Miro la puerta abierta… (Mini Relato)

Miro la puerta abierta de la casa, por dónde tú acabas de salir esta mañana con tu cuerpo alado, hacia la frontera de aquello que está ya lejos de mi. Y mientras miro la puerta abierta de la casa bebo despacio, muy despacio, el café caliente preparado por tus amorosas manos. Pienso. Medito mientras te alejas más allá de la esquina de los árboles redondos… en este amor que, al definirlo, se queda detenido en las palabras. ¡Cómo se viven los secretos! ¡Cómo se viven esos secretos ocultos entre tú y yo que nadie conoce salvo nuestros besos de menta y fresa!. El amor. Esa condición humana que nos precipita hacia la impaciencia. Y miro la puerta abierta de la casa y tu nombre se escribe en las páginas con letra impaciente, nerviosa, tratando de recordarte y retenerte en cada centímetro de tu boca dentro de mi corazón. Escribo mientras un silencio terrible me azota este túnel incrustado en mi mirada. Nadie puede entender por qué el amor avanza entre la impaciente sensación de trazar bosques de sílabas en la página blanca. Y me desbordo en el café caliente y recuerdo, una vez más, a tus ojos arrojándome al vacío de este universo de palabras.

8 comentarios sobre “Miro la puerta abierta… (Mini Relato)”

  1. Muchas gracias NASIA. ¿Sabes que sobre el café se puede crear un universo completo de sensaciones de amor? Un abrazo amistoso y gracias por opinar porque tus opiniones me saben a sabiduría de la que aprendo a deducir sensaciones,

  2. Vivir. Esa es la mágica palabra, amiga y compañera. Abrimos la puerta para vivir y llegar a la conclusión de que lo que se va por lo que se viene; que quiere decir que cuando algo pierdes mucho ganas (casi siempre pasa lo mismo).

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