Más corazón blandito

Yo también tengo esta mañana el corazón blandito. No sólo por el fallecimiento de mi tía, sino también porque ayer tarde, en el tanatorio, estuvimos todos los que quedamos reunidos hablando de cosas del pasado. De cuando éramos niños y nos veíamos a diario.

Uno de los primos de mi familia paterna, el mayor de los varones, me preguntó algo que se remonta a mis cinco años. Se refería a una casita alquilada por mis padres un verano en El Escorial, donde sus padres y hermanos vivieron unos tres años porque mi tío participaba en las obras del Hospital Antituberculoso de Guadarrama. Supe entonces que él no permaneció los tres años en El Escorial porque se vino a Madrid para seguir sus estudios.

Es curioso que ahora me entere de datos que, aunque parezcan sin importancia, sí acaban componiendo un cuadro que estaba incompleto. No es que sean datos de máxima importancia, pero sí resultan interesantes mirados desde la distancia. No sé si me explico, pero yo me entiendo.

La viuda de uno de mis tíos, la más querida, me corregía a veces si yo mencionaba alguna fecha: ella sabe más de mi infancia que yo misma. Es una mujer excepcional, de esas que ha dado la generación de hierro que pasó la guerra muy joven, luego la posguerra y han acabado teniendo una fortaleza que las siguientes generaciones no tenemos ni vamos a tener nunca, eso es seguro.

Siento este texto tan deslavazado, pero hoy no doy para más. Me espera a mediodía el tercer acto de esta historia. El primero tuvo lugar anteayer en la UCI, ayer fue el segundo, hoy la cremación.

2 comentarios sobre “Más corazón blandito”

  1. Igual me paso en el velorio de un tío, nos reencontramos toda la familia, y aunque el motivo de la reunión fue triste, fue bueno recordar los viejos tiempos y prometernos reunirnos en una situación mas alegre

    Saludos! 🙂

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