Sobre la alta inmensidad

Se rompe el silencio, se resquebraja.
Horizontes que fueron de papel ahoro son trizas de cielo.
El aire bordea los montes blancos cuajados de luz
y nadie llama ni dice su nombre.
Sobre la alta inmensidad se perdieron las palabras
y enmudeció la Tierra.
Inquietos los pájaros se detuvieron sobre las ramas
y el Mar, bravo entre olas, se abondo nó al abismo.
änforas cargadas de esencia de mirto,
y flores secas bajo el estandarte de una tarde mustia.
Decir, simplemente…, musitando
que un ayer fue suficiente.
Lágrimas sin sal con densidades plenas
agotan el paso de todos los pies cansados.

2 comentarios sobre “Sobre la alta inmensidad”

  1. !Excelente ese tu romper con el silencio para llenarlo de inmensidades perdurables!. Desde los pájaros inquietos en el árbol del horizonte hasta las lágrimas sin sal de algún ser humano cansado hay todo un trayecto de esencias en tu poema. !Magnífico!.

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