Crepita en mi pecho,
un fuego devorador,
que tus ojos negros,
encendieron a traición,
al mirarme fugaces.
Se colaron en mi alma,
cual puñales hirientes,
penetrando mis entrañas,
asesinándome sin piedad,
dejándome desvalido.
Ya llega la hora
de trenzar una vida con los sueños
vividos en el infinito de las noches
y crear un mundo de vísperas
donde todo comience en la alborada
sintiendo los impulsos de este anhelo
por encontrar la verdad de los caminos.
Ya llega la hora
de transitar más allá de las distancias
y encontrar el punto siempre vivo
donde la paz del crepúsculo anegue
de estímulos la presencia inacabada.
Después de muchos años animando a todo mi entorno, de solucionar conmigo misma mis inquietudes, mis problemas, mis pequeños decaimientos, que nunca he pretendido ocultar sino atribuirles la menor importancia posible porque otra cosa me parece propia de inmadurez. Después de años desahogándome únicamente en la escritura y apoyándome en mis propios recursos mentales, después de echar mano de unos ánimos heredados de mi abuela materna, que fue todo un ejemplo para mí, después de todo eso, pregunto: ¿Quién anima a la animadora?
Porque os aseguro que si leyerais este texto a mi familia, amigos, etc., se quedarían totalmente sorprendidos. ¿Cómo es posible que la animadora pueda quejarse de desatención? ¿Cómo es posible que ella necesite que alguien la anime? Igual puede convertirse el día en noche eterna, igual pueden hundirse las esferas, sobrevenirnos de repente esa glaciación que tenemos anunciada para un futuro lejano…
!Cuántas puertas tiene la vida con sus duendes, sus ángeles y también sus alimañas!. !Cuántos fantasmas cruzándose a cara abierta entre las sombras de nuestros caminos y el sorprendente vaivén de las horas que entran y salen como capítulos consecutivos de una novela interminable!.
Con los dedos tocamos el timbre de las puertas de la vida y éstas se van abriendo y cerrando a golpes de sentimientos, de risas y de llantos, de caminos superpuestos por donde andamos a veces con certeza inaudita y a veces como a ciegas.
No naciste para mí, ni nací para ti.
Se que la vida no nos juntara para siempre.
No serán tus brazos los que me cobijen en tiempos de tristeza.
Pero si se que estaré en tu memoria silenciosa.
Será tu esencia la que vivirá esparcida en mí.
Se que esta analogía danza con el viento y no tiene ataduras.
Se que cuando apareces golpeas como las olas en las rocas.
Y me siento tan vulnerable como una caracola en medio del recebo.
Se que compartiremos muchas cosas, pero no beberemos de la misma copa.
Se que podremos estar en una misma sintonía, pero estaremos separados como las cuerdas de un arpa.
Cuando el silencio es melodía para mi corazón…
…aparece tu recuerdo.
Me vuelvo vulnerable
Me siento frágil
La inteligencia y la astucia desaparecen de la nada
Y así como busca el gorrión a su amor llevar a su nido
Es a tu amor abocado y sentido
Al que dirijo mis añoranzas
A veces creo que no bastan las palabras
Para definirte en mi vida
Me seduce tu silencio
Quisieramos entrar en el corazon de las personas para saber que es lo que sienten por nosotros, que sentimientos afloran a su alma cuando nos miran, cuando nos sienten cerca, cuando comparten instantes con nosotros, pero solo nos queda confiar. Confiar en que las palabras que salen de sus bocas son verdad, en que con sus detalles, aun siendo minimos, piensan en nosotros y se esmeran por hacernos sentir bien; pero, ¿Que pasa cuando se han ido esos detalles?, cuando se van los momentos, las ilusiones, las promesas, ¿Acaso la persona que nos envolvio en este escenario tan fantasioso, se evapora, se desvanece? ¿A donde se va?, y ¿Por que se va?, sera que ¿Huyen de nosotros o de si mismos?…
Hoy Se Oscureció El Día
Amanece y en el horizonte una luz me viene a saludar. Me anima. Presiento un día luminoso y lleno de esperanza.
