Cuando falta el respeto

Cuando, como en estos días pasados, vivimos unas pre-elecciones, sé de antemano lo que va a ocurrir si sale el tema (que yo procuro eludir casi siempre sin éxito): los varones sesudos de la familia o los amigos que piensan de forma distinta a la mía se ponen en plan paternalista e intentan explicarme la cuestión de la política en tono indulgente y aparentemente cargado de paciencia. Sé que se trata de que yo siempre he rehuido hablar tanto de política como de religión a no ser que mi interlocutor/a sea de mi misma cuerda. Si no, como no ambiciono convencer a nadie y ¡por supuesto! lo que es seguro es que nadie me va a convencer a mí, me parece una solemne tontería perder el tiempo en tratar cuestiones que pueden separarnos, cuando lo que busco a toda costa es la armonía y la coincidencia en cosas fundamentales como son la amistad, la solidaridad, la comprensión y apoyo en los pesares que pueden afligirlos… Sigue Leyendo...

Cerdos Vegetarianos

¡Por allí, por allí arriba!, Sí, sí ahí. Eso es. En aquella casa vive José. Quizas tenga unos 58 años, más o menos.

Al otro lado de la montaña, tiene su granja de cerdos, para él todo un orgullo.
Cuando puedas escucharlo hablar del asunto, sabrás a que me refiero.

Pues bien, no se cuantos animales tendrá allí dentro… Aquello es grande.

Esta dividido en departamentos…

El último deseo de Nencini

Ambroggio Nencini levantó la cabeza y descubrió a la pistola apuntando directamente a sus ojos.

– !Llegó tu hora, Ambroggio!. !Ya no te queda otra que morir!. !Pídeme sólo tu último deseo en esta vida y te juro que lo cumpliré!.
– ¿Seguro que lo cumplirás?.
– !Te lo juro!. !Lo cumpliré como me llamo Carlo Negroponti!.
– Entonces… te pido… como último deseo… que no aprietes el gatillo.

Así fue cómo salvó su vida Ambroggio Nencini…

Quiero…

Quiero vestirte el alma con la sonrisa de un niño.

Quiero dar a tu voz el suave sonido
del agua del río acariciando las piedras a su paso.

Quiero pintar tus ojos de un azul tan intenso
que el cielo y el mar ansíen tenerlo.

Quiero dotar a tu piel de la suavidad y frescura
de las gotas del rocío acariciando la mañana.

exprimiendo el ser

No puedo parar no quiero irme, debería estar harto de una computadora, pero así es distinto, me siento conversar con los dedos cayendo tenaces sobre un tipo pero pasando como el vuelo de una golondrina por ese aparato tecnológico que pasaría a ser mi cielo. Sabía que un día produciré un libro y un disco y construiré mi casa una casa llena de aire sin puertas y sin paredes para que nada de lo que está ahí se quiera ir o si se va sienta que aún está ahí. La locura de mi vida pasará como un número de identidad?

tu

Y nunca crei que te escribiria un texto a ti, que tomas con tal naturalidad las cosas que nos pone a todos en una posición vertiginosa; es decir que todos estamos en el límite y más tu y yo que pendemos para no caer aun queriendo quizás caer, el meollo es que si caes tu o caigo yo o los dos caemos al mismo tiempo y nos partamos la crisma. Pero es así como que me invitas pero como hacerse protagonista de una vida que por si sola ya tiene sus conflictos, como hacerme de tus líos cuando como dice Cordera, me vayas a dejar la cabeza llena de histeria, llena de miedos, llena de mierda. Sigue Leyendo...

Atada…

Atada al tiempo que se escapa me encuentro,
sin tener un momento que me traiga tus besos,
una chispa, una llama… que me encienda los labios,
un minuto, un segundo de miradas profundas
que me hagan sentir estar fuera del mundo…

Atada al pasado de recuerdos y sueños,
te pienso y me llegan tus brazos abiertos.
La música anida en la habitación,
los pies ya no paran y nadie nos ve…

¿Quien eres?

Un día una chica encendió su ordenador, abrió el messenger y se encontró con que alguien le abía agregado. Abrió la conversacion y preguntó:

-¿Quién eres?

-Soy Pedro

-No te he preguntado tu nombre, te he preguntado quien eres.

-¿Cómo? Soy Pedro, el hijo de Adolfo y Manoli

Nunca es tarde.

Perdí la razón hace mucho. No recuerdo el momento pero sé que era otra.
De pronto mis paredes se pintaron de blanco, mi suelo se puso frió y mis pies se descalzaron.

El techo quedaba alto, aunque con los días bajaba. Llegué a pensar que moría. Que moriría sin ver la luz.

No había puertas, no había ventanas. Y de pronto sucedió lo inevitable. Morí. O por lo menos creí morir. Yací en el suelo sin alma, sin sangre y sin más.

OLVIDADO LUGAR

En medio del frio de la noche me dirijo hacia aquel olvidado lugar donde me siento protegida, donde la única muestra de afecto que siento es el viento acariciando mi pelo… Camino bajo la lluvia y entre mis manos llevo el amuleto que tanto desee entregarte. Ese amuleto demuestra lo que te quise, lo que me importabas, ese amuleto me acompañó en todos los momentos que creí que estabas conmigo pero, una vez más, descubrí que me encontraba sola.

Pienso que sentí demasiado rápido, tan rápido como el segundero del viejo reloj de mi cocina, tan rápido que no supe ver lo que realmente había…pero ahora es todo lo contrario, ahora todo va tan lento, ahora, justamente ahora que creí haber logrado ese momento tan esperado, la persona a la que quise entregarle mi amuleto me demostró que no se lo merecía. Sigue Leyendo...

El vuelo de una mariposa.

A paso lento un niño aparece de entre los árboles. Su inocencia le conduce hasta una hermosa mariposa de vivos y plateados colores.

Con sus pequeñas y suaves manos la agarra con la ligereza de una pluma.

Cierra lo ojos y al querer besarla el viento sopla y sopla, las ramas crujen y las aguas se alzan hacia el cielo. Y de él no queda nada. Más que una mágica estrella iluminando a la negra noche.

De pronto, aparece en mi oscura habitación un ángel. Un hombre con mirada de niño y profundidad clara escondiendo mis manos entre las suyas.