Con todas las grandes facilidades que el mundo de la comunicación ofrece, sabemos muy poco los unos de los otros. El Islamismo está adquiriendo un cuerpo poderoso, como ya tuvo en siglos pasados. No se borra la historia de un plumazo, ni se abaten los resentimientos. Al guien, desde su loca cabeza, presumió abatir el origen de la cultura en Irak, y despertó a los dioses dormidos en las ruinas de Babilonia. Mientras la paz es moneda de cmabio para escolares, la madurez política se escuda en la diplomacia para contener lo inevitable. Nadie, ninguna nación, puede provocar a otra, erigiéndose en orgullosa e irónica razón de “broma”. El sentido del humo árabe no es el danés, ni el inglés ni el anglosajón. Andemos con cuidado, porque las fronteras se fragilizan y el temor sigue habitando en los senderos, antes surcados por otros muchos. Cónoce a ti mismo y conoce a los demás…entonces sé sabio y no juzguez, si justo y emplea el mundo como único espacio para todos, sé humano y no indignes con tus ejemplos, claramente cargados de falso orgullo.