Mas al asomarme a esta ventana de pronto la oscuridad lo invade todo. La Luz se diluyó, la calidez de sus rayos se tornó frío, la bruma no me deja ver.
Busco a mi hermano, no le veo, se fue, nos dejó.
_ ¿por qué te fuiste?_ pregunté.
_ Dolor _ contestó
Al marchar te llevas la luz de la Esperanza, el Amor, el Ingenio, la Humildad, la Sencillez y la Elegancia de tus palabras.
Niños escuchad con atención pues voy a contaros algo sobre la familia de Eulalia y como ocurrieron los hechos.
Los cativos sentados en el suelo, calladitos esperaban inquietos las palabras del viejo.
La historia de la pobre Eulalia era todo un misterio, según cuentan los mas allegados a la triste familia Tourillo.
Todo comenzó una tarde de primavera, cuando Eulalia acababa de cumplir los 7 años.
Eulalia era una niña regordeta pero con una cara muy agraciada, tenia dos simpaticos hoyuelos a cada lado de sus carnosos labios, le encantaba reír, y aveces sin motivo, con solo su pensamiento, estallaba en carcajadas, su risa era tan pegadiza que hasta los adultos se destornillaban de risa cuando la oían.
La ciencia dia a dia avanza, ¿Por qué no hay pastillas de olvido aun?, ¿Por que obligan a la mente y al corazon a recordar momentos tristes en nuestras vidas?, acaso, ¿Con lagrimas y dolor es como aprendemos a ser mejores personas?… Si puede ser verdad, pero el precio por ser mejores duele y mucho. Cargar con un dolor tan profundo en el alma, es como una pesada loza sobre la espalda y lo unico que pedimos en esos momentos es no ser nosotros mismos, cambiariamos cualquier cosa material o propia por no seguir sufriendo esto que nos consume, que nos quema por dentro.
Me ahogo en un mar,
lunar oculto en tu mejilla,
de cara distante en el espacio,
en la lejanía agonizante,
del palpitar que perdura,
en la superficie reflejada,
en el pulsar ansioso,
del deseo de sentirte dentro,
de morir en el intento,
de gozar de tus encantos,
en el universo bifocal,
de tu mirada lejana,
que se clava en mis sentidos,
Dime que no me quieres
Mírame a los ojos y dime que no ves lo que hay detrás
Dime que no me abrazarías,
que no me besarías,
que no me cogerías de la mano y me llevarías contigo a dónde fuera
Mírame y dime que no sientes nada por mí,
que aquel beso sólo fue uno más
Dime que con él no me quisiste decir que me querías,
porque no me quieres, dímelo!
Dime que mi voz te resulta indiferente
y que miras mis ojos igual que a los de cualquiera
Que si te hablo, si te rozo, si te abrazo… que te da igual
Ven, mírame a los ojos y dime…
Dime… que no me amas
Esto es la Ley del Silencio
Y las miradas que se callen las más de mil palabras que valgan,
que es mejor no mirar, no ser vistos, pasar desapercibidos.
No pienses, que los pensamientos tambien se oyen,
y tú no quieres escuchar nada.
Callemos pues, que es mejor eso a que nos sangren los oídos.
Como seres irracionales, solo atendamos al silencio… lo oyes? ¿Qué te dice?
A mí nada…
Lo etéreo no responderá mas.
