El viaje maldito

Huvo una vez una chica se llamaba Casandra, ella era divertida le gustaba cuidarse mucho y sobre todo viajar.Un día le dijo a su madre que se iva de vacaciones, pero su madre no estaba de acuerdo con aquel viaje, entonces tuvieron una discusion porque su madre le havia advertido que no se fuera a ese
viaje sola. pero casandra no la hizo caso y se fue en busca de aventuras, ni siquiera le dio la oportunidad a su madre para que le diera por lo menos un par de consejos sobre aquel viaje.

Un día casandra estaba en la playa tomando el sol,se le acerco un joven y le pregunto que como se llamaba,ella le contesto:me llamo casandra!se quedaron hablando horas y horas luego el joven la habia invitado a tomarse una copa en su casa y Casandra aceptó. Sigue Leyendo...

La fiesta

Volvía a casa en autobús, cuando al llegar a Las Ventas salía el público de una corrida de la Feria de San Isidro. En la parada se ha subido una avalancha de gente, principalmente mayores de sesenta, a los que se reconocía por llevar una sólida bolsa de plástico con las almohadillas para sentarse dentro, o los jerseis, o qué sé yo qué. También se les reconocía porque a pesar de que la tarde no amenazaba lluvia llevaban paraguas, que algunos esgrimían como si fuesen estoques antes de entrar a matar.

Subieron con mucho jaleo al autobús, no paraban de hablar de faenas, de aburrimiento (sospecho que la tarde de algún matador no fue buena), pero sobre todo hablaban fuerte y un poco exaltados. Alguna señora que subió y tuvo que quedarse de pie nos miraba furibunda a los que íbamos sentados; quizá pensaba que deberíamos cederle el asiento. Sigue Leyendo...

!Qué forma de llover!

Está lloviendo a mares todos estos días en el Ecuador. Partí para Colombia con todos los días de tormenta y vuelvo y siguen las tormentas. La Avenida de La Gasca, donde está ubicada mi vivienda particular, es un verdadero río desbordado de agua por todas partes. Todas las tardes caen tormentas tropicales que arrastran todo lo que pillan a su paso. Y pasear en coche por la Panamericana de los Andes te encoge el corazón. Te quedas mudo de asombro dentro del coche mientras circulas a velocidades mínimas bajo una cortina sorprendente de agua. !Así está de verde toda esta tierra!. Bueno, amigos y amigas, estoy escribiendo con las ropas totalmente mojadas porque me ha pillado el aguacero en mitad de la Avenida. Aquí, en mi casa, al calor de la familia es otra cosa… y os escribo mientras observo cómo por la Avenida siguen bajando botellas de plástico, mandarinas, toda clase de objetos que el agua arrastra inmisericorde mientras rebota en las alcantarillas y se desborda por las aceras. Sigue Leyendo...

La paciencia

La paciencia es un árbol de raíces amargas pero de frutos dulces.

A veces queremos obtener de forma inmediata la respuesta a interrogantes que se nos plantean. Dudamos, analizamos, argumentamos con nosotros mismos. A veces no sabemos si alguna persona dice la verdad, si no está dando rienda suelta a su imaginación al contar una aventura, que puede ser de resultado positivo, negativo o neutro, según el humor del que inventa. El que algunos disimulen muy bien e incluso lleguen a creerse maestros en esa cuestión no es óbice para, si se tiene paciencia, llegar a desentrañar alguna que otra mentirilla. Hay quién asume una doble personalidad en la red… Para algunos, ese engaño es básico en sus vidas, es como el pan cotidiano y dependen de él. Otros lo hacen por gusto y quizá se ríen con ganas cuando los demás les creen. Nada de esto tiene importancia si es que no hay ningún motivo inconfesable de por medio. Es la sal de la vida, el mundo seguramente ha funcionado así desde sus comienzos. Además, si no hubiese personas dotadas para la invención, por ejemplo en el mundo de las Letras, no existiría la Literatura ni el Teatro. Sigue Leyendo...

Explicación.

– Es culpa de los caballos, turban mi mirada mientras se aparecen en los momentos más inesperados de cada tarde, no puedo soportar que piensen que es mi culpa, pero no puedo reprocharles el no saber que es culpa de los caballos, porque yo sé que sólo yo puedo contemplarlos, ver mis caballos, esos que aproximadamente a las cinco de la tarde, todos los días, toda la semana, veo venir desde el horizonte por la avenida O’Higgins, corren hacia mí, a menos de un metro se detienen y me esquivan observándome, aterrándome con la sensación de que me aplastarán, se burlan de mi miedo, se van corriendo y me dan la espalda los muy descarados y me dejan ahi, sin poder explicarle al cajero del café Luxemburg que no he traido el dinero, que no sé cómo explicarlo, que deben haber sido los caballos quienes me lo han arrebatado, pero él no me cree y está bien, porque él es humano como los demás, y ellos no me creen, y nadie me cree, pero yo sé que es verdad que a diferencia de las experiencias contadas por otros en breves cuentos y novelas las que han narrado y yo leido, no me dejan pensar, y no me dejan pensar nunca. Sigue Leyendo...

Los bronces del Luristán

Enclavado entre las diversas regiones de la meseta irania, el Luristán (en los montes Zagros) es famoso por sus antiquísimas artesanías de bronce. De estos bronces todavíoa no se sabe cual es su fecha de nacimiento, pues se pierde en la noche de los tiempos. Se supone que debieron ser sus primeros autores pueblos nómadas de pastores y ganaderos (medos y persas) a los que les sucedieron los cimerios. Es curioso que todos ellos posean significados religiosos.

La mayoría de estos bronces fueron encontrados en tumbas construidas en grandes cementerios, en los montes Zagros, en Kirind y en Hamadán (la antigua Ecbatana) y fueron forjados por pastores de estas zonas. Lo luris (famosos por sus saqueos y robos de tumbas) desvalijaron muchos cementerios pero los bronces siguieron forjándose en Pairavand, al noroeste de Irán (aguas abajo del río Saidmareh). Sigue Leyendo...