Aquel viernes no era, desde un principio, igual que los demás. Para empezar, Laura no había citado a Luis en la misma cafetería de siempre. Esta vez era un nuevo local para él, una cafetería situada en los extrarradios de la ciudad que Luis no conocía de nada. A mucha distancia de la cafetería del barrio central donde todos los viernes Laura le citaba para comenzar el fin de semana juntos. Una cafetería muy lejana de aquella donde todos los viernes reiniciaban su romance idílico. No. Aquella cafetería de este viernes era totalmente extraña para él. Sin embargo, ella, Laura, estaba allí completamente serena, segura de sí misma, completamente a gusto. Así que él dedujo que no era la primera vez que Laura tomaba café y fumaba un cigarrillo allí, ante una de aquellas mesas de madera de color caoba. Era una manera de comenzar el fin de semana enteramente nuevo para Luis.
Archivo por días: 8 abril, 2008
Cuando uno se pregunta… no existe el tiempo.
Todo un mundo de tierra mojada reunida en la concéntrica playa de los deseos. La barca es hogar para la arena húmeda mientras el viento levanta pájaros de la hierba. Al lado de cada grupo de ráices desnudas, los tilos abrigan a sus nuevas diosas en forma de girándulas aéreas. Detrás de todas las cosas existe el alma de las rosas blancas trepadas sobre un muro negro donde alguien ha pintado una luna azul que cae en el centro de las mariposas multicolores para cazarlas al vuelo. Alguien moldea flores voladoras que beben de los pechos del viento. No puedo olvidar el sueño y me quedo hondamente dormido en los ojos de los demás. Ya no queda más historia que el cuadro pintado bajo las lluvias del invierno. Cuando uno se pregunta… no existe el tiempo.
sueño
Anoche soñé contigo,venias hacia mi,me cojias en tu regazo
y me acunabas como a una niña,susurrabas en mi oido palabras
que no lograba entender con claridad,tu aliento golpeaba suave-
mente sobre mi cara,me acariciabas con tus manos y empezé a
sentir el fuego de tus dedos trepando por mi espalda,cabalgando
por tu realidad,solo pude abrir la boca para besarte lentamente.
Cuando la brisa helada del amanecer,atravesó la ventana,delica-
damente rozó mi piel,desperté,mi boca aun tenia el sabor de tus
labios,pero tu habias desaparecido en la nada.
Primera Comunión
Manuel no terminó de aprenderse el poema que recitaría en la parroquia. Lo repetía sin cesar en cualquier parte, pero no lograba aprendérselo. Cuando llegó el día de su primera comunión se olvidó de todo. Lloró amargamente sobre su almohada y su madre trató de consolarle. Llegó la hora y su traje blanco no le gustaba. Tampoco sabía a dónde iba y por qué. Su madre le decía que Dios vendría a verle. Pero su miedo era mayor: ni Dios ni poema, y encima los pantanes no eran vaqueros.
PRESENTE CONTIÍNUO
Humilla al segurata de la disco
el que seas capaz de abrir una botella de cerveza con los dientes.
Sonríe una cajera,en el supermecado,
cuando le manchas la cinta sin fin…con olor a pescado.
El vendedor de pipas es un muerto que
sueña con renacer entre nubes con olor
a tabaco turco.
Hay guantes para que seas más vírgen,
e incluso guantes que aguantan.
Humilla al pincha discos el que cantes bien,
el que lleves corbata y una alpargata murciana.
Danza Marina
Las olas se embriagaron de playa estatuaria en la anatomía de los pinceles de tu cuerpo y se dibujaron las bocas de las danzas que iniciaron las sirenas con sus pasiones. La eternidad del horizonte se fusionó con las pupilas de las miradas que se hicieron viento acoplado al sentimiento de las olas. Se hipnotizó el tiempo de las mareas y el movimiento ondulante del mar se transmutó en suceso voluntario. Todo el panorama se compuso en escultura.
Nombres de sí mismos y pronombres de los demás.
Manuel Vicent declara, en su columna dominical de esta última semana, que sólo hay tres clases de hombres: los vivos, los muertos y los que navegan. Y yo pienso, apoyándome en dicha definición (muy subjetiva por otra parte) que cualquier navegante está siempre zozobrando entre la vida y la muerte. Depende, como insinúa Vicent, de la clase de viento que tenga al navegar. Allí donde sale el Sol siempre habrá un número ilimitado de seres humanos dispuestos a la travesía. No están vivos ni están muertos. Simplemente están. Hay una región que simboliza sus aventuras: la Ítaca de los ulises que buscan sus experiencias para luego transmitirlas alrededor de un humeante café con aguardiente. Allí donde el Sol se oculta hay siempre un número ilimitado de seres humanos que están respondiendo a las preguntas imposibles de contestar sólo con la vida o sólo con la muerte. Son los intérpretes de este estar andando continuamente entre la bruma y la neblina, entre la luz y el ocaso, entre el aire y la tierra…