Quiso un señor con bigote,
ser un dios y un gran guerrero
y se compró un gran garrote.
Como quería primero
estar cerca del mejor
voló y voló y voló
hasta las islas Azores.
Sonriendo como pudo,
y hablando poquito inglés,
lo dijo todo al revés.
Ah, la moraleja expresa,
que cuando no tienes cabeza,
mejor una olla spressss…