Tres han pasado ya desde esa noche…estaba tan ocupada sufriendo que no me paré a contar el tiempo, que no me paré a nada, que no me paré…que no me pare, que no me pare más nada, que no quiero ver pasar el tiempo, que no quiero ver cómo todo pasa, que no quiero verlo, que no quiero ver, que no quiero…que no quiero querer, que no quiero dar sin recibir, que no quiero hablar sin ser escuchada, que no quiero echar en falta a lo* que aquella noche se vino conmigo a soñar que soñaba, que todo ha sido un mal sueño. Y no sé si el arrepentimiento se deja caer o no…hace tiempo que perdí la línea que separa el dolor del placer… Al fin y al cabo, 3 sólo era el resultado de una ecuación que resultó ser imposible.
Esta noche te haría partícipe de un secuestro -contigo como protagonista-,
Te mantendría despierto hasta que amaneciera,
Te revelaría dudas que te sorprenderían,
Te contaría cuándo -y cuánto- algo me recuerda a ti,
Confiaría en ti y te regalaría una ilusión,
Te contaría mis sueños y hasta sería capaz de pedirte un beso.
Pero entonces te estaría dando el mismo regalo de cumpleaños que tu me diste a mí sin haber sido yo capaz de mejorarlo.
Y es que casi no tengo nada que tú ya no sepas.
…y nunca me iré demasiado lejos de ti.
Puede que me ahogue en lo que para ti sean vasos de agua pero siempre respiraré tranquila por saber que estás ahí.
En realidad no me arrepiento de nada. Ahora simplemente no me engaño a mi misma y ya sé por qué no soy capaz de aguantarte la mirada y tengo que coger y mirar para otro lado. Lo mejor es que cuando vuelvo a girar la cabeza sigues estando ahí.
Poco a poco todo volverá a ser como antes, con un pequeño “quiero” y un gran y aceptado “no puedo”, como nunca debió dejar de ser 🙂
Me basta con todo el cariño que siempre me has dado.
Nunca dejaré de admirarte y lo mejor es que siempre me dejarás hacerlo.
Aunque nos aclarásemos las dudas, o aunque las enredáramos más…
Aunque nos deseáramos como nunca, o aunque no nos quisiéramos ni rozar…
Lo mejor, simplemente, es que eres tú
– y que las promesas de mis brindis, aunque sea a veces, funcionan… –
Ya no es lo mismo.
Todos esos pequeños detalles ya no están.
Todos los que nos llevaron a esta situación.
Ahora todo ha cambiado
y sin querer seguir adelante.
Si todo se va a quedar tal y como está
entonces no mereció la pena llegar hasta aquí
y todo esto solo habrá servido para hacernos daño.
Hola, esta noche no me podía ir a la cama sin decirte algo… así que
me dejas dar un paso más?
En fin…
por fin aquí ^^
No sé donde está el límite entre la amistad y el cariño, y entre el cariño y algo más.
No sé dónde está el límite entre la admiración y la adoración.
No conozco el limite de nuestras miradas. Y no sé por qué intentamos hablarnos con ellas.
No sé dónde acaba tu espacio y empieza el mío.
No sé por qué se confunde el chocarnos con tocarnos.
Yo creía que me sabía todos los límites, como una lección bien aprendida. Pero tu eres la excepción que confirma la regla.
No me ilusionas, asi que no me decepcionas.
Pero me da miedo.
No me dejes hacerte daño, por favor… eres demasiado valioso, quizás, hasta para mí.
Puede que el límite esté ahí …
Quiero tiempo para recordarte y tambien para olvidarte. Necesito dejarte para saber si vuelves junto a mi, pero la separacion me lastima conforme veo transcurrir ese tiempo, ese espacio vacio entre las segundos, los minutos y los dias, que se vuelven semanas y meses, que se convierten en ayer.
Esa necesidad inmensa que siento para que el tiempo sea veloz, para que el dolor pase pronto y cicatrice la herida, pero por mas que intento que asi sea, no lo es, y es como un taladrar que no cesa y que duele dia a dia como morir lentamente y saber que no moriras porque sigues respirando, ese aire, ese que algun dia compartimos entre besos y caricias es el mismo que ahora me ahoga, me asfixia es insoportable.