Se despertaron sin haber dormido. De noche aún, en el momento cuando ya era después, se fueron.
Desde algún momento, salvando el implícito no quisieron pensar. Y no pensaron. Solo corría el tiempo. Casi ausente de ellos.
Ellos que eran los de antes.
Y se miraron.
Buscándose allí, donde solo existe el encuentro.
Y empezó a escribir con la mente,
lo que luego soñaría de su risa,
lo que pintaría de sus ojos,
lo que escribiría con su boca,
lo que tocaría en el silencio,
lo que besaría con el recuerdo,
lo que abrazaría con desvelo,
lo que anhelaría con dulzura,
lo que guardaría entre secretos;
y el verbo querer entre paréntesis, intentando que aguarde alejado, pero Acechando. Hijo del riesgo que los había atrapado.
Un ratito después se detuvo el mundo.
Es bonito desear en algunos momentos que se detenga el mundo han de ser muy especiales, un cariñoso saludo