-Haz despertado como dice el dicho?
-Con el pie derecho?
-Adelantaste
-Exacto-dije
-Por lo regular es con el izquierdo…
A mi me ocurría lo mismo pero desde hace poco un cambio repentino en el humor,
en el impulso para realizar las tareas cotidianas, en el modo de mirar el mundo,
se enciende por la mañana y sin darme cuenta hace que parezca que todo esta bien, es como si el engranaje de la vida se ajustara como si cada partícula de tiempo fuera sensacional.
-Se llama felicidad-sentenciaste
-Pero no durara mucho
Volverás a levantarte con el pie adecuado y la fantacia será remplazada por realidad
-Tienes razón…Es felicidad…
Así que soy un hombre feliz
Al decirlo sonreíste y un resplandor del que no habrás de percatarte nunca proveniente del espíritu te rodeaba.
Te alejaste por la calle equivocada ya no importaba nada, te resulto eso de entregarte como eras, habías remplazado
tus ambiciones y sueños por el estimulante perfecto, y decidiste vivir como se supone que debe ser.
Muy bueno. Es una manera muy personal y original de demostrar que se puede ser feliz y se es feliz cuando alguien se empeña en serlo. Estoy de acuerdo con lo que has escrito porque has demostrado a alguna persona que nadie es tan importante como para hacernos perder la esperanza de ser felices y de que, a pesar de esas personas, podemos serlo y lo somos en la realidad (si le añadimos la fantasía todavía es mejor que mejor). Un abrazo cordial y amistoso.