Colores sobre el tapiz

Movías tus manos sobre la urdimbre,
la prodigiosa red de una araña de oro.
El coro de colores se mezclaba en la armonía
y entretejías blancos, con esmeraldas y ocres,
azules que crispaban su paso contra los rojos,
orgullosos de su ira.
Tapiz entre tejido, urdido entre tus manos,
entrelazado para ser matiz de colores,
paleta de agostados campos de Castilla.

A Teresa de Jesús

Dame de tus manos el don del amor
y déjame, a tu lado, llamar al Señor,
enamorado.
Dame tu presencia y el fuego adorado
que queme mis ansias e inflame mi dicha,
pues siendo el amado
el amor ardiente
sienta permanente
su presencia a tu lado.
Y al morir de amor,
se acabe el dolor
para conviertirse en gozo;

Porque tus palabras son brisa

Con los ojos cerrados sobre la tarde ausente,
indferente a los rayos de sol,
presente en los latidos, en los acompasados
movimientos de tu brisa:
siento que te amo.
En la sencillez pausada,
de una nada que lleva tu nombre,
se dibujan los perfiles,
sutiles trazos de lo que ayer cantabas.
Palabras que siguen en la aurora,
que nacen con el día,
que se prolongan como un cántico.

A Pablo Neruda

Como empapa la lluvia, monzón de primavera,
te leí y te leo empapándome hasta los huesos.
Fue tu palabra el estallido primero, luz cegadora
de los primeros tiempos que fertilizó mis ojos y sus pupilas
se abrieron a las letras proclives a no acabar,
a seguir riendo.
Amplios vocablos, inacabables caminos, senderos abiertos
en el respirar lento de tus acentos.
Pablo, en mitad de tu isla, aislado por necesidad creadora,
embriagadora marea de desazón humana.
Poema a la manzana, a la cebolla, a la humilde flor
que es color en la paleta de los poetas.
Supe de ti cuando vi volar mil aves sobre la pleamar
y el viento me trajo tus palabras llenas de sal,
sal madre, madre que curte los rostros que cabalgan
sobre los mares intrépidos de tus poemas.
a ti, Pablo mi sonrisa abierta, la mano extendida,
la mirada puesta en la amplitud verbal que cunde y culmina
con la la admirada presencia de tu total ausencia:
tu mirada. Sigue Leyendo...