La Fabrica de Utiles Incongruencias

Se me acaba de escurrir de entre las manos un alterado invierno, una estación que no sabía como comportarse o que hacer. Un alterado invierno de fríos apresurados, de ida y vuelta. Cada invierno las manos grises, cada invierno las manos agrietadas con gotitas de sangre. El viento y el frío castigan nuestras manos, unas manos que se diseñaron para cuidar la tierra madre. Y para otras muchas cosas.

Cada año hago lo mismo, entrar en la industria farmacéutica con bastante ánimo de lucro y…Me planto dentro del establecimiento y… ¡Tengo las manos cortadas por el frío! ¿Tiene usted algo que vaya bien? Sigue Leyendo...

el muerto del rio dedicado a disel

para que se te quite el escalofrio te tienes que meter en el ojo de agua beber tres veces nadar, el chaman le dijo a chy, en su natal tabasco, tenia un mes desde aquel dia cuando su amigo demetrio estaba con su esposa de 16 anos discutiendo chy de catorce vaquero le dijo vamos a banarnos al ojo de agua el otro le contesto que no que acababa de llegar> se oian gritos de enojo la chica embarazada le gritaba desesperada conpungida hembra en brama, que la llevara a la ciudad> demetrio no le hizo caso fue a banarse con chy al ojo de agua, cuando chy se estaba preparando para meterse al agua volteo alcanzo a mirar como su amigo no se veia, la poza de la cual salian charcos de agua revuelta, sin pensarlo se quito los zapatos y se avento, Sigue Leyendo...

SOY EL PELIGRO

Soy el peligro, soy el fuego
Soy el maremoto maligno
El terremoto enemigo
El ser peor mal nacido
Esto soy yo
En mi lado oscuro
Quiero cambiar y no puedo
Siempre cruzando el alambre
Y me rebozo en la sangre
Que mi torso desnudo, destila
Ante un sol de primavera
Quien pueda aguantarme a su vera
Tendrá el cielo merecido
Y yo le tenderé el abrigo
Que bien nacido le venga

El acertijo de Buda

La tortuga de Buda perecio y al llegar ante su maestro,
este le propuso un enigma. Ella tendria que viajar
por los ocho brazos de la rueda del Dharma,
hasta que alcanzase el centro, donde las tres corrientes
de la vida se fusionan en la chispa de creativa.

En el centro, la tortuga podria reencontrarse con su maestro.
El enigma se le planteo asi:

Mi pensar

Mi pensar en tu pensar
los dos se hacen uno
estando lejos y cerca

si el mar pudiera ser fuego
el aire tormenta
y la luz del día cenizas

hoy, descanso sin palabras
mis ojos están mudos
y mi latir me cuestiona

ya es otro día,
gozo de felicidad
virtud de mi alma

los pastos verdes
las plantas crecen
yo, gozando de tu presencia.

La Buscona (Novela) Capítulo 1.

– Pues yo, señor juez, que bien conocida soy como La Buscona, en realidad que tengo a bien llamarme Simona de Barrufet, natural de la muy noble ciudad de Barcelona e hija en sí mismo del talabartero Pablo Barrufet y de madre no conocida puesto que en el día de mi parto ella murió sin saberse bien cuales fueron las causas. Y es por eso que, en llegando a la mayoría de edad, dióseme hacer el hatillo por venirme a estos pagos madrileños para, escondida de las beatas trotaconventos y del cura párroco Don Dionisio Masip, poder ejercer mi oficio de costurera en la muy distinguida casa de Balsadua, de la cual soy proletaria a destajo acá por la calle de Zurbano que, como vos deberíais saber bien, es una de las principales calles del grande e histórico Barrio de Salamanca, del cual tuve la feliz idea y ocurrencia de traer un bosquejo apuntado en esta hoja del calendario que, en mi humilde chabola, pude encontrar más a mano y mire usted que es del día 4 de abril de los presentes días; Sigue Leyendo...

canto

Si pudiera tener los castos lunares
que tienes en el rostro treparia
hasta el balcon donde
duermes
serian los dolores
oh pena de sentir tus ojos
en los mios
de lograr figurar en tu rosario
de petalos marchito cuando
en las madrugadas te arde

Adaggio

Grilletes añejos incrustados
Nos prohibieron la palabra
Nos prohibieron
Mutilaron nuestro clítoris
Ejercimos el poder desde el silencio
Sabias, tan sabias
Balbuceamos desde huecos
Desde los lechos prohibidos
Reinas, pero en penumbras
Y era nuestro todo el brillo
Que los hombres ostentaban
Succionaban nuestros pechos
Succionaban el saber
Ese, ese, el verdadero