La indiferencia

El verano descubre en nosotros una urgente necesidad de externalizar lo que sentimos. Es el tiempo en el que la fruta madura y nuestras buenas intenciones parecen habitar el deseado descanso. Me resulta ·excesivo” este compendio de estaciones, cortes y rebajas…como alternativa a cualquier neurosis. ¿Somos indiferentes a todo lo que acontece cuando no es verano? Quizá sea necesario descansar de tanta noticia intensa y de los augurios terribles sobre un mundo que se convierte en helado derretido. Pero…¿Somos más indeferentes? Se me ocurre.

2 comentarios sobre “La indiferencia”

  1. Efectivamente, amigos, Greko y Diesel, ya os veo externalizando sentimientos y pensamientos. No sé,en verano, a mi me dan deseos de abandonarme al dolce far niente, al no pensar, ni filosofar, ni hacer nada. Sobretodo, si os comento desde el curro y de extranjis 😉

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