Saber que no muda hoja, que no me cause algún daño

Pasos inadubles.
¿No es un acto de vida invisible?
caminar despacio,
hacien del camino
la línea del destino
sobre el que caminamos.
Nos fe dado el don
de tener una razón
extrañamente versátil,
umbrófila, como sombría
en los juegos del vivir
lanoche o el día.

Los gestos nos delatan,
invaden la quietud de quienes atan
sus sentimentos conocidos.
Entre los caminos recorridos
la memoria reconoce el círculo
del eterno retorno.
Volver a caminar, tal vez con menos miedo.
Hoy es siempre todavía;
se repite el fértil verso
y la armonía de vivir encadenados
nos separa de ser ángeles alados.

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