Detrás del tiempo, el árbol difumina su figura
y vuela sobre el aire la ternura
de cualquier palabra, verso o poema.
Sin nada que decir, el alma quema
su opacidad de bronce y equilibra con acierto
el frágil llegar a puerto de la existencia.
Miro hacia distancia, allá donde el árbol quedó mudo,
allá, donde el nudo atenazó mil cuerpos en un día.
La vía dolorosa, no es la hermosa pisada del poeta,
sino el rumbo incierto de los muertos silenciados,
de los cuerpos acabados tras la sinrazón heróica
de los triunfadores.
Archivo por días: 28 enero, 2009
Si las letras salen solas y la música aún se espera.
¡¿Cómo voy a olvidar todos esos momentos contigo?!
Es mi decepción y la vívire como yo quiera:
echándote de menos o no,
ese es mi problema
Las calles me gritarán tu nombre
y las olas se harán eco de nuestras voces.
Así será imposible hacerlo.
Si al doblar la esquina me encuentro
con los besos que allí nos dejamos olvidados
¡¿Cómo pretendes que lo haga?!
¡¿Cómo me voy al olvidar?!
Sentir…
Deseos
Que las noches se tornen infinitas
Que los recuerdos me parezcan cada vez más absurdos
Que la melancolía me invada por completo
Que se los autobuses se detengan un instante
Que los suspiros desparezcan durante el día
Que me suenen tristes las canciones
Que las fotografías se desvanezcan
Que los ruidos se estremezcan en uno solo
Que se cancele el licor en las licorerías
Que las manos no se extrañen mutuamente
Que el insomnio se mantenga en huelga
La vidaen un eco
Un eco. Sólo un eco. Y después se cierra el callejón y nadie que llegue atrasado entra ya. Todo esto es, en realidad, un momento entretenido, detenido y sostenido, por el reloj alargado de los años enmarcados en la telaraña del preámbulo de los paréntesis de la existencia. Un eco. Sólo eso. Un eco prolongado a través del callejón del ardor de las exhalaciones de las horas y los minutos; acompañado y ocupado, eso sí, por los aromas del tiempo dispersando todas las esencias que adornan este callejón de los discursos de las vidas de los simplemente humanos.