Cuándo habrán de caer rosas
desde tu pedestal…
cuándo habrán de llorar perlas
los ojos de Lucifer..
rendidos en el mar…
cuándo acabará esta triste realidad
que mis ojos no dejan de mostrar
cuándo habremos de volar
o ver a un hombre amar sin pecar…
Archivo por días: 28 abril, 2005
Ese día lloré.
Ese día lloré porque nada justificaba que me sintiera poesía por una tristeza primaveral. Fue bueno comprobar que otras muchas lágrimas anónimas se unieron a las mias formando un colectivo de húmeda sinceridad. La vivencia sigue aún dentro de mí, porque a pesar de todo y todos…los grandes sueños se derrumban bajo el peso del principo de realidad. Es verdad que “nos queda la palabra”. Es verdad que somos parte de un inmenso plan de un Dios silencio que navega en la incertidumbre. Es verdad que todo cambio es una proposición honesta para la humanidad, pero quizá…desmesurada para las almas sensibles. Y en mitad de esta reflexión…profundizar en los porqués de ese día no me conducen a nada. La gloria, que tanto ha hecho del hombre un lobo entre lobos, alcanza hasta las cabezas coronadas. Que sea para bien…que sea por verdad…que sea de verdad, porque todos llegaremos al mismo punto final, donde nadie sabe decir otra cosa que nada.
Sinceridad y Silencio
Los seres humanos son siempre más humanos cuando se llenan de Sinceridad y Silencio, que son las dos manifestaciones que Dios admite como lenguaje de la Verdad. Sinceridad cuando queremos dialogar con nuestro entorno. Silencio cuando queremos escuhar los pálpitos ajenos. De tal manera que ambas manifestaciones nos sumergen en el infinito de los sueños encendidos del espíritu humano y envueltos en la presencia de los sentimientos, con la Sinceridad y el Silencio por banderas, compartimos con los demás los espacios en que crecemos como hombres y mujeres sencillamente sanos.