como tú dices no estás compitiendo contra nadie sino que es una evolución dentro de ti misma. La verdad es que si eres capaz de emularte a ti misma eres capaz de luchar contra todo. Te animo a que aceptes la propuesta y a que desarrolles tu capacidad personal pòr el simple hecho de realizarte como ser humano. Yo si entiendo tu postura. Dan ganas de decir no porque siempre hay que estar soportando a personas displicentes que no entiendes porqué estás asumiendo tu propio papel en este circo que es la vida pero noto en ti a alguien con una persoanlidad muy bien definida. Decide seguir adelante con tu persoanlidad, Carlota… y muchos te entenderán… Un abrazo vorémico.
Gracias mil, diesel.
Yo también estoy de acuerdo con Diesel, Carlota. Toma esa oportunidad de retarte a ti misma y no pares en qué van a decir los demás. Te muestras valiente y decidida por lo que se lee en tu texto y esa decisión de ser tú misma es invendible, así que sigue adelante y no te retraigas.
Saludos:
He leído tu texto y comparto tu plantemieneto, porque nada nos resulta más grato que “sabernos capaces de actuar desde un sentido de lo que somos”. Nos hemos negado muchas cosas, e incluso…tendemos a creer que ciertas posiciones jerárquicas nos sitúan en un plano diferenciador; aquí caeemos en la trampa y lo que realmente nos libera es “la total confianza en nosotros mismos”. Si somos lo que comemos, también somos lo que realmente nos ofrecemos. Saludos.
¡Tírate a la piscina! ¿Qué más podría añadir? 😉
Good joke, Onlythebestones.
Saludos.