Política

Me da mucha pena ver que hoy día, mientras mantenemos el tipo (a veces, ni eso) cuando hablamos con alguien, ves cómo anónimamente, en los foros de discusión, la gente de ideologías contrarias (bueno, no sé si ideología es el término adecuado, probablemente no es ni eso) llegan a decir verdaderas burradas y arremeten contra todo y contra todos los que no piensen como ellos.

Yo nunca me había interesado mucho por la política. La verdad es que tenía al lado a alguien demasiado interesado por ella, y eso actuó como una especie de vacuna. Últimamente sí me he tenido que interesar, yo creo que un poco a la fuerza. Me explicaré: es que como veo que la imparcialidad no existe, no queda más remedio que echarse a un lado o a otro. A lo mejor es una equivocación mía, pero así es.

Yo siempre he sido partidaria de buscar y resaltar lo que me une a las personas, sean de las ideas que sean. Procuro evitar las discusiones, que sé que no me llevan a ninguna parte: yo no pretendo convencer a nadie, y que nadie pretenda convencerme a mí, porque va listo. Me parece que lo contrario es “hacer el trabajo al diablo” que, si existe, es el gran separador.

Por otra parte, en mi familia ocurre lo que en casi todas: hay de todo. Y curiosamente una de las personas más queridas para mí es un familiar cuyas ideas son diametralmente opuestas a las mías en la cuestión política. Nos llevamos estupendamente de siempre porque ambos hemos evitado cuidadosamente la confrontación. Yo no creo que eso sea hipocresía, sino cariño auténtico. Los dos tenemos carácter, nos conocemos bien, y sabemos que pisaríamos terreno pantanoso si nos embarcáramos en una discusión.

Sólo me queda añadir que desearía que los concuidadanos nos quisiéramos más los unos a los otros y que recuperáramos el espíritu de la Transición, que buena falta nos haría.

Un comentario sobre “Política”

  1. Comparto tu pena porque creo que los españoles últimamente nos venimos queriendo menos que en décadas pasadas.
    Es una situación que está en nuestras manos cambiar. Basta con respetar al contrario (que no enemigo).
    Un beso.

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