A tí, que la vida te dió la espalda

No consigo escribirte nada,
no consigo ponerme en paz con mi alma
mis gritos son demasiado altos para pararlos
mi mente no consigue apaciguarlos.
hoy he vuelto a leerla
y me infundé en la más eterna sensación de amor
cuando la vida pidió el dejar de verla.

Mis pelos se empiezan a erizar,
mi mente corre detrás, la ve sentada en mi salón,
os ve, mirando por el balcón
y llora, llora mi alma eterna
llora de dolor, de desesperación
¿Por qué te la llevaste?

Simplicidad

Comencemos por crear nuestro propio sentir la vida. Quizá nos sea suficiente haber reconocido en un momento una ocasión para palpar nuestra sensibilidad. ¡Estamos vivirvos gracias a nuestro proyecto, a nuestra voluntad de hacer de un algo un “todo”! Seguiremos unidos a la realidad, a la existencia, pero…seremos capaces de dar a una piedra el valor de un cosmos inmenso. En ocasiones nos resultará extraño, pero es bueno abandonar las rutinas innecesarias en busca de la creatividad vital. Mirar es un diálogo. Estamos viendo el único esquema que creemos necesario y justificable, y razonamos su prsencia. En algún momento…habrá que decir ¡No quiero! Llamar a las puertas de nuestro ser interior y pedir refugio entre luces, papeles de colores, semillas de magnolia, piedras, caballos en las montañas, setas, o gorriones con vocación plena a la fidelidad. ¡Ese es el instante de las cosas pequeñas! ¡Ahí…podemos transformar, entre todos un mundo programado y gris! Sigue Leyendo...