Libro de Renuncias

El Joven Ateo estaba saliendo del Juzgado, acababa de modificar su nombre, tan solo eliminar una letra, un sencillo tramite. Ahora se llamaba Ateo. Siempre se había encontrado incómodo con su antiguo nombre, un poquito más largo, casi nada.

Caminando por la acera llegó a la Iglesia, y entró a ver a su primo Santiago que oficiaba allí, habló con él, le dijo: -¡Santiago! Ya no voy a venir más; desde que tengo este nuevo nombre, apenas unos minutos, ya me siento diferente, siento algo especial, necesito experimentar esta nueva dimensión.

Y mientras Ateo abandonaba la Iglesia iba susurrando ¡Ya no vendré más a este sitio! Y tranquilamente se alejaba, tranquilo y mirando a la gente con otra cara, con una sonrisa. Y seguramente vacunado ante las criticas de quienes lo conocían y no querían que cambiase.

4 comentarios sobre “Libro de Renuncias”

  1. Para pensar, compañero amigo de letras… para pensar… yo preferiría llamarme Nosé en vez de José pero mira por donde Jesucristo me convirtió en Sisé en vez de José. Así es la vida de caprichosa a veces negra a veces rosa como dice la canción. Un abrazo.

Deja una respuesta